26.02.2015 Views

TOMO-6

TOMO-6

TOMO-6

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

146 JosÉ DE LA RIVA-AGÜERO<br />

juzgamiento de este de Trujillo no intervino el Oidor Cianca,<br />

sino un juez comisionado, que también condenó a muerte<br />

a Mariscal 24. Las rigorosas sentencias de primera instancia<br />

no amedrentaban a nadie, y menos a personaje como D.<br />

Alonso: eran una fórmula o un mero amago, disipado con<br />

el recurso de las suplicatorias. Alvarado se vino tranquilamente<br />

a Lima con su mujer; y la pena que la Audiencia<br />

le impuso, fue nombrado para el corregimiento del Cuzco,<br />

que era el segundo puesto del Virreinato. ¡Buenos estaban<br />

los tiempos para privarse de la más segura espada que la<br />

causa del Rey tenía en el Perú! Porque, más que las rencillas<br />

y vocinglerías de Lima y de Trujillo, daban cuidado<br />

las alteraciones del Cuzco; y ya hasta a los confiados Oidores<br />

llegaban las chispas anunciadoras del próximo incendio<br />

en la Sierra.<br />

Era Corregidor del Cuzco en 1550 un caballero valeroso<br />

y discreto, D. Juan de Saavedra. Continuaba Francisco<br />

Hernández Girón alistando soldados para su conquista<br />

de los Chunchos; y la gente que a este efecto congregaba<br />

en el Cuzco era la más perdida y facinerosa del Perú. Vivían<br />

a costa de los encomenderos; amenazaban a diario con<br />

motines; y considerándose exentos de la jurisdicción ordinaria<br />

del Corregidor, decían no reconocer otra autoridad<br />

que la de su Capitán. Mas tampoco obedecían las órdenes<br />

de éste, el cual, según suele suceder con los jefes populares,<br />

era instrumento y cautivo de sus propios adeptos. A<br />

mediados de Abril de 1550 llegaron las cosas a punto de<br />

que el Corregidor, temiendo por horas el levantamiento y<br />

el saqueo, reunió a los encomenderos y a los mercaderes<br />

pudientes, y organizó con ellos lo que hoy llamaríamos<br />

una guardia urbana. Dos días y dos noches los tuvo armados<br />

en escuadrón y velando en la Plaza Mayor, mientras<br />

que los de Girón se agolpaban en las casas de su cau-<br />

24 Pág. 54 idem.

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!