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EL HEREJE Miguel Delibes En el año
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El Doctor le había hablado con afe
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El Santo Oficio acentúa su vigilan
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El capitán Berger no ocultaba ning
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- Page 17 and 18: Se puso en pie torpemente. El tabur
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- Page 49 and 50: —¿También ha muerto? —El niñ
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- Page 53 and 54: Le vino a la cabeza la viuda Pellic
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- Page 59: de pino de Soria paralela, se senta
- Page 63 and 64: Don Bernardo miraba a la muchacha s
- Page 65 and 66: Descendió las escaleras lentamente
- Page 67 and 68: directamente y le haría ver a la c
- Page 69 and 70: justificó ella. Don Bernardo, obse
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- Page 81 and 82: Bernardo Salcedo la abrazó tiernam
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- Page 85 and 86: —Creo que se equivoca. Yo deseo l
- Page 87 and 88: íntegro, su rostro rojo y barbilam
- Page 89 and 90: Eran, simplemente, una puta y un co
- Page 91 and 92: Le miraba implorante desde el suelo
- Page 93 and 94: Esa noche tardó en dormirse. Cuand
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- Page 97 and 98: ecomendable. Es un colegio serio po
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- Page 101 and 102: troncos apilados. El maestro se sen
- Page 103 and 104: Cipriano se arrojaba del carro, arm
- Page 105 and 106: —”Niño”, “el Corcel” te
- Page 107 and 108: —Orate pro nobis. La gente se apr
- Page 109 and 110: —Y ¿doctorarte en Leyes? Tienes
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su concentración y volvía de nuev
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—”Corcel”, no le esperes. “
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Eran, veinte años más tarde, las
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Pero durante el tiempo que duró la
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Comisionados para que informaran de
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las emanaciones nocivas y continuab
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Un día de fiesta, llegada la prima
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le arrancó los botones de la saya,
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La herejía VII Cumplida la mayorí
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Al ver el poco éxito de su ocurren
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Hacía meses que Cipriano venía ge
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y las ventas del Moral y Villamanco
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complementos para su invento: susti
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de manera que no tuvo que pasar por
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Segundo le lanzó el cayado describ
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lancas hasta entonces, se tornaban
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el de una estatua antigua. No habí
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Apenas había acabado de hablar cua
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escogido, un tanto a ciegas, como c
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momentos de auténtico éxtasis, se
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juzgar sin conocimiento. Pero, pese
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y absorbentes y Cipriano se sintió
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Cipriano se interesó: —Y en mi c
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alrededores. Hasta los perros y los
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que a él no le afectaban esos prej
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Cipriano tuvo que transigir y, en l
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acostumbrándose a recostar su pequ
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cada día, mal podía valerse, ella
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le sugirió la posibilidad de verse
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Las cigüeñas habían sacado pollo
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Teo vaciló: —No... ¿no estará
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esposa sin descendencia, no entend
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La liviandad de Cipriano, la veloci
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El campo respondía cada vez con ma
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El retaco, con el percutor de mecha
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Tampoco Teo como si presintiera alg
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Haga un esfuerzo. El doctor Galache
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Pero notaba la inquietud inicial de
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Se habían sentado en el cembo del
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una cocina con una mesa y dos esca
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de Santa María de Belén, entre el
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También los escañiles iban quedan
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paseaban en dirección a Toro, entr
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en vísperas de irse a Inglaterra c
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arreglaría con un pernil. Don Carl
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Don Carlos le informó que lo habí
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especie de calendario. Los cuatro d
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Doña Leonor le miraba con una tern
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despertar sospechas en el Santo Ofi
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orracho y la coz de una caballería
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Mi alma se gloria en la alabanza de
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“Pensaban ir juntos”, dijo la v
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concluyó afirmando que estos negoc
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indefinible que a ratos se traducí
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pegado a la muralla. Aquella mujer
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Juan de Acuña vociferaba que era p
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delanteros, dobló las patas traser
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entretenido unos años pelando borr
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espontáneo. Apenas había tenido r
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había perdido a Teodomira, que su
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—A esta señora hay que internarl
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Aunque el nuevo Maluenda no le lleg
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día, sugirió a Cipriano visitar a
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Hacía casi un mes que no visitaba
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seguridad de que Nuestro Señor le
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ver que para someter a un enfermo a
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Al cabo, comieron solos, atendidos
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Es decir, ellos pondrían su cabeza
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esumen de lo tratado a fin de que n
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de la familia Cazalla, sórdido en
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convencido de que únicamente entre
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invierno, sin seguir un sendero vis
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acompañaban a las comunicaciones d
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medida que iban desapareciendo las
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primacía intelectual, de la import
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pensado hacer con él veinticuatro
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Señor. Pensaba mucho en Ana Enríq
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Prefiero no contestar a esa pregunt
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de personas, acogido en los pueblos
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Pero, de ordinario, caminaban en si
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les insultaban, les arrojaban horta
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corral interior, y el de la puerta,
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Fray Domingo le ilustraba igualment
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Ante el tribunal del Santo Oficio,
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Había oído cerrar la puerta y el
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—|El papa le tenemos cada uno en
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parecía afectar a la lucidez de la
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—Estuve en varias ciudades aleman
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—Tropecé con la nueva doctrina,
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de habituamiento. Pero cuando la te
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Gracias por su interés, por la mer
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claro, como si fuera —¿lo era ta
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El doctor Sahagún precisa: pulso f
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hora exoneró de culpa a varios acu
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tuvieran que purgar algo. Esto sign
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—Vas con otros veinte —dijo al
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tiempo. Desde media noche el padre
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severa cautividad, se encontraban t
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tono de forma que en el zaguán rei
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Al abandonar la calle Orates, la pr
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con que el pueblo despedía a los r
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El rumor de la muchedumbre era ahor
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curas sectarios, daba el auto por c
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Pero “la procesión de las borriq
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tiempo, todo, empezando por las pal
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No podía tenerse en pie, pero vio
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—Hermano —suplicó—, decid Ro
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tarde tan triste, momento en que es