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Los%20bienes%20comunes%20del%20conocimiento_Traficantes%20de%20Sue%C3%B1os

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Cómo construir los bienes comunes | 251<br />

libre para todo el mundo, al menos de acuerdo con una concepción determinada.<br />

Sin embargo, esta potencial crítica se basa en la noción idealizada<br />

de los bienes comunes e igualmente en una idealizada y sombría visión<br />

sobre los mercados (Chander y Sunder, 2004: 1332). Dentro de los bienes<br />

comunes, se alzará el conflicto de intereses. Los individuos tendrán distintos<br />

conceptos del bien común y querrán satisfacer deseos y necesidades<br />

humanas. La tragedia de los comunes es un ejemplo del conflicto entre los<br />

individuos sobre los bienes comunes. Los bienes comunes necesitarán ser<br />

regulados. Sugiero que el mercado es un tipo de instrumento regulador que<br />

puede servir para coordinar las divergencias de intereses y deseos mediante<br />

el intercambio. Tal y como explicó Carla Hesse (2002: 2a), incluso en<br />

periodos más antiguos, como la China confuciana, la Europa anterior a<br />

la Ilustración y la temprana edad islámica, «la casi universal proscripción<br />

de la propiedad privada de las ideas […] no quiere decir, claro está, que<br />

las ideas fluyan libremente». «Los agentes de Dios», a menudo en forma de<br />

Estado o instituciones religiosas, controlarían en profundidad el flujo de la<br />

información (p. 29). El mercado no solo proporciona una manera de coordinar<br />

intereses en la disputa sobre los recursos, sino que también sirve como<br />

una institución de democratización para contrarrestar la concentración y el<br />

control de las ideas. De hecho, los críticos de la mercantilización apuntan<br />

no hacia el mercado en sí mismo, sino hacia el modo en que los mercados<br />

son controlados por los intereses empresariales dominantes mediante la ley<br />

de la propiedad intelectual (Litman, 2000: 122-151). El mercado es, por<br />

lo tanto, una importante institución organizadora de los bienes comunes<br />

de la información, pero una institución que debe regularse correctamente<br />

para mantener los valores del acceso abierto.<br />

Gobernanza y producción cultural<br />

La óptima regulación de los mercados debería entenderse en términos de<br />

sólidos valores democráticos, que inspiran los bienes comunes. El tercer<br />

principio rector para la construcción de los bienes comunes reconoce la<br />

importancia de la gobernanza para la producción cultural.<br />

El Estado desempeña un papel importante en la creación de las instituciones<br />

necesarias para la gobernanza democrática. En la medida en que<br />

los mercados se encuentran entre estas instituciones, las funciones del<br />

gobierno de financiación de la producción cultural y de facilitación<br />

del intercambio compartido resultan relevantes en este caso. A la vez,<br />

especialmente para las instituciones no mercantiles, existen otras tres funciones<br />

estatales necesarias para la producción cultural: (1) la creación de<br />

foros públicos para la participación; (2) el desarrollo de las infraestructuras<br />

culturales para facilitar la autonomía y la participación; y (3) la creación de

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