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Los%20bienes%20comunes%20del%20conocimiento_Traficantes%20de%20Sue%C3%B1os

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16 | Los bienes comunes del conocimiento<br />

más profundo y por la aplicación de sistemas policéntricos a la gobernanza<br />

de los bienes comunes globales.<br />

En mi opinión, las otras dos contribuciones que hizo Ostrom al mundo<br />

académico sobre los bienes comunes son, en primer lugar, la potente red<br />

de trabajo de expertos internacionales e interdisciplinares en torno a<br />

los bienes comunes, que ella tejió antes de que hubiera otros lazos que<br />

los vincularan. Junto con sus colegas, recopiló nombres y direcciones<br />

de todas aquellas personas a las que había conocido o leído por todo el<br />

mundo y que trabajaban en algún aspecto de los recursos compartidos,<br />

los derechos de propiedad y/o la acción colectiva. La segunda contribución<br />

fue su resuelta iniciativa y su generosa financiación para construir<br />

la primera biblioteca sobre bienes comunes del mundo. A principios<br />

de la década de 1980, contrató a un bibliotecario profesional y a un académico<br />

para encabezar esta labor. Gracias a la red global de contactos de<br />

Ostrom, ambos instauraron un intercambio muy fructífero de publicaciones<br />

y empezaron a recopilar una completísima colección de investigaciones<br />

realizadas sobre los bienes comunes. Esta labor fue posible gracias a la firme<br />

creencia de Ostrom en la utilidad de la literatura gris a la hora de roturar<br />

un nuevo campo de investigación.<br />

La intempestiva muerte de Ostrom en 2012 supuso una pérdida<br />

enorme para la extensa comunidad de estudiantes y colegas que la habían<br />

conocido. Hay ya cientos de publicaciones que documentan su valioso<br />

legado intelectual. Pero Ostrom no era únicamente una mujer admirada<br />

por su investigación, su labor pedagógica y sus publicaciones. Lin, como<br />

la llamábamos todos, era universalmente querida, conocida por ser una<br />

persona increíblemente amable y generosa. Era muy cálida, implacablemente<br />

jovial, con una risa contagiosa, algo sorprendente en una persona<br />

que trabajaba tanto y dormía tan poco (en una época se hizo famosa por<br />

sus desayunos de trabajo a las seis de la mañana). Adoraba conocer gente<br />

nueva y crear vínculos entre sus muchos conocidos.<br />

Lin y Vincent Ostrom practicaban en sus vidas el ethos de lo común,<br />

que era su objeto de estudio. Desde los primeros momentos, el modus<br />

operandi que presidió el increíblemente productivo instituto que dirigían<br />

en la Universidad de Indiana, el Workshop in Political Theory and Policy<br />

Analysis, fue el espíritu colaborativo que ellos le infundieron. A las nuevas<br />

incorporaciones se les inculcaba la metodología del Workshop: trabajar<br />

con empeño, divertirse, asumir riesgos, hablar sin tapujos y mostrar siempre<br />

respeto por todos los demás compañeros, con independencia de su<br />

puesto en el escalafón. En 1990 hubo que reorganizar la biblioteca durante<br />

un fin de semana. Lin y Vincent se presentaron allí con ropa de trabajo y<br />

ayudaron a trasladar estanterías y libros junto con el resto de los miembros<br />

del Workshop hasta que se completó la tarea. Los Ostrom solían invitar

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