12.05.2013 Views

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

profundo. De ahí que, cada vez que las circunstancias les conducían<br />

a enfrentarse, don Bernardo nunca encontraba a mano otra<br />

argumentación oportuna que la <strong>de</strong> la experiencia o la edad.<br />

Así ocurrió, por ejemplo, dos meses <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> la conversación sobre<br />

la Reforma protestante, cuando un don Ignacio Salcedo, fuera <strong>de</strong> sí,<br />

salió a su encuentro y le recibió con una frase retorcida, críptica,<br />

cuyo sentido se le escapaba, pero que, a juzgar por sus a<strong>de</strong>manes y<br />

el tono <strong>de</strong> voz, envolvía una acre censura:<br />

—Valladolid se divierte y Bernardo Salcedo paga. ¿Qué te parece<br />

esta frasecita que oigo a diario por todas partes?<br />

Don Bernardo le miró con <strong>de</strong>sconfianza, levemente arrebolado:<br />

—¿Qué te pasa? ¿Estás excitado? ¿Qué <strong>de</strong>monios quieres <strong>de</strong>cir con<br />

eso?<br />

A don Ignacio le había bajado el color y le temblaban las manos y el<br />

anillo <strong>de</strong> casado. Que él recordase nunca sus diferencias habían<br />

llegado a tanto:<br />

—Que tu querida te engaña a ti y a la ciudad entera. Todo el mundo<br />

está en lenguas a cuenta <strong>de</strong> esa moza <strong>de</strong> fortuna.<br />

Don Bernardo pareció <strong>de</strong>spertar <strong>de</strong> pronto:<br />

—¿Cómo te atreves a hablarme así? ¡Podría ser tu segundo padre!<br />

—Al primero no le hubiera dicho otra cosa, créeme Bernardo.<br />

No somos tú ni yo los que estamos en juego sino nuestro apellido.<br />

—Y ¿<strong>de</strong> dón<strong>de</strong> han salido esos rumores mendaces?<br />

—En Chancillería no hay rumores, Bernardo. Lo que Chancillería<br />

dice va a misa. ¿Por qué no pruebas <strong>de</strong> visitar a <strong>de</strong>shora a esa<br />

pelandusca? Únicamente <strong>de</strong>spués <strong>de</strong> haber comprobado lo que te<br />

digo me avendría a seguir discutiendo contigo <strong>de</strong> tan turbio asunto.<br />

Cuando don Bernardo abrió la puerta <strong>de</strong> la calle tenía ya el<br />

convencimiento <strong>de</strong> que su hermano le estaba diciendo la verdad.<br />

Petra Gregorio había jugado con él <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el primer día. Los<br />

argumentos se amontonaban. Él estaba lejos <strong>de</strong> ser un maestro <strong>de</strong>l<br />

lance amoroso y ella una discípula aventajada.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!