Sección Tercera: Los Escenarios de La Violencia - DHnet
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<strong>Los</strong> asesinatos <strong>de</strong> «in<strong>de</strong>seables»<br />
PRIMERA PARTE SECCIÓN TERCERA CAPÍTULO 1<br />
Diversos testimonios coinci<strong>de</strong>n en señalar acciones <strong>de</strong> «limpieza social» ejecutadas por miembros <strong>de</strong>l PCP-SL<br />
entre 1985 y 1990 en Ucayali. Al igual que el MRTA en algunas zonas <strong>de</strong> San Martín, los <strong>de</strong>stacamentos <strong>de</strong>l PCP-<br />
SL intentaron ampliar el apoyo <strong>de</strong> la población asesinando a personas consi<strong>de</strong>radas socialmente como in<strong>de</strong>seables.<br />
Informaciones recogidas entre moradores <strong>de</strong>l sector <strong>La</strong> Hoyada, ciudad <strong>de</strong> Pucallpa, dan cuenta <strong>de</strong>l asesinato<br />
<strong>de</strong> drogadictos, homosexuales y prostitutas. En su mayoría los cadáveres eran arrojados a los ríos y bota<strong>de</strong>ros,<br />
don<strong>de</strong> algunos <strong>de</strong> los occisos fueron i<strong>de</strong>ntificados por sus familiares. En 1988, en la ciudad <strong>de</strong> Pucallpa —<br />
según cuenta el periodista Jorge Torrejón—, los hombres <strong>de</strong> prensa fueron advertidos <strong>de</strong> que en la mañana <strong>de</strong>l<br />
12 <strong>de</strong> septiembre se produciría una acción armada <strong>de</strong> gran impacto, por lo que solicitaron su presencia. Sólo tres<br />
periodistas llegaron a <strong>La</strong> Hoyada, en la parte noroeste <strong>de</strong> la ciudad. Eran las 5:30 <strong>de</strong> la mañana cuando un grupo<br />
<strong>de</strong> miembros <strong>de</strong>l PCP-SL apareció, llevando consigo a ocho personas entre hombres y mujeres, a quienes colocó<br />
en fila. Enseguida, tres hombres armados con metralletas los asesinaron disparando ráfagas sobre ellos. «Luego<br />
se supo que todos eran fumones, cabros y prostis», afirma otro periodista. Horas <strong>de</strong>spués fueron recogidos los<br />
cadáveres, llevados a la morgue y sepultados en una fosa común, sin que nadie reclamara sus cuerpos.<br />
Estos ajusticiamientos extrajudiciales no fueron <strong>de</strong> conocimiento público e incluso —tal como pretendía el<br />
PCP-SL— un sector <strong>de</strong> los pobladores los aceptó como oportunos, pues les otorgaban mayor seguridad y tranquilidad.<br />
Más aún, la <strong>de</strong>manda social condujo a algunos núcleos <strong>de</strong> poblaciones a <strong>de</strong>sear la presencia <strong>de</strong>l<br />
PCP-SL para realizar campañas <strong>de</strong> «limpieza».<br />
El «pucallpazo» <strong>de</strong> 1989<br />
El hecho violento <strong>de</strong> mayor repercusión nacional, sin embargo, no <strong>de</strong>rivó <strong>de</strong> la actuación <strong>de</strong> los actores armados<br />
sino que se originó en la represión a campesinos que participaban en un mitin <strong>de</strong> protesta contra el gobierno<br />
en la ciudad <strong>de</strong> Pucallpa, que tuvo amplia repercusión nacional.<br />
Más <strong>de</strong> cinco mil personas, en su mayoría campesinos, se habían movilizado para exigir atención a sus<br />
<strong>de</strong>mandas como producto, según los dirigentes locales, <strong>de</strong>l abandono <strong>de</strong>l gobierno central. El saldo final <strong>de</strong> la<br />
represión policial fue <strong>de</strong> nueve muertos y dieciocho <strong>de</strong>saparecidos. Se dijo oficialmente que el PCP-SL se<br />
había infiltrado en la manifestación con el único propósito <strong>de</strong> provocar un baño <strong>de</strong> sangre, lo que es muy difícil<br />
<strong>de</strong> comprobar, aunque los dirigentes campesinos han negado rotundamente esas imputaciones.<br />
<strong>Los</strong> hechos se originaron en las protestas campesinas que condujeron a una huelga <strong>de</strong> varios días durante<br />
la cual, luego <strong>de</strong> las negociaciones, el gobierno se comprometió a aten<strong>de</strong>r varias <strong>de</strong> las <strong>de</strong>mandas. El 8 <strong>de</strong> febrero,<br />
el prefecto Alfredo Noriega Ojeda prometió autorizar una movilización por las calles <strong>de</strong> Pucallpa. Sin<br />
embargo al día siguiente, organizada la manifestación para celebrar los logros obtenidos por los agricultores<br />
con el apoyo <strong>de</strong> sectores <strong>de</strong> asentamientos humanos y gremios sindicales, los dirigentes no lograron la autorización<br />
oficial, en tanto que los manifestantes se habían concentrado en la avenida Sáenz Peña y alre<strong>de</strong>dores.<br />
<strong>Los</strong> dirigentes accedieron a realizar la movilización con el intento <strong>de</strong> ingresar al perímetro <strong>de</strong> la plaza <strong>de</strong> armas<br />
para izar el pabellón nacional, pero un contingente <strong>de</strong> la Policía les impidió avanzar.<br />
Ante la persistencia y el <strong>de</strong>sbor<strong>de</strong> <strong>de</strong> los manifestantes, los policías recurrieron al uso <strong>de</strong> bombas lacrimógenas<br />
y varas <strong>de</strong> goma. Esto enar<strong>de</strong>ció a la multitud, que armada con piedras y palos causó heridas y contusiones<br />
en los uniformados.<br />
<strong>La</strong> violencia fue en aumento, hasta que la Policía empezó a disparar sus armas <strong>de</strong> fuego contra los campesinos.<br />
Aunque varios <strong>de</strong> ellos cayeron mortalmente heridos, los manifestantes lograron llegar hasta la plaza<br />
<strong>de</strong> armas, don<strong>de</strong> el agricultor Emigdio Córdova, que intentaba izar la ban<strong>de</strong>ra peruana, murió impactado por<br />
una ráfaga <strong>de</strong> metralleta.<br />
A partir <strong>de</strong> ese momento, los hechos se tornaron confusos, porque la Policía, con el apoyo <strong>de</strong> la Marina <strong>de</strong><br />
Guerra, logró cercar la plaza <strong>de</strong> armas para bloquear el ingreso <strong>de</strong> personas y periodistas. Algunas versiones<br />
no confirmadas afirman que habrían sido asesinados más <strong>de</strong> nueve manifestantes, mientras que otros dieciocho<br />
fueron llevados en camiones porta tropas y luego asesinados al «comprobarse efectivamente» su vinculación<br />
con el PCP-SL.<br />
TOMO IV PÁGINA 292