John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
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forma santificada de disponer relaciones, tiempo, valores, etc., para conducir hacia una solución de la gran<br />
pregunta: «¿Por qué estamos vivos?». El problema con una sociedad que estimula la discusión, como hacía<br />
Norteamérica hasta mediados <strong>del</strong> siglo XX, es que no hay final previsible a la discusión. No hay forma de<br />
cerrar la puerta y anunciar que tu propio bando ha ganado finalmente. Ninguna certeza.<br />
Nuestros más famosos verdaderos creyentes, los puritanos, pensaban que podían construir la Ciudad de la<br />
Colina y no dejar entrar a la chusma. Cuando se hizo obvio que la exclusión no iba a funcionar, sus hijos y<br />
nietos dieron media vuelta y comenzaron a moverse hacia una sociedad totalmente inclusiva (aunque no<br />
libre). Estaría complicadamente estratificada en clases sociales como el viejo <strong>sistema</strong> británico. Esta vez la<br />
voluntad de Dios no sería ofrecida como razón para la forma en que los hombres disponían las cosas. Esta<br />
vez la Ciencia y las Matemáticas justificarían las cosas, y los niños serían enseñados a aceptar la<br />
inevitabilidad de sus destinos asignados en el mayor laboratorio de la verdadera fe jamás concebido: la<br />
Escuela Obligatoria.<br />
12 El insustancial Chautauqua<br />
Un hombre nos dejó un retrato dinámico <strong>del</strong> gran proyecto escolar completado prematuramente a pequeña<br />
escala: William James, un enterado entre enterados, el más destacado (y primer) psicólogo de Norteamérica,<br />
hermano <strong>del</strong> novelista Henry James. El prestigio de James como más formidable brahmán de Boston fundó<br />
la psicología norteamericana. Sin él es dudoso que hubiera sucedido en absoluto. Su Varieties of Religious<br />
Experience es único en el canon literario norteamericano: no es sorprendente que <strong>John</strong> Dewey abandonara a<br />
Hegel y Herbart tras un breve coqueteo con los alemanes y se adhiriera a James en su filosofía <strong>del</strong><br />
pragmatismo (que es la religión de los antiguos escandinavos puesta al día). Pero James era un pensador<br />
demasiado profundo para creer completamente su propio discurso monótono. En un librito llamado Talks to<br />
Teachers, que hoy sigue disponible, más de cien años después de ser escrito, James reveló sus sentimientos<br />
encontrados acerca <strong>del</strong> sueño final de la escolarización en Norteamérica.<br />
No era ningún impulso asiático para esclavizar, ni una fantasía de Midas de riqueza ilimitada, ni una<br />
conspiración de guerra de clases, sino sólo el sueño de un mundo confortable y entretenido para todo el<br />
mundo, la cosa más parecida a una bucólica de la era de Augusto que se pueda imaginar, la otra cara de la<br />
moneda imperial británica. Los ingleses William Morris y <strong>John</strong> Ruskin, y quizás Thomas Carlyle, fueron los<br />
padrinos literarios de esta sociedad de ensueño por venir, una sociedad ya realizada en unos pocos lugares<br />
enclaustrados de la Tierra, en ciertas grandes propiedades inglesas y en el centro matriz <strong>del</strong> movimiento<br />
Chautauqua en el oeste de Nueva York.<br />
En 1899, James se dirigió a una idealista nueva brigada de profesores reclutada en Harvard, hombres y<br />
mujeres destinados a infundir espíritu a la nueva institución que entonces surgía rápidamente de las cenizas<br />
de las viejas escuelas de barrio, escuelas privadas, escuelas de iglesia y escuelas en el hogar. Habló a los<br />
profesores <strong>del</strong> sueño de que todo el planeta podría ser transformado en un vasto Chautauqua. Antes de que<br />
vea lo que tenía que decir, necesita saber un poco sobre Chautauqua.<br />
El 10 de agosto de 1878, <strong>John</strong> H. Vincent anunció su plan para la formación de un grupo de estudio para<br />
emprender un programa de cuatro años de lectura guiada para ciudadanos corrientes. El Círculo Literario y<br />
Científico de Chautauqua alistó a doscientas personas en su primera hora, ocho mil cuatrocientas al final <strong>del</strong><br />
año. Diez años después, la matriculación había crecido a cien mil. Al menos otros tantos habían completado<br />
cuatro años o abandonado tras probar. En un increíblemente corto período de tiempo cada comunidad en los<br />
Estados Unidos tenía a alguien en ella que estaba siguiendo el programa de lectura de Chautauqua. Uno de<br />
sus profesores, Melvil Dewey, desarrolló el Sistema Decimal Dewey aún en uso en las bibliotecas.<br />
La lista de lecturas era ambiciosa. Incluía la Short History of the English People de Green, llena de<br />
información específica sobre las tribus anglosajonas originales y sus costumbres en la educación infantil,<br />
detalles que se mostraban sorprendentemente similares a los hábitos de los norteamericanos de clase alta.<br />
Otro texto de Chautauqua, Old Greek Life de Mahaffey, trataba de la utopía de la Grecia clásica. Mostraba<br />
cómo la civilización sólo podía surgir de los lomos de peones de clase inferior. Había muchos motivos para<br />
«ir a Chautauqua»: pasión por aprender, impulso social a trabajar juntos, la emoción de la competición en la