Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel
Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel
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por lo <strong>de</strong>más, no encuentran su a<strong>de</strong>cuada traducción en esta vida exteriorizada. El<br />
punto esencial sobre el cual volverá a tratar <strong>Hegel</strong> en <strong>la</strong> visión final que va a dar <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
Naturaleza es <strong>la</strong> imposibilidad <strong>de</strong> una filosofía <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida como filosofía <strong>de</strong>l concepta<br />
que se niega y se conserva en su <strong>de</strong>sarrollo. La consciencia sólo tiene una historia y<br />
presenta el género, el concepto para sí. Sólo podía escribirse una Fenomenología <strong>de</strong>l<br />
espíritu, y no una fenomenología <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida, que únicamente conduciría a diferencias<br />
indiferentes. Lo que <strong>Hegel</strong> con<strong>de</strong>na es una filosofía <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida como será más tar<strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
<strong>de</strong> Bergson en L'evolution créatrice; y lo que opone a ello es una filosofía <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
consciencia y <strong>de</strong>l espíritu como <strong>la</strong> que presenta en esta obra <strong>de</strong> 1807. Señalemos <strong>de</strong><br />
pasada que no es válido criticar a <strong>Hegel</strong> acusándole <strong>de</strong> qué <strong>de</strong>ja <strong>de</strong> <strong>la</strong>do a <strong>la</strong>s ciencias<br />
empíricas, puesto que lo que aquí le interesa es so<strong>la</strong>mente el sentido <strong>de</strong> esas ciencias, el<br />
significado que tienen para <strong>la</strong> filosofía. Al elevarse al concepto <strong>de</strong> fin, <strong>la</strong> razón<br />
observante había entrevisto <strong>la</strong> finalidad en <strong>la</strong> vida como sentido <strong>de</strong> <strong>la</strong> vida. Pero,<br />
aunque ese sentido está presente en <strong>la</strong> vitalidad orgánica, vuelve a llevar a <strong>la</strong><br />
consciencia que es <strong>la</strong> única que lo manifiesta; e igualmente, <strong>la</strong> totalidad <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
Naturaleza sólo podrá presentar a <strong>la</strong> razón un reflejo inconsistente <strong>de</strong> el<strong>la</strong> misma.<br />
Antes <strong>de</strong> reunir en una visión global todo este saber <strong>de</strong> <strong>la</strong> Naturaleza, <strong>Hegel</strong> insiste<br />
sobre <strong>la</strong> Naturaleza inorgánica, pues en realidad <strong>la</strong> observación <strong>de</strong> lo orgánico como<br />
exterioridad es un retorno a <strong>la</strong> Naturaleza inorgánica. En <strong>la</strong> Naturaleza inorgánica se<br />
pue<strong>de</strong> intentar formar una serie <strong>de</strong> cuerpos siguiendo una gradación continua.<br />
Schelling, por ejemplo, había intentado una génesis i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> los cuerpos inorgánicos <strong>de</strong><br />
acuerdo con <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> sus pesos específicos y otras propieda<strong>de</strong>s; pero también eso<br />
es una vana tentativa: «El intento <strong>de</strong> hal<strong>la</strong>r series <strong>de</strong> cuerpos que, siguiendo el<br />
paralelismo simple <strong>de</strong> los dos <strong>la</strong>dos, expresaran <strong>la</strong> Naturaleza esencial <strong>de</strong> los cuerpos<br />
por mediación <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley <strong>de</strong> <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> esos <strong>la</strong>dos, <strong>de</strong>be ser consi<strong>de</strong>rado como un<br />
pensar que no conoce su propia tarea ni los medios para realizar<strong>la</strong>.» 526<br />
Schelling distinguía el peso específico <strong>de</strong> <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más propieda<strong>de</strong>s. El peso<br />
específico, cociente <strong>de</strong>l peso por el volumen, expresa un cierto grado <strong>de</strong> llenura <strong>de</strong>l<br />
espacio. En su filosofía <strong>de</strong> <strong>la</strong> Naturaleza, Kant consi<strong>de</strong>raba dinámicamente dicha<br />
llenura. En vez <strong>de</strong> una materia homogénea con vacíos que explicarían <strong>la</strong> diversidad<br />
aparente <strong>de</strong> los cuerpos, pensaba <strong>la</strong> llenura como grado dinámico. Así, pues, el peso<br />
específico <strong>de</strong> un cuerpo pondría <strong>de</strong> manifiesto el ser para sí <strong>de</strong> dicho cuerpo, su<br />
interioridad, respecto a <strong>la</strong> atracción general válida para todos los cuerpos; pero esa<br />
interioridad se ofrece aquí a <strong>la</strong> observación, es una propiedad yuxtapuesta a <strong>la</strong>s otras;<br />
se <strong>la</strong> mi<strong>de</strong> y expresa como un número. Podríamos pensar, por consiguiente, en<br />
c<strong>la</strong>sificar los cuerpos <strong>de</strong> acuerdo con sus pesos específicos, intentando que esta<br />
propiedad esencial que expresa el ser para sí <strong>de</strong>l cuerpo se correspondiese con multitud<br />
<strong>de</strong> otras propieda<strong>de</strong>s. Entre esas otras propieda<strong>de</strong>s hay una que parece tener una<br />
importancia particu<strong>la</strong>r, <strong>la</strong> cohesión, es <strong>de</strong>cir, <strong>la</strong> resistencia que el cuerpo opone ante <strong>la</strong>s<br />
modificaciones externas. Si <strong>la</strong> <strong>de</strong>nsidad <strong>de</strong> un cuerpo constituye su ser para sí, <strong>la</strong><br />
cohesión constituiría su ser para sí en el ser otro. De está manera <strong>la</strong> <strong>de</strong>nsidad sería<br />
como <strong>la</strong> sensibilidad, <strong>la</strong> cohesión como <strong>la</strong> irritabilidad. Sólo que el cuerpo inorgánico<br />
no se conserva a sí mismo en su alteración como hace el ser vivo. Por lo tanto, <strong>la</strong><br />
cohesión no es más que una propiedad común, el grado <strong>de</strong> resistencia que el cuerpo<br />
tiene ante <strong>la</strong>s modificaciones. En el ser inorgánico, todas esas propieda<strong>de</strong>s están<br />
yuxtapuestas, son indiferentes unas a otras y su dispersa multiplicidad contradice <strong>la</strong><br />
posibilidad <strong>de</strong> una verda<strong>de</strong>ra comparación conceptual <strong>de</strong> los cuerpos. Así, pues,<br />
cualquier génesis i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> los cuerpos que haga correspon<strong>de</strong>r el peso específico con <strong>la</strong>s<br />
526 HEGEL, Phénoménologie, I, p. 242 (Fenomenología, p. 175).