Los%20bienes%20comunes%20del%20conocimiento_Traficantes%20de%20Sue%C3%B1os
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La acción colectiva, el compromiso cívico y el conocimiento como bien común | 273<br />
hospitales, prisiones y escuelas» 16 . Creo que estos bienes comunes asociativos<br />
son el corazón de la «sociedad civil» y explican una parte considerable<br />
de su atractivo 17 .<br />
Más aún, he argumentado que los bienes comunes asociativos, aunque<br />
difícilmente infalibles, poseen varias ventajas sobre los bienes comunes de<br />
libre acceso. En primer lugar, una asociación puede defenderse a sí misma;<br />
puede litigar y presionar para proteger el bien público que gestiona.<br />
Tradicionalmente, las asociaciones dan a sus miembros «incentivos selectivos»<br />
(como el libre acceso al bien que controlan) a cambio de apoyo 18 . Así,<br />
por ejemplo, una congregación religiosa puede poseer un hermoso edificio<br />
que crea «externalidades positivas» para una comunidad más amplia: bonitas<br />
vistas, conciertos gratuitos, ingresos turísticos. La congregación puede<br />
admitir a todo aquel que comparta su credo y pague la cuota para ingresar.<br />
Los miembros adquieren entonces un derecho especial de acceso al edificio<br />
(por ejemplo, bancos reservados e invitaciones a acontecimientos sociales).<br />
A cambio, la congregación obtiene un saldo bancario con el que puede<br />
contratar albañiles si el edificio resulta dañado, y abogados si existe algún<br />
problema legal. En cambio, los bienes comunes de libre acceso, como el<br />
océano, sufren del clásico problema del parásito. Algunas personas y grupos<br />
se benefician degradando los bienes comunes, ya sea abusando de ellos,<br />
acotando algunas partes como propiedad privada o contaminándolos. A<br />
muchas personas les gustan los bienes comunes y desean que se defiendan.<br />
No obstante, nadie tiene suficientes incentivos como para pagar por la<br />
defensa de un bien que beneficia a todos.<br />
Internet nació como un bien común de libre acceso, pero a fecha de<br />
hoy tiene gran necesidad de defensores organizados. La libre distribución<br />
online de las ideas está amenazada por las restricciones políticas, como<br />
la censura y la sobreprotección de la propiedad intelectual; por la contaminación<br />
privada en forma de spam, virus y mensajes abusivos; y por el<br />
«cercamiento» empresarial. Como ejemplo de cercamiento, vamos a suponer<br />
que visitas la página web de una gran compañía. El código fuente estará<br />
oculto mediante ciertos recursos tecnológicos, y las patentes y los derechos<br />
de autor pueden convertir la imitación en un acto ilegal. Si intentas tomar<br />
prestado el método «un clic» de Amazon para adquirir productos, podrías<br />
ser demandado por robo de la propiedad intelectual de la compañía, a<br />
pesar de que tales «métodos de negocio» nunca se habían patentado en el<br />
16<br />
Véase Alexis de Tocqueville, Democracy in America, Nueva York, Vintage Books, 1954, vol. 2,<br />
libro 2, cap. 5, p. 114 [ed. cast.: La democracia en América, Madrid, Trotta, 2010].<br />
17<br />
Relaciono la discusión sobre la «sociedad civil» con la idea de los bienes comunes en «Civic<br />
Renewal and the Commons of Cyberspace», National Civic Review vol. 90, núm. 3, otoño de<br />
2001, pp. 205-211.<br />
18<br />
Mancur Olson, The Logic of Collective Action: Public Goods and the Theory of Groups, Cambridge<br />
(MA), Harvard University Press, 1971.