12.05.2013 Views

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

invierno, sin seguir un sen<strong>de</strong>ro visible, y, en lo más espeso <strong>de</strong>l monte,<br />

volaron atolondradamente dos pájaros:<br />

—Becadas —dijo Echarren escuetamente.<br />

—En Castilla las becadas entran en noviembre —apuntó Cipriano<br />

recordando los tiempos <strong>de</strong> La Manga.<br />

—Todavía andan <strong>de</strong> contrapasa —aclaró el guía—. En todo caso,<br />

éstas anidan aquí.<br />

Se <strong>de</strong>tuvieron al empinarse la cuesta. Un bosquecillo <strong>de</strong> hayas, con<br />

hojas recientes, se alzaba a mano <strong>de</strong>recha, tras una junquera, y, a<br />

su izquierda, una gran masa <strong>de</strong> abetos. Echarren sacó <strong>de</strong> las<br />

alforjas un pan con queso y salchichas y una bota <strong>de</strong> vino. Bebió<br />

antes <strong>de</strong> empezar a comer levantando la cabeza, largamente, sin<br />

<strong>de</strong>rramar una gota:<br />

—Hay que <strong>de</strong>satrancar el tubo —dijo justificándose.<br />

Iniciadas las turbulencias <strong>de</strong> mediodía, una pareja <strong>de</strong><br />

quebrantahuesos se sostenía en el aire sin aletear. Cuando<br />

reanudaron la marcha, las acémilas avanzaban penosamente, con<br />

lentitud. La pendiente se acentuaba al entrar en el hayedo, un<br />

bosque <strong>de</strong> árboles prietos y misteriosos. De cuando en cuando,<br />

Echarren <strong>de</strong>tenía la mula y escuchaba <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> exigir silencio a<br />

Cipriano. En las alturas, a pesar <strong>de</strong> las horas <strong>de</strong> insolación y la<br />

fuerza <strong>de</strong>l sol, el ambiente era más fresco. Trepaban ahora entre<br />

abetos, un mar <strong>de</strong> ellos, y arriba, en la cumbre <strong>de</strong> la montaña, se<br />

divisaban tolmos <strong>de</strong>snudos, pequeñas conchestas refulgentes,<br />

escorrentías proce<strong>de</strong>ntes <strong>de</strong>l <strong>de</strong>shielo. Hubo un momento, tras una<br />

parada <strong>de</strong> Echarren, en que éste, con a<strong>de</strong>manes apremiantes, le<br />

instó a refugiarse en un pequeño rodal cercado por altos árboles.<br />

Echarren imponía silencio, cruzando los labios con su <strong>de</strong>do índice.<br />

Se oía rumor <strong>de</strong> conversaciones a poca distancia.<br />

<strong>El</strong> navarro se apeó y miró a través <strong>de</strong>l follaje. Debió <strong>de</strong> distinguir el<br />

atuendo <strong>de</strong> los viajeros o, tal vez, el pelaje <strong>de</strong> las caballerías, porque<br />

se volvió hacia Cipriano y susurró:<br />

—Contrabandistas.<br />

Salcedo, encaramado en su mula, miraba en vano hacia la dirección<br />

indicada por el guía. Oyó la conversación muy cerca pero no los vio.<br />

Luego se alejaron paulatinamente y sus voces se convirtieron en un

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!