Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel
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esto o aquello, <strong>la</strong> <strong>de</strong>nominamos un universal.» 195 Así, pues, lo universal es, en realidad,<br />
lo verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> <strong>la</strong> certeza sensible.<br />
La dialéctica que acabamos <strong>de</strong> <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>r para el ahora se reproduce con el aquí.<br />
«Aquí hay un árbol», pero si me vuelvo, hay una casa. Tales diferencias son rechazadas<br />
por no ser más que opiniones; no tienen todavía <strong>la</strong> consistencia que va a conferirles <strong>la</strong><br />
mediación. El aquí no es, por tanto, un árbol ni una casa, pue<strong>de</strong> ser lo uno o lo otro. No<br />
se ve afectado por su ser otro. Es el aquí universal, indiferente a lo que pasa en él;<br />
igualmente, el esto es indiferente a todo lo que pue<strong>de</strong> ser, es el esto universal lo mismo<br />
que el ahora es el ahora universal y el aquí es el aquí universal. El resultado <strong>de</strong> esta<br />
experiencia no es otro que el que habíamos anunciado; <strong>la</strong> verdad <strong>de</strong> <strong>la</strong> certeza sensible<br />
es el ser, el espacio universal, el tiempo universal, pero este ser, este espacio y este<br />
tiempo no son lo que pretendían, es <strong>de</strong>cir, datos inmediatos. Son porque no es otra cosa<br />
y «por consiguiente, lo que permanece no es ya aquello que nosotros suponemos como<br />
ser, sino el ser con <strong>la</strong> <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> ser <strong>la</strong> abstracción o lo puramente universal y<br />
nuestra suposición, según <strong>la</strong> cual lo verda<strong>de</strong>ro <strong>de</strong> <strong>la</strong> certeza sensible no es lo universal,<br />
resulta ser lo único que queda frente a ese ahora y ese aquí vacíos e indiferentes». 196<br />
Nuestro punto <strong>de</strong> partida era el aquí y el ahora inefables pero positivos; lo que hemos<br />
<strong>de</strong>scubierto es <strong>la</strong> negación que existe en ellos. Sólo son por <strong>la</strong> negación <strong>de</strong> su ser-otro.<br />
La singu<strong>la</strong>ridad pasa a ser universalidad, pero esta universalidad no es positiva, se<br />
muestra como <strong>la</strong> pura abstracción y, sin embargo, como el elemento simple que es tal<br />
por medio <strong>de</strong> lo otro. Lo que subsiste, indiferente a lo que no sea él, es un esto<br />
universal, base <strong>de</strong> todos los estos, un ahora universal que es el tiempo en el cual el ahora<br />
se repite in<strong>de</strong>finidamente manteniendo su igualdad consigo mismo a pesar <strong>de</strong> su<br />
alteración, un espacio en el que se sitúan todos los puntos particu<strong>la</strong>res. Lo que esta<br />
experiencia ha ganado es <strong>la</strong> primera noción <strong>de</strong> lo universal opuesta a lo singu<strong>la</strong>r y<br />
mediatizada por él; pero <strong>la</strong> particu<strong>la</strong>ridad <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>terminación, <strong>la</strong> particu<strong>la</strong>ridad que<br />
expresa <strong>la</strong> mediación y que habrá <strong>de</strong> aparecer en <strong>la</strong> percepción no ha sido fijada todavía.<br />
La cualidad que sin duda había en lo inefable <strong>de</strong>l esto sensible ha sido más bien negada<br />
y lo que queda ante nosotros ya no es <strong>la</strong> noche o el día y lo universal, sino el aquí<br />
abstracto como singu<strong>la</strong>ridad y universalidad, el ahora como singu<strong>la</strong>ridad y universalidad.<br />
La dialéctica que correspon<strong>de</strong> a ese estadio es <strong>la</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> cantidad pura en el campo<br />
<strong>de</strong>l espacio y <strong>de</strong>l tiempo, tal como se expresa en los argumentos <strong>de</strong> Zenón <strong>de</strong> Elea. La<br />
dialéctica ha abandonado <strong>la</strong> cualidad en el tránsito <strong>de</strong>l esto singu<strong>la</strong>r al ser, en general, en<br />
el esto universal, pero queda una dialéctica <strong>de</strong> lo uno y lo múltiple. En efecto, todos los<br />
ahora, como los aquí, son idénticos y esta i<strong>de</strong>ntidad que constituye su comunidad es <strong>la</strong><br />
continuidad <strong>de</strong>l espacio y <strong>de</strong>l tiempo; pero, por otra parte, todos ellos son diferentes., y<br />
esta diferencia es lo que constituye <strong>la</strong> continuidad <strong>de</strong>l número. Sólo que esta diferencia<br />
es una diferencia supuesta; es una diferencia indiferente y cada punto <strong>de</strong>l espacio es<br />
idéntico al otro como cada momento temporal. Des<strong>de</strong> que es parte <strong>de</strong> su i<strong>de</strong>ntidad o <strong>de</strong><br />
su continuidad se llega necesariamente a su diferencia y se cae en <strong>la</strong> discontinuidad;<br />
cuando se parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> discontinuidad, es <strong>de</strong>cir, <strong>de</strong> su diferencia, se vuelve a caer<br />
necesariamente en su igualdad, en su continuidad. Todos los «unos» son a <strong>la</strong> vez<br />
distintos e idénticos. Tal es, en el terreno <strong>de</strong> <strong>la</strong> cantidad, <strong>la</strong> oposición <strong>de</strong> <strong>la</strong> singu<strong>la</strong>ridad,<br />
el uno distinto <strong>de</strong> los otros (esta diferencia no es todavía más que una diferencia<br />
supuesta, no se trata <strong>de</strong>l ser para sí o <strong>de</strong> <strong>la</strong> verda<strong>de</strong>ra singu<strong>la</strong>ridad que tiene <strong>la</strong> negación<br />
en sí misma) y el uno absolutamente idéntico a todos los <strong>de</strong>más (el universal, aunque<br />
195 Phénoménologie, I, p. 84 (Fenomenología, p. 85). Lo que con esta dialéctica acabamos <strong>de</strong> obtener es<br />
una primera <strong>de</strong>finición <strong>de</strong> lo universal, pero como ser <strong>de</strong> «<strong>la</strong> pura abstracción», condición para cualquier<br />
otra abstracción; y lo que en este universal ha aparecido como esencial es <strong>la</strong> negación.<br />
196 Phénoménologie, I, p. 85 (Fenomenología, p. 65).