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Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel

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forma <strong>de</strong>l pensamiento en general, el puro yo. Parece que <strong>Hegel</strong> nos conduzca aquí<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> el concepto aristotélico <strong>de</strong> <strong>la</strong> forma al concepto mo<strong>de</strong>rno —kantiano o<br />

fichtiano— <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma.<br />

Así, pues, ahora <strong>la</strong> autoconsciencia es autoconsciencia pensante en <strong>la</strong> medida en<br />

que es capaz <strong>de</strong> hacerse objeto <strong>de</strong> sí misma sin per<strong>de</strong>rse ni <strong>de</strong>saparecer por ello. Pensar<br />

es realizar <strong>la</strong> unidad <strong>de</strong>l ser en sí y <strong>de</strong>l ser para sí, <strong>de</strong>l ser y <strong>de</strong> <strong>la</strong> consciencia, «pues<br />

pensar no quiere <strong>de</strong>cir ser objeto en sí mismo como yo abstracto, sino como yo que al<br />

mismo tiempo tiene el valor <strong>de</strong>l ser en sí, o comportarse con respecto a <strong>la</strong> esencia<br />

objetiva <strong>de</strong> tal suerte que el<strong>la</strong> tenga el valor <strong>de</strong>l ser para sí <strong>de</strong> <strong>la</strong> consciencia para <strong>la</strong> cual<br />

es». 377 Las dos partes <strong>de</strong> ese texto son esenciales; <strong>de</strong> una parte, el yo <strong>de</strong>be darse una<br />

susbsistencia, hacerse verda<strong>de</strong>ramente objeto <strong>de</strong> sí mismo; <strong>de</strong> otra parte, <strong>de</strong>be mostrar<br />

que el ser <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida no vale para él como un otro absolutamente, sino que es él mismo.<br />

Precisamente, pensar no es representarse o imaginar, lo cual supone siempre que el yo<br />

está en un elemento extraño y exige so<strong>la</strong> mente que el yo «pueda acompañar todas mis<br />

representaciones», pensar es concebir. Ahora bien, el concepto es al mismo tiempo un<br />

ser en sí distinto y mi puro ser para mí. 378 En <strong>la</strong> concepción sólo voy en apariencia más<br />

allá <strong>de</strong> mí mismo. Tan pronto como se hace <strong>la</strong> distinción queda disuelta. Es el yo quien<br />

se encuentra a él mismo en el ser y quien, por consiguiente, queda junto a sí mismo en<br />

esta alteridad. Pero este pensamiento significa al mismo tiempo <strong>la</strong> libertad <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

autoconsciencia; <strong>la</strong> autoconsciencia pensante es <strong>la</strong> autoconsciencia libre. Y <strong>la</strong> libertad se<br />

<strong>de</strong>fine a través <strong>de</strong> esta noción <strong>de</strong> pensamiento. Pensamiento y voluntad se i<strong>de</strong>ntifican en<br />

<strong>la</strong> medida en que no se confun<strong>de</strong> <strong>la</strong> voluntad con <strong>la</strong> obstinación, una libertad que<br />

permanece todavía en el seno <strong>de</strong> <strong>la</strong> servidumbre. Ser libre no es ser amo o esc<strong>la</strong>vo,<br />

hal<strong>la</strong>rse situado en tal o cual situación en el seno <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, sino comportarse como ser<br />

pensante in<strong>de</strong>pendientemente <strong>de</strong> <strong>la</strong>s circunstancias. En su forma superior el<br />

pensamiento es voluntad puesto que es posición <strong>de</strong> sí por sí mismo y <strong>la</strong> voluntad es<br />

pensamiento porque es saber <strong>de</strong> sí en su objeto. Justamente esta i<strong>de</strong>ntidad <strong>de</strong>l pensamiento<br />

y <strong>de</strong> <strong>la</strong> voluntad es lo que representa <strong>la</strong> libertad estoica.<br />

La <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> pensamiento a que acabamos <strong>de</strong> llegar ¿nos conduce al término <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> Fenomenología o so<strong>la</strong>mente a una etapa particu<strong>la</strong>r, todavía imperfecta, en el camino<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> experiencia? El i<strong>de</strong>al aquí propuesto, el volverse a encontrar a sí mismo en<br />

el ser, <strong>la</strong> posibilidad que el yo tiene <strong>de</strong> no salir <strong>de</strong> sí mismo fijándose en el elemento <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> exterioridad, resultan ser, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> luego, <strong>la</strong>s características propias <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>alismo<br />

hegeliano; sin embargo, <strong>la</strong> etapa no es aquí más que una etapa en el sentido estricto <strong>de</strong>l<br />

término, pues <strong>la</strong> unidad realizada es todavía una unidad inmediata. «Esta figura es<br />

consciencia pensante en general o su objeto es unidad inmediata <strong>de</strong>l ser en sí y <strong>de</strong>l ser<br />

para sí.» 379 El concepto no es aquí todavía <strong>la</strong> penetración <strong>de</strong>l pensamiento en <strong>la</strong> variedad<br />

y <strong>la</strong> plenitud <strong>de</strong>l ser. Por lo tanto, esta penetración es so<strong>la</strong>mente postu<strong>la</strong>da y a ello se<br />

<strong>de</strong>be el que <strong>Hegel</strong> haga en este punto al estoicismo el reproche que tan a menudo dirigió<br />

al Kantismo durante el período <strong>de</strong> juventud.<br />

Tras haber visto cómo se presenta para nosotros esta fase <strong>de</strong>l <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

autoconsciencia nos queda seguir <strong>la</strong> experiencia tal como <strong>la</strong> ve <strong>la</strong> consciencia para<br />

poner <strong>de</strong> manifiesto sus insuficiencias. Esta experiencia es, naturalmente, <strong>la</strong> <strong>de</strong>l<br />

estoicismo que «como forma universal <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong>l mundo» sólo podía surgir «en un<br />

377 Phénoménologie, I, p. 168 (Fenomenología, p. 122).<br />

378 Phénoménologie, I, p. 168. Definición <strong>de</strong> <strong>la</strong> concepción como acto <strong>de</strong>l pensamiento: «Pero el concepto<br />

es inmediatamente, para mí, concepto mío. En el .pensamiento yo soy libre, porque no soy en otro sino<br />

que permanezco absolutamente junto a mí mismo y el objeto, que para mí es <strong>la</strong> esencia, es, en una unidad<br />

indivisa, mi ser para mí; mi movimiento en los conceptos es un movimiento en mi mismo» (Ibid. p. 168).<br />

(Fenomenología, p. 122).<br />

379 Phénoménologie, I, p. 168 (Fenomenología, p. 122).

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