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Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel

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común», «obra <strong>de</strong> todos y <strong>de</strong> cada uno».<br />

La oposición, que servía <strong>de</strong> punto <strong>de</strong> partida a <strong>la</strong> dialéctica anterior —oposición <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> autoconsciencia y <strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad— vuelve a encontrarse aquí en una nueva forma y<br />

como un resultado. De hecho, esta oposición estaba presupuesta, pues cuando <strong>la</strong> consciencia<br />

empren<strong>de</strong> <strong>la</strong> acción presupone <strong>la</strong> naturaleza originaria en tanto que el en sí y «el<br />

puro ejecutar tenía esta naturaleza como contenido»; ahora bien, «el puro operar es <strong>la</strong><br />

forma i<strong>de</strong>al a sí misma <strong>de</strong> <strong>la</strong> que, por consiguiente, difiere <strong>la</strong> <strong>de</strong>terminación <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

naturaleza originaria». 631 En el lenguaje habitual <strong>de</strong> <strong>la</strong> Fenomenología aquí se oponen<br />

concepto y realidad, por lo que el en sí (<strong>la</strong> naturaleza originaria) y el «operar» pue<strong>de</strong>n<br />

ser consi<strong>de</strong>rados alternativamente como concepto y como realidad. La ina<strong>de</strong>cuación<br />

existe entre <strong>la</strong> naturaleza originaria —es <strong>de</strong>cir, el ser, sea <strong>de</strong> <strong>la</strong> individualidad como tal,<br />

sea <strong>de</strong> <strong>la</strong> obra— y el operar. «El operar es el concepto originario como absoluto tránsito<br />

o como <strong>de</strong>venir.» «Esta ina<strong>de</strong>cuación <strong>de</strong>l concepto y <strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad que radica en su<br />

esencia, <strong>la</strong> experimenta <strong>la</strong> consciencia en su obra. Justamente en <strong>la</strong> obra, <strong>la</strong> consciencia<br />

<strong>de</strong>viene, por tanto, como en verdad es, el concepto vacío que tiene <strong>de</strong> sí misma<br />

<strong>de</strong>saparece.» 632<br />

Radicada en el medio extraño <strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad, <strong>la</strong> obra se muestra como contingente y<br />

explícita <strong>la</strong>s contradicciones que pue<strong>de</strong>n existir entre todos los momentos que<br />

anteriormente —en el concepto— nos parecían armoniosamente unidos. En el elemento<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> subsistencia todos los momentos <strong>de</strong>vienen indiferentes entre sí. Es contingente que<br />

el fin perseguido corresponda precisamente a mi naturaleza (he podido equivocarme<br />

sobre mí mismo y tratar <strong>de</strong> realizar por azar lo que no conviene a lo que yo soy), es contingente<br />

que éste sea el medio que conviene al fin que ha sido elegido. Un artista pue<strong>de</strong><br />

tener un fin y no saber, en cambio, <strong>de</strong>scubrir <strong>la</strong> técnica adaptada a su proyecto.<br />

Finalmente, <strong>la</strong> realidad misma se opone a <strong>la</strong> operación <strong>de</strong>l individuo: «La fortuna <strong>de</strong>ci<strong>de</strong><br />

tanto en pro <strong>de</strong> un fin mal <strong>de</strong>terminado y <strong>de</strong> un medio mal escogido como en contra <strong>de</strong><br />

ellos.» 633<br />

Esta última oposición resume todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más; se trata, una vez más, <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

oposición entre <strong>la</strong> realidad —objetividad— y el concepto —subjetividad. La<br />

autoconsciencia no sólo es para sí misma, sino que también es para <strong>la</strong>s otras; no es sólo<br />

subjetiva, sino que también es una cosa, una manifestación objetiva. Ahora bien, lo que<br />

se propone <strong>la</strong> Fenomenología en su totalidad es justamente <strong>la</strong> superación <strong>de</strong> esta<br />

fundamental contradicción cuyos aspectos todos estamos viendo. ¿Vamos acaso a caer<br />

en el<strong>la</strong> nuevamente sin po<strong>de</strong>r salir <strong>de</strong> ahí, o tal vez conseguiremos progresar hasta una<br />

forma verda<strong>de</strong>ramente nueva?<br />

Aquí es don<strong>de</strong> <strong>Hegel</strong> se eleva a una nueva noción <strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad efectiva, una nueva<br />

noción <strong>de</strong> <strong>la</strong> objetividad que podría <strong>de</strong>nominarse objetividad espiritual y para <strong>la</strong> cual<br />

utiliza <strong>la</strong> expresión die Sache selbst. Esta expresión, que ordinariamente <strong>de</strong>signa <strong>la</strong> más<br />

perfecta objetividad y que en castel<strong>la</strong>no correspon<strong>de</strong> a <strong>la</strong> cosa misma, le servirá a <strong>Hegel</strong><br />

para superar <strong>la</strong> contingencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> obra conservando <strong>la</strong> necesidad <strong>de</strong> <strong>la</strong> operación. 634 La<br />

631 Phénoménologie, I, p. 332 (Fenomenología, p. 238).<br />

632 Phénoménologie, I, p. 333 (Fenomenología, p. 239). En efecto, <strong>la</strong> obra no va a aparecer como una cosa<br />

<strong>de</strong>terminada —que es lo que parece ser al principio—, sino como un movimiento; será interpretada <strong>de</strong><br />

formas varias por los otros. Como cosa <strong>de</strong>terminada, <strong>de</strong>saparecerá y es justamente el proceso <strong>de</strong> <strong>de</strong>saparición<br />

lo que va a permitir a <strong>la</strong> consciencia transformar su concepto «<strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad objetiva».<br />

633 Phénoménologie, I, p. 333 (Fenomenología, p. 239).<br />

634 En su Lógica ontológica <strong>Hegel</strong> caracteriza <strong>la</strong> cosa misma (die Sache selbst) como unidad <strong>de</strong>l<br />

pensamiento y <strong>de</strong>l ser. Que el pensamiento es <strong>la</strong> cosa misma equivale a <strong>de</strong>cir que es idéntico al ser y que<br />

el ser es pensado; pero aquí <strong>la</strong> cosa misma es <strong>de</strong>scubierta como «<strong>la</strong> operación <strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconsciencia<br />

universal». Por lo .tanto, es el sujeto, «el ser que es yo o el yo que es ser», sin olvidar que dicho sujeto<br />

implica <strong>la</strong> intersubjetividad, <strong>la</strong> mutua re<strong>la</strong>ción entre todas <strong>la</strong>s individualida<strong>de</strong>s.

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