12.05.2013 Views

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

El Hereje.pdf - Biblioteca Digital de Cuba

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

—Y ¿cómo superó esa angustia?<br />

—Sufrí mucho —repitió—. Me sentía empecatado. En los días<br />

siguientes no pu<strong>de</strong> <strong>de</strong>cir misa. Así es que, una mañana, aparejé la<br />

mula y me fui a Valladolid. Tenía necesidad <strong>de</strong> ver al virtuoso<br />

teólogo, don Bartolomé Carranza. ¿Le conoce vuesa merced?<br />

—Tiene fama <strong>de</strong> santo y sabio.<br />

Pedro Cazalla retiró la mano <strong>de</strong> su hombro y prosiguió:<br />

—Me confié a él, le abrí mi alma. Don Bartolomé me dirigió una<br />

mirada adivinadora y me preguntó: ¿quién le ha dicho lo <strong>de</strong>l<br />

purgatorio? No se lo quise <strong>de</strong>cir y, entonces, él añadió: y si lo<br />

acierto, ¿vos me lo confirmaréis? Y como yo le respondiese que sí, él<br />

pronunció el nombre <strong>de</strong> don Carlos <strong>de</strong> Seso y yo bajé la cabeza<br />

asintiendo.<br />

Pedro Cazalla hizo una pausa, como esperando una reacción<br />

inmediata <strong>de</strong> Salcedo, pero éste tenía la boca seca y le costaba<br />

articular palabra:<br />

—Y ¿qué le dijo su paternidad? —inquirió al fin.<br />

—Fui yo quien le advertí que me creía en el <strong>de</strong>ber <strong>de</strong> dar parte al<br />

Santo Oficio, <strong>de</strong> <strong>de</strong>nunciar a don Carlos, pero él me aquietó, que me<br />

sosegara, que no <strong>de</strong>latara a nadie, que regresase a mi curazgo y<br />

rezase la misa como todos los días.<br />

Y así lo hice y él, en tanto, mandó un correo a Logroño rogando a<br />

don Carlos que viajara a Valladolid, que le iba mucho en ello. Y don<br />

Carlos vino por la posta y se fue directamente al Colegio <strong>de</strong> San<br />

Gregorio a hablar con don Bartolomé Carranza, pero en el patio nos<br />

encontramos y él entonces me dio la paz en el rostro, me besó en la<br />

mejilla, cosa que nunca había hecho conmigo, y esto me conmovió.<br />

Y juntos subimos a la celda <strong>de</strong>l teólogo pero éste me dijo que yo<br />

quedara fuera, que no era menester mi presencia. Y, al <strong>de</strong>cir <strong>de</strong> don<br />

Carlos, al verse solos, le preguntó si era cierto que me había dicho<br />

que no había purgatorio y que en qué lo fundaba. Y Seso le respondió<br />

que en la superabundante paga que había dado Nuestro Señor por<br />

nuestros pecados con su pasión y muerte. Y su paternidad le advirtió<br />

entonces que ninguna buena razón era suficiente para apartarse <strong>de</strong><br />

la Iglesia ya que no todos los hombres se iban <strong>de</strong> este mundo tan<br />

llenos <strong>de</strong> fe como la que él <strong>de</strong>mostraba. Luego le advirtió que estaba

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!