Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel
Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel
Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel
Create successful ePaper yourself
Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.
también vacía, lo mismo que el puro <strong>de</strong>ber. Ahora bien, como hay que actuar, el<br />
individuo <strong>de</strong>be tornar<strong>la</strong> una <strong>de</strong>terminación y <strong>de</strong>be tomar<strong>la</strong> por sí mismo, es <strong>de</strong>cir, <strong>la</strong> encuentra<br />
.en su individualidad sensible.<br />
Ahora todo contenido, lo mismo que cualquier otro ser, pue<strong>de</strong> ponerse como<br />
puro <strong>de</strong>ber. La convicción sigue siendo formal. Todo se pue<strong>de</strong> justificar siempre que se<br />
sepa convencerse <strong>de</strong> <strong>la</strong> conformidad <strong>de</strong> su acción con el <strong>de</strong>ber, reteniendo firmemente<br />
el aspecto bajo el cual <strong>la</strong> acción pue<strong>de</strong> presentarse como <strong>de</strong>ber. Supongamos que<br />
aumento mi propiedad. Es un <strong>de</strong>ber pensar en <strong>la</strong> preservación <strong>de</strong> mi vida y en <strong>la</strong> <strong>de</strong> mis<br />
parientes; para <strong>de</strong>cirlo mejor: prever <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> ser útil a los <strong>de</strong>más. Otros <strong>de</strong>scubrirán<br />
en mi acción algo fraudulento al fijarse en un aspecto distinto <strong>de</strong>l caso. «Por lo<br />
mismo que los otros hab<strong>la</strong>n <strong>de</strong> violencia e injusticia, correspon<strong>de</strong> al <strong>de</strong>ber afirmar su<br />
propia in<strong>de</strong>pen<strong>de</strong>ncia contra los <strong>de</strong>más; lo que aquellos l<strong>la</strong>man cobardía es el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong><br />
preservar su propia vida y <strong>la</strong> posibilidad <strong>de</strong> ser útil al prójimo; y, por el contrario, lo que<br />
aquéllos l<strong>la</strong>man valentía más bien vio<strong>la</strong> estos dos <strong>de</strong>beres.» 1067 La casuística es<br />
inevitable; lo inadmisible es ignorar que en este saber resi<strong>de</strong> <strong>la</strong> conformidad con el<br />
<strong>de</strong>ber. «Sin este saber, <strong>la</strong> cobardía cometería <strong>la</strong> tontería <strong>de</strong> ser inmoral.» Así <strong>la</strong> buena<br />
consciencia se hace libre <strong>de</strong> todo contenido, se hal<strong>la</strong> exenta <strong>de</strong> todo <strong>de</strong>ber <strong>de</strong>terminado;<br />
se <strong>de</strong>ci<strong>de</strong> por sí misma, pero, como acabamos <strong>de</strong> ver, esta libertad es igualmente lo<br />
arbitrario puro.<br />
La arbitrariedad que se nos aparece a nosotros, en tanto que filósofos, todavía no<br />
es evi<strong>de</strong>nte para <strong>la</strong> consciencia que actúa; el<strong>la</strong> misma <strong>de</strong>be hacer su experiencia. La<br />
in<strong>de</strong>terminación que acabamos <strong>de</strong> <strong>de</strong>scubrir <strong>de</strong>be hacerse consciente para el propio sí<br />
mismo. Ahora bien, una vez realizado el acto, separado <strong>de</strong>l sí mismo como el fruto <strong>de</strong>l<br />
árbol, es un acto <strong>de</strong>terminado no necesariamente reconocido por <strong>la</strong>s otras<br />
autoconsciencias. En este acto, <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más individualida<strong>de</strong>s no se encuentran a sí<br />
mismas. Indudablemente, <strong>la</strong> acción que acabo <strong>de</strong> realizar es mi acción. En su contenido<br />
<strong>de</strong>terminado tengo un saber <strong>de</strong> mí mismo, expreso mi igualdad conmigo mismo o mi<br />
convicción. En este saber que tengo acerca <strong>de</strong> mí mismo todos los <strong>de</strong>más <strong>de</strong>ben<br />
reconocerse, porque <strong>la</strong> convicción es universal en sí. Sin embargo, no es así, y <strong>la</strong><br />
igualdad propuesta es en realidad una <strong>de</strong>sigualdad. En efecto, una vez realizado el acto<br />
ya no es saber <strong>de</strong> sí mismo, sino «un acto <strong>de</strong>terminado que no es igual al elemento <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
autoconsciencia <strong>de</strong> todos y que, por tanto, no es necesariamente reconocido. Los dos<br />
<strong>la</strong>dos, <strong>la</strong> buena consciencia que actúa y <strong>la</strong> consciencia universal que reconoce esta<br />
acción como <strong>de</strong>ber, se hal<strong>la</strong>n igualmente libres <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>terminación precisa <strong>de</strong> esta<br />
operación». 1068 Por eso el reconocimiento parece aquí imposible. Lo que más bien se<br />
pone <strong>de</strong> manifiesto es <strong>la</strong> ina<strong>de</strong>cuación <strong>de</strong> <strong>la</strong> acción con <strong>la</strong> universalidad <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />
convicción.<br />
II. La universalidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> buena consciencia. Así y todo, esta universalidad <strong>de</strong>be<br />
hacerse válida. El acto no pue<strong>de</strong> ser consi<strong>de</strong>rado aquí, como en los momentos<br />
anteriores, <strong>de</strong> acuerdo sólo con su contenido material; este acto no pue<strong>de</strong> ser privado <strong>de</strong><br />
su significado espiritual, expresa una convicción que es, <strong>de</strong> jure, universal, es un saber<br />
que <strong>de</strong>be ser al mismo tiempo saber universal. ¿Cómo pue<strong>de</strong> transparentarse esta<br />
universalidad y darse al acto un ser espiritual? Tal es el problema que ahora se p<strong>la</strong>ntea.<br />
1067 Phénoménologie, II, pp. 179-180 (Fenomenología, p. 376). <strong>Hegel</strong> recoge todo este análisis crítico <strong>de</strong><br />
<strong>la</strong> Gewissen en el segundo momento <strong>de</strong> <strong>la</strong> filosofía <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho. El primer momento era <strong>la</strong> persona<br />
(objetiva); el segundo momento es el sujeto moral (subjetivo); el tercer momento será, en el Estado en<br />
general, <strong>la</strong> voluntad subjetiva y objetiva a <strong>la</strong> vez. En ese texto <strong>de</strong> <strong>la</strong> Filosofía <strong>de</strong>l <strong>de</strong>recho una cita envía a<br />
<strong>la</strong> Fenomenología (ed. Lasson, VI, pp. 109-136: Das Gute und das Gewissen).<br />
1068 Phénoménologie, II, p. 183 (Fenomenología, p. 379).