12.05.2013 Views

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

—De ahí no sacaremos nada, don Bernardo. <strong>El</strong> niño está en otra<br />

cosa.<br />

—¿En otra cosa? <strong>El</strong> pequeño no ha conocido otra cosa, señor.<br />

Difícilmente pue<strong>de</strong> estar en ella si no la conoce.<br />

—Está ausente. No logro concentrarlo. Eso es todo.<br />

Don Bernardo, vestido <strong>de</strong> calle para acudir al almacén, se mostraba<br />

malhumorado:<br />

—Sugiere vuesa merced que el chiquillo es tonto.<br />

—¡Oh, por favor! —dijo don Álvaro—. <strong>El</strong> muchacho es avispado como<br />

una ardilla, pero es inútil.<br />

No está conmigo, no me sigue, no le interesa lo que yo pueda<br />

contarle.<br />

Don Bernardo se resignó a admitir que el preceptor no era el medio<br />

más indicado para educar a su hijo, el pequeño parricida. Había<br />

otras soluciones, pero, como hombre rencoroso, improvisó<br />

rápidamente la suya: un colegio. Un internado duro y sin pausas.<br />

Era hora <strong>de</strong> separarle <strong>de</strong> la rolla. Don Bernardo sabía que en la villa<br />

no había centros educativos que merecieran tal nombre, pero su<br />

hermano Ignacio era patrono mayor <strong>de</strong>l más afamado: el Hospital <strong>de</strong><br />

Niños Expósitos, regido por la Cofradía <strong>de</strong> San José y <strong>de</strong> Nuestra<br />

Señora <strong>de</strong> la O, <strong>de</strong>dicado a la formación <strong>de</strong> niños abandonados.<br />

A su hermano le dolió la <strong>de</strong>cisión:<br />

—Ese colegio no es para personas <strong>de</strong> nuestra clase, Bernardo.<br />

Don Bernardo coqueteaba ahora con la i<strong>de</strong>a <strong>de</strong> dar una lección a la<br />

aristocracia, abrirle los ojos:<br />

—Me han hablado bien <strong>de</strong> él.<br />

Dispone <strong>de</strong> veintiocho camas para becarios y mi hijo podrá pagar su<br />

alojamiento y el <strong>de</strong> cinco compañeros más si es eso lo que hace falta<br />

para que le abran las puertas.<br />

Don Ignacio se echó las manos a la cabeza:<br />

—<strong>El</strong> Hospital <strong>de</strong> Niños Expósitos vive <strong>de</strong> la caridad, Bernardo. Y tú<br />

sabes que los chicos abandonados por sus padres no suelen ser gente

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!