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John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

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nacional inocularon estas ideas en el <strong>sistema</strong> de aprendizaje, y los gestores locales crecieron en el temor al<br />

castigo por oponerse.<br />

En 1962, un informe financiado por el NIMH, El papel de las escuelas en la salud mental declaraba sin<br />

ambigüedad: «La educación no significa enseñar a la gente a saber» (cursiva añadida). ¿Qué, entonces?<br />

«Significa enseñarla a comportarse como no se comporta», un claro eco <strong>del</strong> «sueño» de la Fundación<br />

Rockefeller en un momento anterior <strong>del</strong> siglo (vea la página ). Las escuelas eran plantas de ingeniería <strong>del</strong><br />

comportamiento: lo que quedaba era convencer a los niños de que no había lugar donde esconderse.<br />

El informe fue puesto de relieve en la conferencia de gobernadores de 1962, apareciendo junto con una<br />

proclamación que pedía a todos los estados patrocinar estos nuevos programas escolares y usar cada nueva<br />

agencia estatal para promover el trabajo. Se tomaron medidas para vencer la resistencia por parte de los<br />

padres. Los casos difíciles, se aconsejaba, podrían ser sometidos a múltiples presiones permanentes hasta<br />

que dejaran de resistir. Mientras tanto, circulaban alarmantes estadísticas sobre el rápido crecimiento de las<br />

enfermedades mentales en la sociedad.<br />

El momento decisivo en que la escolarización moderna barrió a toda la competencia <strong>del</strong> terreno fue la<br />

aprobación de la Ley de Educación Primaria y Secundaria (Elementary and Secondary Education Act,<br />

ESEA) en 1965. La ley destinaba considerables fondos federales para los programas psicológicos y<br />

psiquiátricos en la escuela, abriendo la puerta a una completa paleta de «intervenciones» por psicólogos,<br />

psiquiatras, trabajadores sociales, agencias y varios especialistas. Todos fueron invitados a usar la escuela<br />

como una oficina satélite, y en los guetos urbanos como una oficina primaria. Ahora era la ley.<br />

A lo largo <strong>del</strong> camino hacia este hito, se alcanzaron importantes estaciones <strong>del</strong> camino cuyo listado está más<br />

allá <strong>del</strong> alcance de este libro. La hebra que he mostrado sólo es una entre muchas <strong>del</strong> tapiz. Los objetivos<br />

psicológicos de este proyecto y la cualidad de la mente que había detrás se captan bastante en la temática <strong>del</strong><br />

discurso al Seminario de Educación Internacional de la Infancia de 1973 en Boulder, Colorado, pronunciado<br />

por el psiquiatra de Harvard Chester M. Pierce. Esta cita parece haber sido suprimida de las transcripciones<br />

impresas de la charla, pero fue contada por los periódicos que estuvieron realmente presentes:<br />

Cada niño de Norteamérica que entra en la escuela a los cinco años está mentalmente enfermo, porque llega<br />

a la escuela con ciertas lealtades a nuestros padres fundadores, hacia nuestros representantes elegidos, hacia<br />

sus padres, hacia una creencia en un ser sobrenatural y hacia la soberanía de esta nación como una entidad<br />

separada. Depende de ustedes como profesores curar a todos estos niños enfermos creando el niño<br />

internacional <strong>del</strong> futuro.<br />

Quizás es sólo una coincidencia fortuita que en la psicologización en curso de las escuelas desde 1903 en<br />

a<strong>del</strong>ante, el único hilo más destacado --la casi universal prescripción para la mejora ofrecida por cada<br />

agencia, analista y portavoz para la salud mental-- haya sido el final de la competencia en cada aspecto de la<br />

formación y su sustitución por cooperación y armonía intergrupal e interpersonal. En la utopía, cada uno<br />

tiene un lugar fijo. La envidia y la ambición no son bienvenidas, al menos entre las clases comunes. La<br />

prescripción debería sonar familiar, la hemos encontrado antes como las órdenes de marcha de las<br />

Volksschulen prusianas. Desgraciadamente conocemos demasiado bien cómo acabo esa historia<br />

pestalozziana.<br />

19 Pagando a los niños por aprender<br />

Al final, mi propio período de formación conductista volvió para atormentarme treinta años después, igual<br />

que una salchicha de ajo comida después de medianoche repite a la tarde siguiente para vengarse por haber<br />

sido comida. En 1989, para mi satisfacción, obtuve una sustancial subvención en metálico de una pequeña<br />

fundación para pagar a los niños por lo que hasta ese momento habían hecho gratis en mi clase. ¿Le suena a<br />

usted como una buena idea? Estoy avergonzado de decir que supongo que a mí me lo pareció.<br />

¿No creería usted que tras veintiocho años de práctica en el aula cada vez más exitosa debería haberlo sabido<br />

mejor? Pero si fuéramos perfectos, ¿quién comería salchicha de ajo después de medianoche? La gran ironía

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