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El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

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Se lo había dicho a Claudio, “el Obeso”:<br />

—E... “el Niño” tiene cara <strong>de</strong> niña.<br />

—Sí tiene cara <strong>de</strong> niña “el Niño” pero es buen rapaz.<br />

Conocía la ciudad mejor que ninguno <strong>de</strong> los dos y cada mañana<br />

conducía el carrillo <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el colegio hasta la trasera <strong>de</strong>l Hospital <strong>de</strong><br />

la Misericordia sin una vacilación. Miguel, “el Menino”, que atendía<br />

la portería y el <strong>de</strong>pósito <strong>de</strong> cadáveres los conocía ya:<br />

—Hoy no hay muertos, muchachos. Estáis <strong>de</strong> vacaciones —<strong>de</strong>cía, con<br />

su vocecita atiplada.<br />

O bien:<br />

—Hay un pobre y un ajusticiado, ¿os lleváis los dos?<br />

Cipriano cargaba con ellos al hombro sin el menor reparo y los<br />

<strong>de</strong>positaba sobre las tablas <strong>de</strong>l carro. Lo mismo hacía con el tablero<br />

y los caballetes <strong>de</strong>l túmulo, los picos y las palas. Claudio, “el<br />

Obeso”, se sorprendió <strong>de</strong> su fortaleza:<br />

—Tú, “Mediarroba”, ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> sacas esas fuerzas? En mi vida vi un<br />

tipo más espiritado que tú.<br />

Cipriano le metía un <strong>de</strong>do en su barriga untosa:<br />

—S... si la fuerza estuviera en las grasas tú serías campeón.<br />

Atien<strong>de</strong>.<br />

Se había levantado la manga <strong>de</strong>l sayo y le mostraba su bíceps<br />

estirado, un músculo bien formado, <strong>de</strong> atleta.<br />

—¡Ahí va, si tiene bola! ¿Te has fijado, “Niño”?, “el Mediarroba” tiene<br />

bola.<br />

A menudo Miguel, “el Menino”, les reconvenía mansamente:<br />

—Vamos, muchachos, no enredéis más. Hoy las huesas están en el<br />

atrio <strong>de</strong> San Juan. Ya estáis marchando.<br />

”<strong>El</strong> Niño” tomaba las riendas y el carrillo, traqueteando, subía hasta<br />

la calle Imperial, próxima a la Ju<strong>de</strong>ría. Tan pronto llegaban,

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