14.05.2013 Views

Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel

Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel

Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

sustancia. En cambio, <strong>la</strong> primera es el <strong>de</strong>stino trágico dé <strong>la</strong> certeza <strong>de</strong> sí mismo que<br />

<strong>de</strong>be ser en sí y para sí. Es <strong>la</strong> consciencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> pérdida <strong>de</strong> toda esencialidad en esta<br />

certeza <strong>de</strong> sí y justamente <strong>de</strong> <strong>la</strong> pérdida <strong>de</strong>l saber <strong>de</strong> sí —<strong>de</strong> <strong>la</strong> sustancia tanto como <strong>de</strong>l<br />

sí mismo—; es el dolor expresado en estas duras pa<strong>la</strong>bras: Dios ha muerto.» 420<br />

Y es que <strong>la</strong> certeza sensible —el para sí— es precisamente lo que jamas pue<strong>de</strong> ser<br />

alcanzado, <strong>la</strong> subjetividad que no es otra cosa que «el movimiento, privado <strong>de</strong><br />

sustancia, <strong>de</strong> <strong>la</strong> misma consciencia». 421 Todas estas expresiones <strong>de</strong> <strong>Hegel</strong> traducen bien<br />

c<strong>la</strong>ramente ese incesante escaparse <strong>de</strong> sí mismo, esa imposibilidad <strong>de</strong> coinci<strong>de</strong>ncia y <strong>de</strong><br />

a<strong>de</strong>cuación <strong>de</strong>l para sí <strong>de</strong> <strong>la</strong> certeza <strong>de</strong> sí misma que <strong>de</strong>be ser en sí y para sí. Ahora<br />

bien, <strong>la</strong> certeza <strong>de</strong> sí no pue<strong>de</strong> ser en sí sin per<strong>de</strong>rse a sí misma, sin <strong>de</strong>venir cosa; es un<br />

perpetuo rebasamiento hacia una a<strong>de</strong>cuación consigo que nunca está dado. El<br />

escepticismo expresa justamente esta incesante huida <strong>de</strong> <strong>la</strong> consciencia ante sí misma;<br />

<strong>la</strong> consciencia no es nunca lo que es, niega todas <strong>la</strong>s <strong>de</strong>terminaciones en que se<br />

preten<strong>de</strong> encerrar<strong>la</strong>, <strong>la</strong>s situaciones concretas dadas. Pero el escepticismo no se conoce<br />

a él mismo, no sabe que esta negatividad es <strong>la</strong> <strong>de</strong>sgracia <strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconsciencia que en<br />

su subjetividad trata siempre <strong>de</strong> rebasarse, <strong>de</strong> alcanzar un en sí que al mismo tiempo<br />

fuera para sí, lo que en principio aparece como una contradicción. La autoconsciencia<br />

quiere ser sí mismo, ponerse en su i<strong>de</strong>ntidad como el<strong>la</strong> misma, pero esta i<strong>de</strong>ntidad no<br />

está dada como una cosa; todo lo que es dado, es negado por <strong>la</strong> autoconsciencia. La<br />

certeza <strong>de</strong> sí mismo se prueba así como una consciencia mutable, una consciencia a <strong>la</strong><br />

que siempre falta algo para ser realmente el<strong>la</strong> misma; <strong>de</strong> ahí <strong>la</strong> proyección fuera <strong>de</strong> sí<br />

<strong>de</strong> su propio rebasamiento en lo inmutable, en lo universal al que por hipótesis nada<br />

faltaría, que sería en sí y que al mismo tiempo sería para sí. Y es que, efectivamente, lo<br />

que <strong>la</strong> consciencia capta como aquello hacia lo cual se a<strong>de</strong><strong>la</strong>nta, si fuera so<strong>la</strong>mente en<br />

sí, conduciría a <strong>la</strong> anu<strong>la</strong>ción <strong>de</strong> <strong>la</strong> consciencia. Tal es el sentido <strong>de</strong> <strong>la</strong> expresión <strong>de</strong><br />

<strong>Hegel</strong> más arriba citada: «el <strong>de</strong>stino trágico <strong>de</strong> <strong>la</strong> certeza <strong>de</strong> sí mismo que <strong>de</strong>be ser en<br />

sí y para sí». Siendo para sí —negatividad—, añadimos nosotros, <strong>de</strong>scubre que no<br />

pue<strong>de</strong> ser al mismo tiempo, como certeza, dé sí, en sí y para sí.<br />

La consciencia pretendía captar una verdad en sí pero volvía a caer en <strong>la</strong> certeza<br />

que era so<strong>la</strong>mente para sí; <strong>la</strong> certeza pretendía alcanzarse a sí misma, pero sólo se<br />

alcanza renunciando a sí misma, alienándose. Así será reinstaurada <strong>la</strong> objetividad —<strong>la</strong><br />

sustancia— cuando <strong>la</strong> consciencia <strong>de</strong>sgraciada se vea <strong>de</strong>sembarazada <strong>de</strong> su<br />

subjetividad, se haya convertido el<strong>la</strong> misma en una cosa. Este doble movimiento<br />

constituye el sentido <strong>de</strong>l i<strong>de</strong>alismo hegeliano y <strong>de</strong> él resulta <strong>la</strong> aparición <strong>de</strong>l espíritu:<br />

«Uno es aquel según el cual <strong>la</strong> sustancia sale <strong>de</strong> su estado <strong>de</strong> sustancia y se convierte<br />

en autoconsciencia, el otro, en cambio, es aquel por el cual <strong>la</strong> autoconsciencia se aliena<br />

a sí misma y se hace coscidad o sí mismo universal.» 422 Así, pues, todo el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong><br />

<strong>la</strong> consciencia <strong>de</strong>sgraciada expresa el <strong>de</strong>sarrollo <strong>de</strong> <strong>la</strong> subjetividad que renuncia a sí<br />

misma y en esta negación <strong>de</strong> sí misma reinstaura una objetividad que ya no es el en sí<br />

puro y simple, sino que ha pasado a ser el en sí para sí o el para sí en sí; una sustancia<br />

que es al mismo tiempo sujeto, que se pone a sí misma como v lo que es. Que esta<br />

reconciliación, esta síntesis <strong>de</strong>l en sí y <strong>de</strong>l para sí sea posible es justamente lo que no<br />

admiten <strong>la</strong> mayoría <strong>de</strong> nuestros contemporáneos, y ahí resi<strong>de</strong> <strong>la</strong> crítica que dirigen al<br />

sistema hegeliano como sistema. En general, prefieren lo que <strong>Hegel</strong> l<strong>la</strong>ma consciencia<br />

420 Phénoménologie, II, p. 260. En este texto <strong>de</strong> <strong>la</strong> segunda parte <strong>de</strong> <strong>la</strong> Fenomenología, <strong>Hegel</strong> nos da una<br />

explicación sobre <strong>la</strong> esencia <strong>de</strong> <strong>la</strong> <strong>de</strong>sgracia <strong>de</strong> <strong>la</strong> consciencia. Se trata <strong>de</strong> <strong>la</strong> subjetividad —<strong>la</strong> certeza <strong>de</strong> sí<br />

misma— que <strong>de</strong>be ser en sí y para si. Pero, a <strong>la</strong> inversa, <strong>la</strong> consciencia <strong>de</strong>scubre que esta certeza <strong>de</strong> si es<br />

<strong>la</strong> pérdida <strong>de</strong> sí; en tanto que para sí absolutamente, va no pue<strong>de</strong> ser en sí. Por consiguiente, será preciso<br />

que se aliene, que se haga ser, para volverse a encontrar a sí misma en el ser como espíritu existente.<br />

421 Phénoménologie, II, p. 86.<br />

422 Phénoménologie, II, p. 263.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!