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Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel

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ofrece <strong>Hegel</strong>, puesto que el citado carácter pue<strong>de</strong> arrojar luz sobre el alcance y el<br />

significado <strong>de</strong> esta <strong>de</strong>mostración.<br />

3. El sí mismo se ha alienado como esencia o interior. «La cosa <strong>de</strong>be ser sabida<br />

como el sí mismo, no sólo en lo que concierne a <strong>la</strong> inmediatez <strong>de</strong> su ser o su<br />

<strong>de</strong>terminación, sino también como esencia o interior. Tal es lo que se da en <strong>la</strong><br />

autoconsciencia moral.» 1241 Para el entendimiento <strong>la</strong> cosa objetiva era un universal, un<br />

interior <strong>de</strong>l mundo fenoménico que se oponía a su manifestación. Lo mismo para <strong>la</strong><br />

autoconsciencia moral tal como <strong>la</strong> concibe Kant. «Ésta sabe su propio saber como <strong>la</strong><br />

esencialidad absoluta o sabe sin más el ser como <strong>la</strong> pura voluntad o el puro saber; es<br />

únicamente esta voluntad y este saber.» En esta concepción <strong>de</strong>l mundo lo suprasensible<br />

es el sí mismo como saber y voluntad puros indivisiblemente; el sí mismo se ha<br />

alienado aquí, es <strong>la</strong> pura voluntad sapiente, pero esa voluntad es también, en tanto que<br />

pura, un interior, un más allá que se opone al ser ahí sensible en el tiempo y el espacio,<br />

como <strong>la</strong> fuerza <strong>de</strong>l entendimiento se oponía a su fenómeno. Sin embargo, esta oposición<br />

no se aguanta ni en un caso ni en el otro: tanto en el caso <strong>de</strong>l entendimiento como en el<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconsciencia moral hay un perpetuo tránsito <strong>de</strong> lo interior a lo exterior, <strong>de</strong> lo<br />

suprasensible a lo sensible. «En tanto que en .su representación <strong>de</strong>l mundo, <strong>la</strong><br />

consciencia moral <strong>de</strong>svincu<strong>la</strong> el ser ahí <strong>de</strong>l sí mismo, vuelve a recogerlo, por otra parte,<br />

en sí misma.» Por eso, <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma manera que el entendimiento <strong>de</strong>venía <strong>la</strong> unidad <strong>de</strong><br />

este tránsito o autoconsciencia viviente, también <strong>la</strong> consciencia moral <strong>de</strong>viene Gewissen<br />

«que sabe que su ser ahí como tal es esta pura certeza <strong>de</strong> sí misma». Aunque <strong>la</strong><br />

autoconsciencia se aliena, lo hace ahora en un elemento <strong>de</strong> existencia <strong>de</strong> tal naturaleza<br />

que es para el<strong>la</strong> al mismo tiempo objetivo y subjetivo, que es a <strong>la</strong> vez ser y certeza <strong>de</strong> sí.<br />

«El elemento objetivo en el cual [<strong>la</strong> autoconsciencia] se expone como actuante no es<br />

sino el puro saber que el sí mismo tiene <strong>de</strong> sí.» 1242<br />

V. El elemento <strong>de</strong> existencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> ciencia. La autoconsciencia universal. El sí<br />

mismo se ha alienado y puesto <strong>de</strong> acuerdo con todas <strong>la</strong>s dimensiones <strong>de</strong>l ser. Tal es, al<br />

menos, lo que nosotros, filósofos, <strong>de</strong>scubrimos retrospectivamente por medio <strong>de</strong> una<br />

recolección <strong>de</strong> figuras <strong>de</strong> <strong>la</strong> consciencia que es obra nuestra; pero <strong>la</strong> última figura, <strong>la</strong> <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> Gewissen, <strong>de</strong>be contener en una forma resumida todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong>más. Nos ofrece<br />

precisamente este elemento <strong>de</strong> existencia, este éter, en el cual se hace posible el saber<br />

absoluto. El espíritu cierto <strong>de</strong> sí mismo tiene por verdad suya, por su elemento objetivo,<br />

esta misma certeza <strong>de</strong> sí que está <strong>de</strong>ntro <strong>de</strong> él mismo. El saber <strong>de</strong> sí mismo es so<strong>la</strong>mente<br />

mediatizado por <strong>la</strong> universalidad <strong>de</strong> <strong>la</strong>s autoconsciencias, por el reconocimiento<br />

universal. Se expresa por el lenguaje, que es auténticamente <strong>la</strong> prefiguración <strong>de</strong>l logos<br />

<strong>de</strong> <strong>la</strong> lógica. El citado elemento <strong>de</strong> existencia —digámoslo explícitamente— es <strong>la</strong><br />

autoconsciencia universal que esté ahí en el «hombre divino universal». Tal es el<br />

elemento en que será posible <strong>la</strong> autoconsciencia <strong>de</strong> lo absoluto. Y está c<strong>la</strong>ro que esta<br />

última figura presenta <strong>de</strong> un modo resumido lo que hemos l<strong>la</strong>mado <strong>la</strong>s tres dimensiones<br />

<strong>de</strong>l ser. El saber <strong>de</strong> <strong>la</strong> consciencia cierta <strong>de</strong> sí (Gewissen) está ahí inmediatamente<br />

comoun ser, se opone a sí mismo y entra en <strong>la</strong> re<strong>la</strong>ción y <strong>la</strong> <strong>de</strong>terminación porque es<br />

universal y singu<strong>la</strong>r a <strong>la</strong> vez y porque <strong>la</strong> consciencia actuante pone necesariamente <strong>la</strong><br />

dualidad en el seno <strong>de</strong> este elemento; igualmente, en tanto que ser ahí <strong>de</strong>terminado, o en<br />

1241 Phénoménologie, II, p. 296 (Fenomenología, p. 463). Para <strong>la</strong> oposición entre <strong>la</strong> esencia y <strong>la</strong><br />

manifestación en el entendimiento, cf. Phénoménologie, I, p. 118. Para el puro querer y saber más allá <strong>de</strong>l<br />

ser ahí inmediato, cf. <strong>la</strong> «Concepción moral <strong>de</strong>l mundo» (Phénoménologie, II, pp. 142 y ss.).<br />

1242 Phénoménologie. II. p. 297 (Fenomenología, p. 463). La <strong>de</strong>mostración <strong>de</strong> <strong>Hegel</strong> tien<strong>de</strong> a poner <strong>de</strong><br />

manifiesto que el universo <strong>de</strong>l sí mismo es tanto subjetivo como objetivo, que esta distinción es<br />

trascendida en <strong>la</strong> observación <strong>de</strong>l sí mismo.

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