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Los%20bienes%20comunes%20del%20conocimiento_Traficantes%20de%20Sue%C3%B1os

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Cómo construir los bienes comunes | 249<br />

concesión ofrecida por el soberano para expresar la exclusividad de ciertas<br />

actividades, como la minería, y se han convertido en concesiones que<br />

expresan la exclusividad en la comercialización de determinadas invenciones<br />

nuevas (Kaufer, 1989: 1-5). El Statute of Monopolies, que limitaba el<br />

poder de la entidad soberana para conceder ciertos tipos de exclusividad<br />

en el mercado, no consideró las patentes y los derechos de autor (pp. 6-8).<br />

Como una concesión, las patentes y los derechos de autor dieron forma<br />

a la creación y al desarrollo de los mercados. De acuerdo con el derecho<br />

moderno, las patentes y los derechos de autor sirven como una forma de<br />

administrar y organizar los mercados. Cuando los estudiosos hablan de las<br />

patentes y los derechos de autor como si enfrentaran los fallos del mercado,<br />

está claro que los describen como una herramienta administrativa. Pero<br />

el alcance de las patentes y los derechos de autor como una herramienta<br />

administrativa no ha sido completamente apreciada y explorada. Por el<br />

contrario, el punto de vista del contrato social sobre las patentes y los<br />

derechos de autor ha reducido la concesión de patentes a un quid pro quo:<br />

la compra del progreso a cambio de la exclusividad. El planteamiento de<br />

las patentes y los derechos de autor como un premio enfatiza tan solo una<br />

compensación para la invención e ignora el papel de las patentes y de los<br />

derechos de autor como medio para la regulación de los mercados.<br />

Los críticos pueden acusarme de proyectar una visión particular de los<br />

mercados dentro de un esquema legislativo, ignorando el contexto legal<br />

del mismo. Desde este punto de vista, Paul Schwartz y William Treanor<br />

(2003: 2414) realizan una crítica de este tipo en su minucioso análisis de<br />

los argumentos constitucionales presentados contra la ampliación de los<br />

plazos de los derechos de autor en Eldred v. Ashcroft. Una vez etiquetado<br />

el grupo de investigadores que se oponen a la ampliación de los derechos<br />

de autor como IP Restrictors –esto es, partidarios de la restricción de la<br />

propiedad intelectual –, Schwartz y Treanor demuestran que, si Eldred<br />

hubiera sido un éxito, la decisión resultante habría sido otro caso Lochner<br />

v. New York, el caso de 1905 que derogó la legislación que regulaba el horario<br />

de trabajo máximo y que representaba el adalid del activismo judicial<br />

contra la regulación estatal de la economía 4 . Al igual que la mayoría del<br />

caso Lochner impuso una visión sustantiva de la economía recurriendo a<br />

la cláusula del debido proceso, que ignoraba las realidades económicas y<br />

el proceso legislativo, de la misma manera los IP Restrictor, de acuerdo<br />

con Schwartz y Treanor, intentaron imponer una visión substantiva de la<br />

propiedad intelectual y la competencia sobre la cláusula de los derechos de<br />

autor. Schwartz y Treanor (2003: 2341) concluyen que resultaba conveniente<br />

para el Tribunal someter al Congreso la regulación de la propiedad<br />

intelectual, al igual que en su momento había aprendido a someter la<br />

4<br />

Véase Lochner v. New York, 198 U.S., p. 45, 1905.

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