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Los%20bienes%20comunes%20del%20conocimiento_Traficantes%20de%20Sue%C3%B1os

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La conservación de los bienes comunes del conocimiento | 171<br />

perfectamente que numerosos de los protagonistas internos piensen que este<br />

modelo es indistinguible del Modelo E, en el cual el productor, el consumidor<br />

y el archivo pertenecen cada uno a distintas organizaciones.<br />

Obsérvese también que uno de los valores heurísticos de las funciones y<br />

responsabilidades de los diversos modelos en este esquema es que nos permite<br />

distinguir que la fórmula «repositorio o archivo digital institucional» se<br />

utiliza en el discurso habitual, a menudo ambiguamente, al menos en dos<br />

sentidos: por un lado, se refiere en sentido estricto a una organización que<br />

gestiona sus propios registros. La organización, institución o entidad es su<br />

propio cliente en el contexto del archivado y no se relaciona con un público<br />

más amplio. DSpace es una plataforma de software abierto desarrollada en el<br />

MIT para crear «repositorios institucionales» en este sentido. Fue diseñada y<br />

elaborada inicialmente para responder a las necesidades internas del MIT: los<br />

departamentos y grupos dentro del Instituto acordaban con la biblioteca las<br />

formas de crear un archivo como registro interno de los productos digitales<br />

generados por ellos mismos (Barton y Walker, 2003).<br />

Por otro lado, buena parte del debate sobre los «repositorios institucionales»<br />

sigue los argumentos presentados en un documento reciente por<br />

la Scholarly Publishing and Academic Resources Coalition (SPARC), y<br />

sugiere que los archivos o repositorios como DSpace podrían ampliarse<br />

mucho más e incluir copias de los documentos publicados que producen<br />

las facultades, y atraer así demandas de conservación de una base clientelar<br />

mucho más allá de los límites de la entidad archivadora (Crow, 2002; véase<br />

también Heery y Anderson, 2005). Si bien esta visión merece sin duda la<br />

pena, apenas hay pruebas de que fuera viable hacerla realidad a corto plazo.<br />

Además, en términos de los modelos formales aquí resaltados, la visión de<br />

la SPARC no es estrictamente la de un archivo organizativo; en su lugar,<br />

cuando las universidades adoptan esta visión, los protagonistas relevantes<br />

suelen compartir funciones y responsabilidades mucho más similares a las<br />

del Modelo C, que yo denominaría «archivos del productor».<br />

Archivos del productor<br />

El Modelo C representa aquellos casos en los que el productor y el archivo<br />

se coordinan organizativamente a fin de conservar una parte de los registros<br />

culturales para una base de consumidores amplia. Además de la visión<br />

de la SPARC de institutos superiores y universidades como generadores de<br />

archivos para las publicaciones producidas en las facultades, otros ejemplos<br />

de archivos de productor serían los archivos de las editoriales y los denominados<br />

autoarchivos del autor. ¿Pertenece la conservación a la misión de<br />

estos productores y producen estos archivos fiables?

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