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Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel

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Hemos intentado seña<strong>la</strong>r <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el comienzo <strong>la</strong> primera interpretación concreta <strong>de</strong><br />

este capítulo para justificar el título que <strong>Hegel</strong> da a uno <strong>de</strong> sus principales <strong>de</strong>sarrollos —<br />

el reino animal espiritual, Das geistige Tierreich—, 611 pero creemos que es conveniente<br />

no olvidar <strong>la</strong> interpretación dialéctica más general <strong>de</strong> este momento <strong>de</strong> <strong>la</strong> experiencia<br />

fenomenológica, puesto que HOS indica <strong>la</strong> orientación <strong>de</strong>l pensamiento hegeliano.<br />

Hemos visto con <strong>la</strong> razón en general un modo <strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconsciencia que, en vez <strong>de</strong><br />

oponerse al ser, al en sí en general, intenta adoptar un comportamiento positivo para con<br />

aquél. Este ser, hab<strong>la</strong>ndo con propiedad, ya no es una cosa en sí, un puro ser otro, sino<br />

que se ha convertido en el mundo, un mundo en el cual <strong>la</strong> individualidad, forma con que<br />

se presenta <strong>la</strong> autoconsciencia, se busca a sí misma sin saberlo. Y, naturalmente, se<br />

encuentra, pero se encuentra en <strong>la</strong> forma <strong>de</strong> un ser <strong>de</strong>terminado y estático, lo contrario<br />

<strong>de</strong> su inquietud ontológica. Por eso, <strong>la</strong> individualidad autoconsciente se opone<br />

nuevamente a este ser en sí <strong>de</strong>l mundo. Al en sí <strong>de</strong> <strong>la</strong> razón suce<strong>de</strong> su para sí, al ser<br />

suce<strong>de</strong> el proyecto. Pero en el último <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong> razón operante —a propósito <strong>de</strong>l<br />

caballero errante que quería hacer reinar <strong>la</strong> virtud en el curso <strong>de</strong>l mundo— hemos visto<br />

que esta operación no se mantenía. El fin que se propone <strong>la</strong> autoconsciencia se opone<br />

verbalmente a <strong>la</strong> realidad dada. El en sí <strong>de</strong>l curso <strong>de</strong>l mundo, que sería lo misino que el<br />

i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> <strong>la</strong> virtud, no difiere <strong>de</strong>l ser para otro o <strong>de</strong> <strong>la</strong> realidad efectiva encontrada. Es en<br />

su manifestación cuando este en sí pasa <strong>de</strong> <strong>la</strong> potencia al acto, y el curso <strong>de</strong>l mundo no<br />

es más que el en sí realizado. Fin y ser en sí se han reve<strong>la</strong>do como lo que son el ser para<br />

otro y <strong>la</strong> efectiva realidad encontrada. 612<br />

En términos concretos pue<strong>de</strong> <strong>de</strong>cirse que <strong>la</strong> oposición <strong>de</strong> un mundo objetivo y <strong>de</strong> un<br />

i<strong>de</strong>al <strong>de</strong> <strong>la</strong> razón activa ya no es válida. El mondo objetivo —que aparece como ser para<br />

otro— es el mundo mismo <strong>de</strong> <strong>la</strong> individualidad actuante. El ser en sí, es <strong>de</strong>cir, lo<br />

universal, y el ser para sí, o sea, <strong>la</strong> individualidad, se penetran íntimamente. Los dones,<br />

<strong>la</strong>s capacida<strong>de</strong>s, <strong>la</strong>s fuerzas que estaban en potencia en el curso <strong>de</strong>l mundo se realizan<br />

por medio <strong>de</strong> <strong>la</strong> eficacia <strong>de</strong> <strong>la</strong> individualidad operante que les hace pasar <strong>de</strong> <strong>la</strong> potencia<br />

al acto. Lo que aparece es el mismo concepto que teníamos <strong>de</strong> <strong>la</strong> individualidad<br />

consciente al principio <strong>de</strong> <strong>la</strong> parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> Fenomenología que <strong>Hegel</strong> intitu<strong>la</strong> «<strong>la</strong> Razón»,<br />

es <strong>de</strong>cir, <strong>la</strong> completa fusión <strong>de</strong>l ser y <strong>de</strong>l sí mismo (el en sí en el para sí). El sí mismo<br />

operante es a <strong>la</strong> vez el ser y el sí mismo, es <strong>la</strong> categoría que se ha hecho consciente <strong>de</strong><br />

sí misma. Hemos visto cómo esa categoría se <strong>de</strong>sarrol<strong>la</strong>ba en el elemento <strong>de</strong>l ser, era <strong>la</strong><br />

razón observante y luego en el elemento <strong>de</strong>l sí mismo, era <strong>la</strong> razón activa. Ahora esos<br />

dos momentos <strong>de</strong> <strong>la</strong> categoría se unen dialécticamente, y <strong>la</strong> individualidad humana es <strong>la</strong><br />

categoría autoconsciente. Aquí no hay un ser objetivo que se oponga al sí mismo ni allí<br />

un sí mismo que se oponga al ser, que fuera para sí sin ser en sí, «sino que el sí mismo<br />

es el ser mismo y el ser es el sí mismo». «La autoconsciencia tiene como objeto propio<br />

<strong>la</strong> pura categoría misma o, dicho <strong>de</strong> otra manera, es <strong>la</strong> categoría que se ha hecho<br />

consciente <strong>de</strong> sí misma.» 613 En este estadio <strong>de</strong> <strong>la</strong> dialéctica es justamente don<strong>de</strong> se<br />

realiza lo que <strong>la</strong> observación <strong>de</strong> <strong>la</strong> individualidad humana no conseguía sacar a <strong>la</strong> luz<br />

completamente porque el<strong>la</strong> era so<strong>la</strong>mente observación. «La individualidad es lo que es<br />

su mundo en tanto que mundo suyo, el<strong>la</strong> misma es el círculo <strong>de</strong> su propia operación,<br />

círculo en el cual se ha presentado como realidad efectiva; es so<strong>la</strong>mente <strong>la</strong> unidad <strong>de</strong>l<br />

ser en tanto que ya dado y <strong>de</strong>l ser en tanto que construido, unidad cuyos <strong>la</strong>dos no están<br />

al margen uno <strong>de</strong> otro como ocurría en <strong>la</strong> representación <strong>de</strong> <strong>la</strong> ley psicológica, siendo<br />

uno <strong>de</strong> los <strong>la</strong>dos el mundo en sí como presente y el otro <strong>la</strong> individualidad para sí.» 614 No<br />

611 Phénoménologie, I, p 324 (Fenomenología, p. 232.<br />

612 Phénoménologie, I, p. 322 (Fenomenología, p. 231).<br />

613 Phénoménologie, I, p. 323 (Fenomenlogía, p. 232).<br />

614 Phénoménologie, I, p. 256.

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