El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba
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Pero, ordinariamente, Cipriano Salcedo vivía estas noveda<strong>de</strong>s un<br />
poco al margen, cada vez más embebido en los libros y los viajes.<br />
Frecuentaba las visitas a Pedrosa, ya que la palabra <strong>de</strong> Pedro<br />
Cazalla, su compañía y adoctrinamiento habían llegado a hacérsele<br />
imprescindibles. A veces, esperándole en su casa, charlaba con<br />
Beatriz, la hermana, muy sutil e inteligente, con un extraño ángel en<br />
el rostro, luminosa y empecinada. Resultaba edificante la confianza<br />
con que vivía la teoría <strong>de</strong>l beneficio <strong>de</strong> Cristo, sobre la que no<br />
admitía discusión. La Pasión <strong>de</strong>l Señor había sido una obra perfecta<br />
y resultaba grotesco que algunos creyentes con sus mezquinas<br />
invenciones pretendieran enmendarle la plana al Re<strong>de</strong>ntor.<br />
Mantenía una activa vida <strong>de</strong> relación con las vecinas <strong>de</strong>l pueblo y<br />
con tres <strong>de</strong> ellas se ocupaba <strong>de</strong>l mantenimiento <strong>de</strong> la parroquia.<br />
De cuando en cuando se presentaban en Pedrosa Cristóbal <strong>de</strong> Padilla<br />
y Juan Sánchez. <strong>El</strong> primero era criado <strong>de</strong> los marqueses <strong>de</strong><br />
Alcañices y el segundo lo había sido <strong>de</strong> doña Leonor <strong>de</strong> Vivero, luego<br />
<strong>de</strong> Pedro Cazalla, en Pedrosa, quien acabó facturándoselo <strong>de</strong> nuevo a<br />
su madre <strong>de</strong>bido a su entrometimiento. Padilla era un extraño ser,<br />
alto y <strong>de</strong>sgarbado, con una melena larga y roja que le daba la<br />
apariencia <strong>de</strong> un personaje <strong>de</strong> cuento infantil. Contrariamente Juan<br />
Sánchez era un muchacho <strong>de</strong> baja estatura, cabezón, piel reseca y<br />
apergaminada pero muy activo y oficioso. Caballero en vieja mula,<br />
solo o acompañado <strong>de</strong> Cristóbal <strong>de</strong> Padilla, se había convertido<br />
espontáneamente en enlace <strong>de</strong> la comunidad <strong>de</strong> Valladolid con los<br />
grupos <strong>de</strong> Zamora y Logroño. En Zamora, era Padilla quien llevaba<br />
la batuta y organizaba catequesis en busca <strong>de</strong> nuevos a<strong>de</strong>ptos,<br />
mostrándose con frecuencia <strong>de</strong>masiado audaz y arriesgado. Pese a<br />
las ór<strong>de</strong>nes en contrario, Juan Sánchez le acompañaba en<br />
ocasiones. En cambio, Beatriz Cazalla era una muchacha cauta y<br />
discreta y cuando charlaba con ellos, dada su inteligencia, les<br />
abastecía <strong>de</strong> i<strong>de</strong>as y expresiones para su evangelización futura.<br />
A veces discutían en torno a los sacramentos y el matrimonio <strong>de</strong> los<br />
clérigos, y Pedro Cazalla se creía obligado a intervenir para<br />
imponerles silencio.<br />
Las charlas <strong>de</strong> Pedro Cazalla y Cipriano Salcedo solían ser<br />
itinerantes. De ordinario tomaban el carril <strong>de</strong> Casasola, con las<br />
salinas <strong>de</strong>l Cenagal y el monte <strong>de</strong> La Gallarita al fondo, pero, a<br />
medio camino, solían sentarse en la cima <strong>de</strong>l Cerro Picado, el más<br />
próximo al pueblo, y allí seguían <strong>de</strong>partiendo mientras<br />
contemplaban las casitas molineras agrupadas a un costado <strong>de</strong> la<br />
iglesia, entre las acacias, y el ejido con el pajero <strong>de</strong>l común, el pozo,<br />
y los restos <strong>de</strong> carros y trillos <strong>de</strong>sguazados. Algunas tar<strong>de</strong>s