El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba
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<strong>de</strong>sconsoladamente. Acudió presurosa, cimbreando su elástico talle,<br />
la nodriza Minervina:<br />
—Le ha asustado vuesa merced —dijo tomando al niño en sus brazos<br />
y haciéndole fiestas.<br />
Don Bernardo hizo notar que una criatura <strong>de</strong> meses, siendo varón,<br />
<strong>de</strong>bería mostrarse más duro y resistente y, a renglón seguido, se<br />
quedó mirando la airosa figura <strong>de</strong> la muchacha con el niño en<br />
brazos y dijo algo que a don Néstor Maluenda hubiera sorprendido:<br />
—¿Cómo es posible, hija mía, que con esa cara tan bella y ese cuerpo<br />
tan esbelto os <strong>de</strong>diquéis a una tarea tan prosaica como la <strong>de</strong><br />
amamantar a una criatura?<br />
Don Bernardo Salcedo quedó abochornado <strong>de</strong> su audacia. Por la<br />
tar<strong>de</strong>, su hermano Ignacio, el oidor, le abrazó alborozado como si<br />
llegara <strong>de</strong> las Indias. Había encontrado a Bernardo cambiado,<br />
dispuesto a comerse el mundo. A raíz <strong>de</strong> su viaje a Burgos entró, en<br />
efecto, don Bernardo en una fase <strong>de</strong> recuperación febril. Una semana<br />
más tar<strong>de</strong>, acuciado por la feria <strong>de</strong> ganado <strong>de</strong> Rioseco, afrontó otra<br />
<strong>de</strong> las tareas que tenía pendientes <strong>de</strong>s<strong>de</strong> el año 16: subir al Páramo,<br />
visitar y reorganizar las corresponsalías <strong>de</strong> Torozos. En realidad,<br />
todo el ganado lanar <strong>de</strong> Valladolid se había refugiado allí.<br />
En torno a la villa no había pastos, las huertas ocupaban las tierras<br />
lindantes, y las viñas y los campos <strong>de</strong> cereales el resto. Sólo<br />
quedaban los altos, don<strong>de</strong> los herbazales se alternaban con los<br />
montes <strong>de</strong> encina. Los ediles <strong>de</strong> la villa aspiraban a limitar a los<br />
páramos los <strong>de</strong>rechos <strong>de</strong> pasto <strong>de</strong> lanar y cabrío, únicamente un<br />
macho por rebaño ya que las ovejas carecen <strong>de</strong> importancia y<br />
molestan a todo el mundo, <strong>de</strong>cían. Pero luego los obligados y los<br />
fabricantes <strong>de</strong> zamarros luchaban por su carne y por su piel. Todo<br />
era aprovechable en aquel animal necio y mansurrón, es <strong>de</strong>cir tenía<br />
mayor importancia <strong>de</strong> la que le atribuían sus ediles. Y cuando el<br />
municipio dictó una disposición prohibiendo que los rebaños<br />
pastaran en dos leguas a la redonda <strong>de</strong> la villa, su <strong>de</strong>splazamiento<br />
al Páramo se hizo inevitable y <strong>de</strong>finitivo. Entonces no sólo se<br />
ocuparon las tierras <strong>de</strong> Torozos, concretamente los predios <strong>de</strong><br />
Peñaflor, Rioseco, Mazariegos, Torrelobatón, Wamba, Ciguñuela,<br />
Villanubla y otros, sino que hubo que arrendar pastos más lejos aún,<br />
en otros territorios como Villalpando y Benavente.<br />
Don Bernardo Salcedo conocía el itinerario al <strong>de</strong>dillo. Camino <strong>de</strong><br />
Rioseco pensaba en las posadas, ventas, mesones y casas <strong>de</strong> viuda<br />
que le esperaban en el trayecto.