12.05.2013 Views

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

Cipriano vio salir a Ana Enríquez y se dirigió al Doctor y a don<br />

Carlos quienes, <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el estrado, se consi<strong>de</strong>raban en el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong><br />

organizar la evacuación. Don Agustín había empali<strong>de</strong>cido y con sus<br />

manos blancas y finas tamborileaba mecánicamente sobre el tablero<br />

<strong>de</strong> la mesa. Había perdido el dominio <strong>de</strong> sí mismo. Estos cambios <strong>de</strong><br />

ánimo súbitos, justificados o no, eran habituales en el Doctor.<br />

Intentó hablar con Cipriano Salcedo pero las palabras se le<br />

amontonaban en los labios y no acertaba a or<strong>de</strong>narlas. Fue don<br />

Carlos <strong>de</strong> Seso quien le dio las oportunas instrucciones:<br />

—Vuesa merced <strong>de</strong>be huir inmediatamente —le dijo—. <strong>El</strong> Emperador,<br />

<strong>de</strong>s<strong>de</strong> Yuste, ha instado al inquisidor Valdés para un “pronto y<br />

terrible escarmiento”. Huya.<br />

Vuesa merced ha sido un miembro <strong>de</strong>stacado en la secta <strong>de</strong>s<strong>de</strong> su<br />

ingreso y su reciente viaje a Alemania y su entrevista con<br />

Melanchton le hacen especialmente vulnerable en esta hora. Ponga<br />

tierra por medio. <strong>El</strong> camino <strong>de</strong> Pamplona ya lo conoce. También<br />

conoce Cilveti y la casa <strong>de</strong> Pablo Echarren. Póngase en sus manos y<br />

en unos días estará fuera <strong>de</strong> España.<br />

Las lágrimas asomaron a los ojos <strong>de</strong>l Doctor cuando estrechó su<br />

mano. Cipriano, en cambio, se sentía resuelto y <strong>de</strong>cidido, capaz <strong>de</strong><br />

todo. No notaba cansancio y, al llegar a su casa, se encerró en el<br />

<strong>de</strong>spacho y abrió la gran librería.<br />

Parecía imposible que en apenas tres años hubiera podido<br />

almacenar aquella cantidad <strong>de</strong> papeles: fichas, avisos, resúmenes,<br />

consejos, pequeñas esquelas, anuncios <strong>de</strong> conventículos,<br />

correspon<strong>de</strong>ncia variada con el Doctor, Pedro Cazalla, Carlos <strong>de</strong><br />

Seso, Domingo <strong>de</strong> Rojas, Beatriz Cazalla y Ana Enríquez. Carpetas<br />

llenas <strong>de</strong> proyectos. Fascículos y opúsculos <strong>de</strong> su paso por Francia y<br />

Alemania. Mapas e itinerarios. Direcciones <strong>de</strong> personas y centros en<br />

el extranjero y libros, muchos libros, entre ellos los diecisiete<br />

ejemplares <strong>de</strong> “<strong>El</strong> beneficio <strong>de</strong> Cristo”, restos <strong>de</strong> la edición <strong>de</strong><br />

Agustín Becerril que aún conservaba. Amontonó leña en la chimenea<br />

y le prendió fuego.<br />

Primero se <strong>de</strong>shizo <strong>de</strong> los papeles que se consumían rápidamente,<br />

<strong>de</strong>spués <strong>de</strong> caracolear unos segundos entre las llamas; luego <strong>de</strong> los<br />

opúsculos, <strong>de</strong> los papeles <strong>de</strong> mayor entidad y, finalmente, <strong>de</strong> las<br />

carpetas y <strong>de</strong> los libros, uno a uno, pacientemente, sin prisas.<br />

Algunos tenían encua<strong>de</strong>rnaciones duras, <strong>de</strong> piel o <strong>de</strong> tela, con<br />

cantoneras para darles firmeza, y los restos tardaban en ar<strong>de</strong>r. A

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!