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Génesis y estructura de la 'Fenomenología del Espíritu' de Hegel

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sea él mismo. «Quererse a sí mismo», como sí mismo universal, es, justamente, <strong>la</strong><br />

libertad y <strong>la</strong> moralidad. La pura voluntad que se quiere a sí misma es el ser en general o<br />

todo ser. La crítica que hace Kant a <strong>la</strong> ontología clásica está <strong>de</strong>stinada a preparar una<br />

nueva ontología en <strong>la</strong> cual el ser ya no es más; que el sujeto que se pone a sí mismo, un<br />

acto y no un sustrato inerte. El ser es libertad. Ya <strong>de</strong>s<strong>de</strong> <strong>la</strong>s primeras páginas <strong>de</strong>l<br />

Fundamento <strong>de</strong> <strong>la</strong> metafísica <strong>de</strong> <strong>la</strong>s costumbres <strong>la</strong> autoconsciencia es <strong>de</strong>scubierta como<br />

consciencia moral común. 985<br />

Antes <strong>de</strong> profundizar en esta concepción moral <strong>de</strong>l mundo, <strong>Hegel</strong> muestra cómo<br />

en el<strong>la</strong> se reconcilia <strong>la</strong> inmediatez <strong>de</strong>l espíritu ético y <strong>la</strong> mediación <strong>de</strong>l espíritu <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

cultura. «El saber <strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconsciencia es para el<strong>la</strong>, por tanto, <strong>la</strong> sustancia misma. Para<br />

<strong>la</strong> autoconsciencia esta sustancia es, en una unidad indivisible, tanto inmediata como<br />

absolutamente mediata.» 986 Es inmediata quiere <strong>de</strong>cir que <strong>la</strong> autoconsciencia sabe y<br />

hace el<strong>la</strong> misma el <strong>de</strong>ber, y el <strong>de</strong>ber que es su fin absoluto no es para el<strong>la</strong> una realidad<br />

extraña; forma parte <strong>de</strong> el<strong>la</strong> como <strong>de</strong> su propia naturaleza. En este sentido el espíritu<br />

inmediato —el espíritu ético— nos ofrecía en el carácter una completa fusión <strong>de</strong>l ser y<br />

<strong>de</strong> su <strong>de</strong>stino ético. La feminidad <strong>de</strong> Antígona era un hecho natural que tenía su<br />

significado espiritual. Se trataba <strong>de</strong> una vocación irresistible en todo el sentido <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

pa<strong>la</strong>bra. Esta inmediatez vuelve a encontrarse en <strong>la</strong> consciencia <strong>de</strong>l puro <strong>de</strong>ber, ya que<br />

el puro <strong>de</strong>ber no es algo ajeno a <strong>la</strong> autoconsciencia, sino su propia esencia. Sin embargo,<br />

<strong>la</strong> autoconsciencia moral no es, como en el caso <strong>de</strong> Antígona o <strong>de</strong> Creonte, un carácter,<br />

es <strong>de</strong>cir, una naturaleza <strong>de</strong>terminada y, por consiguiente, parcial; el momento <strong>de</strong> <strong>la</strong><br />

existencia natural que caracterizaba el espíritu ético <strong>de</strong>be ser superado ahora. La<br />

autoconsciencia moral, como consciencia <strong>de</strong>l puro <strong>de</strong>ber, es consciencia universal. En<br />

efecto, es esencialmente el movimiento <strong>de</strong>l sí mismo que consiste en suprimir <strong>la</strong><br />

abstracción <strong>de</strong>l ser ahí inmediato y en hacerse conscientemente universal. Esta libertad<br />

es esencialmente una liberación y, por tanto, inmediata y mediata a <strong>la</strong> vez. Es el saber<br />

<strong>de</strong> su libertad lo que <strong>la</strong> hace libre, y este saber presupone <strong>la</strong> mediación. Lo inmediato no<br />

es aquí un hecho natural, sino una reconquista reflexiva. «La autoconsciencia es<br />

absolutamente libre porque su libertad y precisamente este saber <strong>de</strong> su libertad es su<br />

sustancia y su fin y su único contenido.» 987 La síntesis entre el espíritu inmediato, el<br />

espíritu natural, y el espíritu extrañado <strong>de</strong> sí, que tiene su objeto fuera <strong>de</strong> él, queda ahora<br />

realizada. El puro <strong>de</strong>ber como objeto <strong>de</strong> <strong>la</strong> consciencia expresa a <strong>la</strong> vez lo que yo mismo<br />

soy y lo que he <strong>de</strong> ser, <strong>la</strong> unidad <strong>de</strong> lo inmediato y <strong>de</strong> <strong>la</strong> mediación. «Ser libre no es<br />

nada; hacerse libre lo es todo.»<br />

A partir <strong>de</strong> estos datos generales <strong>Hegel</strong> va a estudiar con precisión lo que él<br />

l<strong>la</strong>ma «<strong>la</strong> concepción moral <strong>de</strong>l mundo». Esta expresión, Weltanschauung, que habría<br />

<strong>de</strong> tener una singu<strong>la</strong>r fortuna, es empleada ahora por primera vez en <strong>la</strong> Fenomenología.<br />

Ello no obstante, correspon<strong>de</strong> muy exactamente a <strong>la</strong>s <strong>de</strong>scripciones ofrecidas por <strong>Hegel</strong><br />

en <strong>la</strong> presente obra sobre diversas actitu<strong>de</strong>s <strong>de</strong> <strong>la</strong> consciencia humana. No se trata tanto<br />

<strong>de</strong> los sistemas filósofos —estoicismo, escepticismo, moralismo— como <strong>de</strong> formas <strong>de</strong><br />

985 Para Kant, <strong>la</strong> autoconsciencia es esencialmente <strong>la</strong> pura consciencia moral tal como se <strong>la</strong> encuentra en<br />

<strong>la</strong> consciencia común. Para <strong>Hegel</strong>, lo universal, que se le aparecía al sí mismo singu<strong>la</strong>r como <strong>la</strong> muerte, es<br />

interiorizado ahora. Este universal es el saber <strong>de</strong> <strong>la</strong> autoconsciencia, su esencia absoluta.<br />

986 Phénoménologie, II. p. 143 (Fenomenología, p. 351).<br />

987 Phénoménologie, II, p. 143 (Fenomenología, p. 352). De esta manera nos encaminamos hacia <strong>la</strong><br />

tercera forma <strong>de</strong>l sí mismo espiritual. La primera —<strong>la</strong> persona— era el sí mismo que se pone y que<br />

so<strong>la</strong>mente es; <strong>la</strong> segunda, resultado <strong>de</strong>l mundo <strong>de</strong> <strong>la</strong> alienación, era <strong>la</strong> negación inmediata <strong>de</strong> esta<br />

posición, <strong>la</strong> voluntad singu<strong>la</strong>r negada por <strong>la</strong> voluntad universal; <strong>la</strong> tercera, que unifica <strong>la</strong>s dos primeras, se<br />

mantendrá en su misma negación, será el espíritu que, oponiéndose a sí mismo, se conserva en dicha<br />

oposición, el espirita creador <strong>de</strong> <strong>la</strong> historia. El término «creador» es empleado por el propio <strong>Hegel</strong><br />

(Phénoménologie, II, p. 187).

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