12.05.2013 Views

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—¡Doña Leonor <strong>de</strong> Vivero a la hoguera!<br />

Se oyeron siseos imponiendo silencio y la afrenta no volvió a<br />

repetirse. La ceremonia continuó al mismo ritmo, la multitud<br />

<strong>de</strong>sfilaba ante los hermanos Cazalla y algunos, más allegados o más<br />

<strong>de</strong>cididos, se aproximaban a ellos y les daban la paz en el rostro.<br />

Para el Doctor, la muerte <strong>de</strong> su madre significó la culminación <strong>de</strong> su<br />

abatimiento. Doña Leonor había representado en vida la autoridad,<br />

la pon<strong>de</strong>ración, el or<strong>de</strong>n, la obligada referencia. Y, pese a haber<br />

<strong>de</strong>jado dos hijas, Constanza y Beatriz, el sólido matriarcado<br />

acababa <strong>de</strong> quebrarse. <strong>El</strong> semblante <strong>de</strong>l Doctor se <strong>de</strong>terioró aún más,<br />

a<strong>de</strong>lgazaba, se arrugaba, perdía pelo. También la voz se le <strong>de</strong>steñía<br />

y ponía en evi<strong>de</strong>ncia el gran sufrimiento moral que pesaba sobre él.<br />

En las tertulias <strong>de</strong> pésame, don<strong>de</strong> acudieron numerosos<br />

admiradores, apenas hablaba, la gente salía <strong>de</strong> la casa<br />

<strong>de</strong>sorientada: el Doctor no va a superar la <strong>de</strong>sgracia, <strong>de</strong>cían. Y, por<br />

las noches, cuando las visitas marchaban, se refugiaba con Cipriano<br />

en el pequeño gabinete <strong>de</strong> su madre y hablaban <strong>de</strong> ella, reconstruían<br />

su pasado y su significación en la familia y la secta.<br />

Su hija Constanza había tomado el mando pero nada era igual. La<br />

pobre Constanza no pasa <strong>de</strong> ser una sencilla aprendiza, <strong>de</strong>cía<br />

<strong>de</strong>smoralizado el Doctor. Y, a falta <strong>de</strong> un confortamiento más<br />

directo, la amistad entre los dos hombres se afirmó en el trance:<br />

—Vuesa merced lo oyó —le dijo una noche el Doctor—. Y pue<strong>de</strong><br />

ayudarme a i<strong>de</strong>ntificar esa voz.<br />

<strong>El</strong> grito pidiendo la hoguera para su madre le reconcomía, no le<br />

permitía reposar. Detrás veía a la ciudad entera, al mundo entero. Y<br />

hablaran <strong>de</strong> lo que hablaran, la conversación siempre terminaba por<br />

recaer en el mismo tema: la voz viril y retumbante exigiendo la<br />

quema <strong>de</strong> la difunta. Cipriano se esforzaba en tranquilizarle: un<br />

loco, reverencia, nunca falta un loco en una aglomeración <strong>de</strong> estas<br />

proporciones. Mas Cazalla porfiaba que no se trataba <strong>de</strong> un loco, la<br />

voz era firme, culta y educada, su tono no era vil. Cipriano, <strong>de</strong>seoso<br />

<strong>de</strong> complacerle, habló en la sastrería con Fermín Gutiérrez, viejo<br />

admirador <strong>de</strong>l Doctor. Sí, también había oído la voz y, en su opinión<br />

y en la <strong>de</strong> sus amigos, había partido <strong>de</strong> la esquina don<strong>de</strong> se<br />

congregaba un grupo <strong>de</strong> oficiales <strong>de</strong> la Guardia Real. <strong>El</strong> Doctor<br />

<strong>de</strong>negó enérgicamente con la cabeza: la voz <strong>de</strong> mando <strong>de</strong> un soldado<br />

podía i<strong>de</strong>ntificarse a diez leguas <strong>de</strong> distancia, dijo. Había que<br />

pensar en alguien más distinguido, conocedor <strong>de</strong> las interiorida<strong>de</strong>s

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!