26.02.2015 Views

TOMO-6

TOMO-6

TOMO-6

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

182 JosÉ DE LA RIVA-AGÜERO<br />

Cuando el Marqués de Cañete llegó a Lima, halló dividida<br />

la Audiencia, y aun toda la ciudad, en los dos bandos<br />

irreconciliables: el de Saravia y el de Santillán. Estos<br />

dos Oidores no se hablaban, aunque vivían en aposentos contiguos<br />

en el mismo Palacio, y se destrozaban mutuamente<br />

con sangrientos libelos. Cada uno ambicionaba para sí la<br />

vacante gobernación de Chile. El Licenciado Mercado de<br />

Reñalosa se arrimaba a Santillán, para que lo ayudara a encubrir<br />

las responsabilidades fiscales de su difunto suegro el<br />

Veedor García de Salcedo. Juzgó Cañete que era necesario<br />

separar a los tres, "porque estaban muy mordidos y se les<br />

hacía muy de mal tener superior"; y quedarse con Altamirano<br />

y Cuenca. Ofreció a Santillán la gobernación de Panamá,<br />

que éste rehusó. Mas poco a poco Santillán fue ganándole<br />

la voluntad, con sus talentos y atenciones, al paso que Sarayia<br />

se enemistaba con él por honores de asientos y de asistencias<br />

en la Misa, y por censurar la elección de D. García<br />

para el anhelado gobierno de Chile. Hirió en el alma la censura<br />

al Virrey, y no ocultó desde entonces la preferencia<br />

por Santillán, quien aceptó ir por compañero y asesor de<br />

D. García, y desempeñó, muy a su satisfacción, el cargo. En<br />

ausencia de Santillán, se agriaron todavía más las relaciones<br />

entre el Virrey y Saravia. Se atrajo éste a los otros dos Oidores,<br />

Mercado y Cuenca, al fiscal Fernández y a los oficiales<br />

de Hacienda; y decía temer por días que el Virrey le<br />

mandara dar garrote o lo remitiera preso con grilletes a España.<br />

La Audiencia se oponía a todo gasto militar, aseverando<br />

que la tranquilidad era perfecta (como ya lo hizo antes<br />

del alzamiento de Girón), cuando la tenaz guerra de<br />

Chile reClamaba refuerzos, y en el inmenso Virreinato bullían<br />

aún numerosos descontentos y levantiscos.<br />

Las acusaciones de los Oidores y de los pretendientes<br />

desahuciados produjeron efecto ante el Consejo de Indias,<br />

Melchor Verdugo, enviado por el Virrey Cañete, no pudo<br />

desvanecerlas. A la verdad, mala defensa tenían los repar-

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!