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Sección Tercera: Los Escenarios de La Violencia - DHnet

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PRIMERA PARTE SECCIÓN TERCERA CAPÍTULO 1<br />

siguientes, los apagones se convirtieron en un elemento central <strong>de</strong> la estrategia sen<strong>de</strong>rista y llegaron a modificar<br />

la rutina cotidiana <strong>de</strong> los millones <strong>de</strong> habitantes <strong>de</strong> la capital.<br />

Luego <strong>de</strong> que en algunos lugares <strong>de</strong>l interior <strong>de</strong>l país se <strong>de</strong>cretara el estado <strong>de</strong> emergencia, el 20 <strong>de</strong> agosto<br />

<strong>de</strong> 1982 éste fue <strong>de</strong>clarado en Lima y Callao. Comenzó así una serie <strong>de</strong> atentados en la capital que, a partir <strong>de</strong><br />

mediados <strong>de</strong> los ochenta, empezó a incluir <strong>de</strong> manera predominante asesinatos selectivos, así como una mayor<br />

infiltración <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong>l movimiento barrial y sindical, sumamente <strong>de</strong>bilitado por la crisis económica y por<br />

la <strong>de</strong>sarticulación gremial que ésta trajo consigo. El avance <strong>de</strong>l PCP-SL se expresó en la convocatoria a un<br />

paro el 8 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1983 en Lima Metropolitana que casi no tuvo efectos, pero a partir <strong>de</strong> 1985 el PCP-SL se<br />

infiltró en las huelgas convocadas por la CITE, central <strong>de</strong> trabajadores públicos.<br />

El MRTA, por su parte, inició una ola <strong>de</strong> secuestros y extorsiones y, en menor medida, coches bombas y<br />

ataques <strong>de</strong> artefactos «instalaza» contra las se<strong>de</strong>s gubernamentales y contra se<strong>de</strong>s estadouni<strong>de</strong>nses, así como<br />

la toma <strong>de</strong> medios y agencias noticiosas para relevar su accionar en el extranjero.<br />

El 22 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1985, Amnistía Internacional distribuyó en Londres un comunicado manifestando que<br />

más <strong>de</strong> mil personas habían <strong>de</strong>saparecido en los últimos dos años en la zona <strong>de</strong>clarada <strong>de</strong> emergencia en el<br />

Perú. El informe agregaba que cientos <strong>de</strong> otras personas fueron asesinadas durante su <strong>de</strong>tención, a menudo<br />

tras ser torturadas. Responsabilizó al PCP-SL por el asesinato y la tortura <strong>de</strong> centenares <strong>de</strong> personas. A pesar<br />

<strong>de</strong> estas afirmaciones, los medios oficiales consi<strong>de</strong>raban a esta organización <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos como una<br />

fachada <strong>de</strong>l terrorismo internacional, aunque ya no se podía negar la existencia <strong>de</strong> una «guerra sucia» al interior<br />

<strong>de</strong>l país. En efecto, en días anteriores, los diarios limeños dieron cuenta <strong>de</strong> nuevos hallazgos <strong>de</strong> fosas con<br />

cadáveres <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparecidos, así como <strong>de</strong> las incursiones criminales <strong>de</strong>l PCP-SL realizadas en diversos puntos<br />

<strong>de</strong> la serranía peruana. A<strong>de</strong>más, el 16 <strong>de</strong> julio <strong>de</strong> 1985 llegó a Lima la Comisión <strong>de</strong> Trabajo <strong>de</strong> Desapariciones<br />

Forzadas Involuntarias, <strong>de</strong> la Comisión <strong>de</strong> Derechos Humanos <strong>de</strong> Naciones Unidas. El 16 <strong>de</strong> agosto <strong>de</strong> aquel<br />

año, el MRTA dio una conferencia <strong>de</strong> prensa clan<strong>de</strong>stina, señalando que «no realizará acciones militares contra<br />

el PAP mientras éste no ataque al pueblo».<br />

Durante el gobierno <strong>de</strong> Alan García, el caso <strong>de</strong> mayor resonancia fue la matanza <strong>de</strong> presos sen<strong>de</strong>ristas amotinados<br />

en los penales limeños en 1986, que llevó a una ruptura con la línea oficial <strong>de</strong>l gobierno y a un intento<br />

por compren<strong>de</strong>r las causas <strong>de</strong>l conflicto armado interno, principalmente entre los opositores a la estrategia contrasubversiva<br />

y los organismos <strong>de</strong> <strong>de</strong>rechos humanos. El amotinamiento <strong>de</strong> subversivos, los días 18 y 19 <strong>de</strong> junio<br />

<strong>de</strong> 1986, en el CRAS Lurigancho (124 muertos), en el CRAS El Frontón (más <strong>de</strong> cien muertos) y en el CRAS<br />

Santa Bárbara (tres reclusas muertas), originó la mayor matanza colectiva en la historia <strong>de</strong> nuestro país.<br />

Poco antes, el alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Lima, Alfonso Barrantes (Izquierda Unida) insistía en la necesidad <strong>de</strong> formar un<br />

frente común contra el terrorismo –iniciativa que contó con el respaldo <strong>de</strong> la iglesia católica– y el 14 <strong>de</strong> junio <strong>de</strong><br />

ese año, el senador Javier Diez Canseco (PUM), manifestó que la propuesta <strong>de</strong> un frente antiterrorista era <strong>de</strong><br />

Alfonso Barrantes pero no <strong>de</strong> Izquierda Unida. Al día siguiente, un comunicado firmado por el PC P (Patria<br />

Roja), PUM y FOCEP, planteaba «una salida <strong>de</strong> paz con justicia social, rechazando el terrorismo <strong>de</strong> cualquier<br />

signo» y pedía el fin <strong>de</strong>l estado <strong>de</strong> emergencia en Lima y Callao. En diciembre <strong>de</strong> 1987, se convocó a una jornada<br />

cívica por la paz y por la vida que contó con la participación <strong>de</strong> diversas instituciones, autorida<strong>de</strong>s y partidos<br />

políticos, y un año <strong>de</strong>spués la municipalidad <strong>de</strong> Lima convocó a una jornada por la paz. En el marco <strong>de</strong> la sesión<br />

solemne celebrada en el Concejo Provincial <strong>de</strong> Lima, el alcal<strong>de</strong> <strong>de</strong> Lima, Jorge <strong>de</strong>l Castillo (PAP), propuso instituir<br />

1988 como el Año <strong>de</strong> la Paz Nacional, con el nombramiento <strong>de</strong> una comisión que recomendaría las acciones<br />

necesarias para esta tarea. Villa El Salvador, la «ciudad mensajera <strong>de</strong> la paz», guardó un minuto <strong>de</strong> silencio por<br />

la paz y por el cese <strong>de</strong> toda forma <strong>de</strong> violencia en el territorio patrio, bajo el lema: «Sin justicia no hay paz». Por<br />

su parte, el regidor Henry Pease (Izquierda Unida) recordó que más <strong>de</strong> diez mil peruanos habían sido víctimas<br />

<strong>de</strong> la violencia, la cual, remarcó, era preciso <strong>de</strong>tener. Reclamó, en ese sentido, la supremacía <strong>de</strong> las instituciones<br />

civiles en las zonas <strong>de</strong> emergencia como un paso a<strong>de</strong>lante en la <strong>de</strong>fensa <strong>de</strong> los <strong>de</strong>rechos humanos.<br />

Pero estos esfuerzos por cohesionar la sociedad civil en un frente único por la paz no tuvieron éxito, y la<br />

violencia mantuvo su intensidad en Lima. En medio <strong>de</strong> un paro nacional convocado por la CGTP, un grupo<br />

<strong>de</strong> cuarenta sen<strong>de</strong>ristas se enfrentó con los manifestantes en plena Plaza Dos <strong>de</strong> mayo, en un intento por atentar<br />

contra Jorge <strong>de</strong>l Prado, senador lí<strong>de</strong>r <strong>de</strong> la Izquierda Unida, el 28 <strong>de</strong> enero <strong>de</strong> 1988. Era evi<strong>de</strong>nte que no<br />

existía una colusión entre los huelguistas y los sen<strong>de</strong>ristas, ni siquiera en las marchas infiltradas por grupos<br />

TOMO IV PÁGINA 338

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