12.05.2013 Views

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

creía que no existía el purgatorio, pero era consciente <strong>de</strong>l riesgo <strong>de</strong><br />

proclamarlo así sin tener en cuenta la formación <strong>de</strong>l interlocutor. <strong>El</strong><br />

gran teólogo era, sin duda, un hombre escrupuloso y pru<strong>de</strong>nte.<br />

Antes <strong>de</strong> cumplir una semana, la inquietud <strong>de</strong> Cipriano le llevó <strong>de</strong><br />

nuevo a Pedrosa. Le sorprendió que Cazalla, probablemente en un<br />

acceso <strong>de</strong> humildad, le llamase hermano. <strong>El</strong> párroco no abrigaba<br />

dudas sobre la relación entre Seso y Carranza. Entre ellos existía<br />

una evi<strong>de</strong>nte analogía <strong>de</strong> pensamiento.<br />

Melchor Cano tenía razón en ese punto. Caminaban por el carril <strong>de</strong><br />

Toro, en una tar<strong>de</strong> apacible, cuando vieron venir en sentido<br />

contrario un esbelto corcel, envuelto en una nube <strong>de</strong> polvo. Pedro<br />

Cazalla no se alteró cuando dijo:<br />

—Si no me equivoco aquí tenemos a don Carlos <strong>de</strong> Seso en persona.<br />

<strong>El</strong> caballo, boquifresco, estrellado, <strong>de</strong> remos finos, fue lo primero que<br />

atrajo la atención <strong>de</strong> Salcedo. Enseguida se advertía que no era un<br />

caballo <strong>de</strong>l montón sino escrupulosamente elegido: un animal<br />

albazano, impaciente, que piafó elegantemente al alcanzar la altura<br />

<strong>de</strong> los dos hombres. <strong>El</strong> caballero les saludó antes <strong>de</strong> apearse. Se<br />

trataba <strong>de</strong> un hombre esbelto, <strong>de</strong>lgado, <strong>de</strong> mirada clara, unos años<br />

mayor que Cipriano. Rubio, <strong>de</strong> breve barba y pelo corto, tocado con<br />

una gorra italiana, su atuendo, con mangas lisas a la turca, vistas<br />

las puntas <strong>de</strong> la camisa y calzas enteras picadas, parecía el más<br />

a<strong>de</strong>cuado para cabalgar. Daba la impresión <strong>de</strong> hombre <strong>de</strong> mundo,<br />

petimetre y altivo sin preten<strong>de</strong>rlo.<br />

Procedía <strong>de</strong> Toro. Iba a ser nombrado corregidor y había visitado la<br />

villa para saludar a los viejos amigos. Era hombre facundo, <strong>de</strong> verbo<br />

matizado, cuya <strong>de</strong>senvoltura atraía. Conducía a “Veronés”, su<br />

caballo, <strong>de</strong> la brida y caminaba entre Cipriano y Cazalla con<br />

naturalidad. Sin preámbulo alguno se dirigió a Salcedo: había<br />

conocido a un tío suyo muchos años atrás, en Olmedo, durante la<br />

peste, hombre culto, justamente afamado, abierto.<br />

A Pedro le había oído hablar <strong>de</strong> él, <strong>de</strong> Cipriano, como terrateniente<br />

fuerte y hombre espiritualmente inquieto. Más tar<strong>de</strong> charlarían.<br />

Pensaba dormir en la posada <strong>de</strong> Baruque y partir muy <strong>de</strong> mañana<br />

para Logroño.<br />

Beatriz Cazalla, la hermana <strong>de</strong> Pedro, les recibió con mucho afecto y<br />

<strong>de</strong>senfado y los invitó a cenar; no tenía cena para tantos pero lo

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!