de Investigadores em leitura - Universidade do Minho

notas, cartas, contrato de servicios…); formalmente son textos que se recogen adheridos a
la página y al desplegarlos sobresalen del espacio de la hoja: un modo de indicar su
carácter externo. Así sucede con la peculiar nota que envía la bruja estrafalaria a su
Príncipe:
Figura 3
Querido PRÍNCIPE
Deja que tu corazón te guíe hasta mí.
14 de Coladamés
Ven sin falta al rincón de la mordida de
serpiente después de la medianoche, en el
claro del bosque de Villa Siniestra (no lleves a
tu madre ni guardaspaldas), si te quieres casar
con una AUTÉNTICA princesa de zapatitos de
cristal.
Te espero,
Princesa Agata Maga
P.D. Si no te presentas, le pediré a una
bruja que conozco (sólo de oídas) que te
convierta en un sapo peludo.
Los paratextos, un apoyo para el nuevo lector (que suele actuar como lector primerizo,
inexperto, ingenuo por tratarse de un lector en formación, es decir con limitada experiencia
lectora). Hay que tener en cuenta que los primeros lectores: a) carecen de experiencia
receptora y de vivencias lectoras; b) no disponen (y por ello no los aplican) de los
conocimientos o referencias que la experiencia y la competencia lectora podrían aportar; c)
resultan especialmente vulnerables a algunos requerimientos de un texto precisamente por
las carencias que le ha creado su poca dedicación a la lectura.; d) en suma, sólo poseen
una limitada disponibilidad (según W. Iser, esta disponibilidad sería el conocimiento de
convencionalismos compartidos por el lector respecto al texto, al autor, al grupo cultural,
autor-grupo cultural) y tienen un limitado repertorio (referencias intertextuales, normas
socio-históricas, contenido, etc.) para relacionar y conectar con los requisitos que señala el
texto. Estos lectores necesitan y agradecen la presencia destacada de los paratextos–; por
otra parte, es obvio que otros lectores prescindirán de ellos sin reparar en las indicaciones o
informaciones que podrían reportarles.
10