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Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel

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igualmente <strong>la</strong> singu<strong>la</strong>ridad a <strong>la</strong>s últimas consecuencias». 857 El rey si tiene un nombre<br />

propio que es conocido <strong>de</strong> todos. La individualidad es inmediatamente universal y lo<br />

universal es inmediatamente individual. Detrás <strong>de</strong> <strong>la</strong>s fórmu<strong>la</strong>s dialécticas aparece ahora<br />

el reino <strong>de</strong> Luis XIV, y lo que más tar<strong>de</strong> Taine <strong>de</strong>nominará «el espíritu clásico» es<br />

<strong>de</strong>scrito ya por <strong>Hegel</strong>. Mientras que los cortesanos han alienado completamente su sí<br />

mismo, su pura certeza interior, el soberano es el único que conserva su naturaleza en<br />

este mundo artificial. En los Cursos <strong>de</strong> filosofía <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> 1806-1807 <strong>Hegel</strong> había<br />

Seña<strong>la</strong>do: «La pluralidad <strong>de</strong> individuos, el pueblo, se sitúa frente a un individuo, el<br />

monarca. Éste representa lo único que subsiste <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza. Lo natural se ha<br />

refugiado en él. Cualquier otra individualidad so<strong>la</strong>mente vale,' como alienada, como lo<br />

que el<strong>la</strong> se ha hecho,» 858 El rey tiene todavía un nombre propio que es conocido <strong>de</strong><br />

todos y reconocido por todos. La sucesión <strong>de</strong> los reyes sigue el or<strong>de</strong>n <strong>de</strong> <strong>la</strong> naturaleza.<br />

Pero esta «individualidad exclusiva» sólo pue<strong>de</strong> constituir el po<strong>de</strong>r si los nobles <strong>la</strong><br />

reconocen, si se convierten, según <strong>la</strong> expresión <strong>de</strong> Saint-Simón, en «<strong>la</strong>cayos movidos<br />

por <strong>la</strong> asiduidad V <strong>la</strong> bajeza». «Por su parte el propio singu<strong>la</strong>r, este singu<strong>la</strong>r, se sabe a sí<br />

mismo como el po<strong>de</strong>r universal, porque los nobles no sólo están dispuestos a servir al<br />

po<strong>de</strong>r, sino que se agrupan en torno al trono como un adorno y dicen siempre a quien lo<br />

ocupa lo que es.» 859<br />

Sin embargo, al haberse actualizado <strong>de</strong> esta manera el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado, se ha<br />

alienado <strong>de</strong> hecho, también se ha extrañado <strong>de</strong> sí mismo; <strong>de</strong>pen<strong>de</strong> <strong>de</strong> <strong>la</strong> consciencia<br />

noble que le ha puesto en su singu<strong>la</strong>ridad solitaria. Ya no es el en sí, sino el en sí<br />

negado. «La consciencia noble, el extremo <strong>de</strong>l ser para sí, recibe el extremo <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

universalidad efectiva a cambio <strong>de</strong> <strong>la</strong> universalidad <strong>de</strong>l pensamiento que ha<br />

alienado.» 860 De un modo muy general se pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir que <strong>la</strong> sustancia, el en sí <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong>l Estado, ha pasado a ser un momento <strong>de</strong> <strong>la</strong> consciencia que se ha sometido a él. La<br />

consciencia noble ha cambiado su honor por pensiones y ventajas materiales. El po<strong>de</strong>r<br />

<strong>de</strong>ja <strong>de</strong> ser el en sí situado más allá <strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconsciencia, para convertirse en aquello <strong>de</strong><br />

lo que se apo<strong>de</strong>ra <strong>la</strong> autoconsciencia; es <strong>la</strong> esencia suprimida, <strong>la</strong> riqueza. No hay duda<br />

<strong>de</strong> que todavía subsiste como Una apariencia, pero ya no es más que este movimiento:<br />

«A través <strong>de</strong>l servicio y el homenaje pasa a su contrario, a <strong>la</strong> alienación <strong>de</strong>l po<strong>de</strong>r.» Al<br />

final no le queda más que «el nombre vacío». 861<br />

En ese momento toda <strong>la</strong> sustancia espiritual pasa a <strong>de</strong>pen<strong>de</strong>r <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

autoconsciencia que se ha alienado para obtener dicha dominación. El único objeto que<br />

subsiste frente al sí mismo y todavía le opone resistencia es <strong>la</strong> riqueza. Pero <strong>la</strong> riqueza<br />

no es el en sí, no es <strong>la</strong> esencia, como lo era el po<strong>de</strong>r <strong>de</strong>l Estado stricto sensu, sino que es<br />

más bien el en sí suprimido, y <strong>la</strong> autoconsciencia que hace <strong>de</strong> este objeto <strong>la</strong> esencia <strong>de</strong>be<br />

verse alienada en él. Ahora es en <strong>la</strong> riqueza don<strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconsciencia va a tener que<br />

encontrarse a sí misma. Antes hemos hecho referencia a La Rochefoucauld; ahora se<br />

pue<strong>de</strong> pencar en La Bruyére, quien observaba esta evolución a fines <strong>de</strong>l siglo XVII.<br />

«Tales personas no son parientes, ni amigos, ni ciudadanos, ni cristianos, ni<br />

probablemente hombres; tienen dinero.» En los Cursos <strong>de</strong> filosofía <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> 1806-<br />

1807 <strong>Hegel</strong> había percibido esta profunda transformación <strong>de</strong>l mundo mo<strong>de</strong>rno que hace<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> riqueza el objeto <strong>de</strong>l yo. El dinero se ha convertido en el «concepto material<br />

existente» y el sí mismo <strong>de</strong>l hombre se ha alienado en los ciegos movimientos <strong>de</strong> toda <strong>la</strong><br />

vida económica. «Hace su aparición <strong>la</strong> oposición entre <strong>la</strong> gran riqueza y <strong>la</strong> gran<br />

857 Phénoménologie. II. p. 72 (Fenomenología, p. 302).<br />

858 HEGEL. Werke, ed. Lasson-Hoffmeister, XX. p. 252.<br />

859 Phénoménologie, II, p. 72 (Fenomenología, p. 302).<br />

860 Phénoménologie, II, p. 73 (Fenomenología, p. 303).<br />

861 Phénoménologie, II, p. 73 (Fenomenología, p. 303).

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