John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
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discuten sobre qué partes <strong>del</strong> programa se deberían cortar; pero la escuela no se puede reformar con<br />
un par de tijeras. La solución no se puede encontrar en las instituciones educativas. (cursiva<br />
añadida)<br />
En 1930, en la Conferencia Inglis anual en Harvard se hizo el mismo argumento:<br />
No tenemos absolutamente nada que mostrar de nuestra colosal inversión en la escolarización común<br />
tras 80 años de pruebas.<br />
Treinta años pasaron antes de que el Informe anual a la Carnegie Corporation de <strong>John</strong> Gardner, en<br />
1960, añadiera esto:<br />
Demasiada gente joven no gana nada [de la escuela] excepto la convicción de que son inadaptados.<br />
El historial después de 1960 no es diferente. Apenas es injusto decir que la estupidez de 1867, la<br />
infructuosidad de 1880, el aburrimiento de 1895, el no se puede reformar de 1910, el absolutamente<br />
nada de 1930 y el nada de 1960 han seguido en las escuelas de hoy. Pagamos cuatro veces más en<br />
dólares reales de lo que pagábamos en 1930 y así pagamos aún más de lo que nunca pagaron los<br />
dólares de la escolarización masiva.<br />
7 Vox pópuli<br />
Poco menos de mil ochocientas personas me escribieron cartas el año en que fui elegido Profesor <strong>del</strong><br />
Año <strong>del</strong> estado de Nueva York, en respuesta a una serie de ensayos que escribí acerca de lo que<br />
había sido testigo como profesor, ensayos que ahora pasan a ser parte de este libro. De un modo<br />
extraño, esas cartas diferentes eran mil ochocientas versiones de la misma carta, una protesta<br />
espontánea contra la violación que tantos sienten al ser obligados a ser un personaje en la fantasía de<br />
otro acerca de cómo hacerse mayor. Escuche algunas de estas voces:<br />
Huntington, Virginia Occidental<br />
«El homeschooling puede ser estresante, pero no es nada comparado a la tensión que experimenté al<br />
ver el amor propio y energía creativa de mi hija escurrirse durante las primeras semanas de tercer<br />
curso».<br />
Toronto, Canadá<br />
«Poco ha cambiado desde que me dijeron que me sentara en filas rectas y memorizara un currículum<br />
irrelevante. Hace poco mi mujer dejó su trabajo, porque tememos perder contacto con nuestros hijos<br />
cuando entran en un <strong>sistema</strong> escolar que no podemos entender y somos incapaces de cambiar».<br />
Frankfurt, Illinois<br />
«Tenía una rica investigación personal que avanzaba en muchos aspectos. La escuela era para mí una<br />
tediosa interrupción de mi por otro lado interesante vida».<br />
Yelm, Washington<br />
«Mi pasión es que a mi hija se le permita crecer siendo completamente quien es. Ahora mismo es<br />
una niña feliz, entusiasta y autodidacta de ocho años y medio. Aprendió sola a leer a los cuatro años,<br />
lee todo. La escuela siempre me ha parecido enferma en lo esencial de su concepto».<br />
Madison, Wisconsin<br />
«No sé qué hacer. Tres niños brillantes y animados pero cada día veo apagarse el entusiasmo a<br />
medida que desgranan su camino a través de un programa escolar predeterminado».<br />
Reno, Nevada<br />
«Mi mujer y yo llegamos al límite con la educación pública hace cuatro años. Estaba cansado de ver<br />
a mi hijo, antes feliz, constantemente en lágrimas».<br />
Santa Barbara, California<br />
«Simplemente saqué a mi hija de ocho años de la escuela. Poco a poco se iba haciendo silenciosa,<br />
incluso temerosa. Desde su inquietud para llegar a tiempo al autobús de la escuela hasta las veces en<br />
que estaba visiblemente conmocionada por la crítica a sus deberes. Día a día estaba cambiando a<br />
peor. Pero el final absoluto fue el efecto destructivo que la cultura de los valores de los alumnos<br />
tuvieron en su comportamiento. Ahora ríe otra vez. Tengo otra vez riendo a mi niña».<br />
Pittsburgh, Pensilvania<br />
«La escuela comenzó a destruir mi familia al dividirnos unos de otros en vez de unirnos. Creó<br />
separatismo entre los chicos, entre las clases, entre edades, entre padres e hijos. Después de que<br />
sacara a mi hija en segundo curso de la escuela comenzó a florecer. Ahora adora su tiempo, el tiempo<br />
es el regalo».<br />
Huntersville, Carolina <strong>del</strong> Norte