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John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

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Séptimo Día, erigió universidades como la de Michigan y la <strong>del</strong> Estado de Michigan (que posteriormente<br />

pasarían a ser fortalezas de la nueva religión de la escolarización) y dejó prisiones, manicomios, reservas<br />

indias y casas de caridad a su estela como anticipos de la aldea global secularizada que pretendía crear.<br />

La escuela era el templo de una nueva y omniincluyente religión civil. El calvinismo había fallado,<br />

finalmente, en ser demasiado autocontenido. Esta nueva forma norteamericana, al aprender <strong>del</strong> fracaso <strong>del</strong><br />

calvinismo, aspiró a ser un super<strong>sistema</strong> multicultural, que ceñiría al mundo en la totalidad <strong>del</strong> tiempo.<br />

Nuestras recientes invasiones de Haití, Panamá, Irak, los Balcanes y Afganistán, reminiscentes de los días<br />

florecientes <strong>del</strong> Imperio Británico, no se pueden comprender con las justificaciones superficiales ofrecidas.<br />

Sin embargo, al ver el legado de Calvino, incluso la política exterior deja ver algunos de sus resortes<br />

secretos. Los orígenes calvinistas armaron a los pensadores de la escuela desde el principio con un desprecio<br />

utilitario por el concepto de libre albedrío.<br />

Los experimentos de control cerebral explorados en los laboratorios psicofísicos <strong>del</strong> Norte de Alemania en<br />

el último cuarto <strong>del</strong> siglo XIX atrajeron a jóvenes ricos de miles de destacadas familias norteamericanas. Esa<br />

ciencia mental parecía prometer que podrían surgir tecnologías hechas a medida para mo<strong>del</strong>ar y controlar el<br />

pensamiento, tecnologías que nunca habían existido antes. Los niños, sugerían los nuevos psicólogos,<br />

podían ser vaciados, desnaturalizados y luego reconstruidos en diseños más complacientes. La isla <strong>del</strong><br />

doctor Moreau de H. G. Wells fue una fábula de extrapolación basada en habituales conversaciones de salón<br />

de la época inspiradas en la universidad.<br />

La filosofía empírica de David Hume, al actuar junto al empirismo de Locke, había preparado el camino<br />

para que los pensadores sociales vieran a los niños como pizarras en blanco, una opinión predominante entre<br />

la gente influyente e implícita en Maquiavelo, Bodin y los Bacon. La psicofísica alemana y la psicología<br />

fisiológica parecían una maravillosa fábrica de las herramientas que un buen cirujano político necesitaba<br />

para rehacer el mundo moderno. Métodos para modificar la sociedad y todos sus habitantes comenzaron a<br />

cristalizar desde las intuiciones <strong>del</strong> laboratorio. Se podía conseguir un buen modo de vida diciendo que era<br />

así, incluso si no era verdad. Cuando examinamos el nuevo movimiento colegial norteamericano de<br />

maestros en el cambio de este siglo descubrimos una resurrección de la metodología <strong>del</strong> filósofo prusiano<br />

Herbart totalmente en funcionamiento. Aunque Herbart ya llevaba muerto mucho tiempo por entonces, tenía<br />

el mensaje correcto para la nueva era. De acuerdo con Herbart, «los niños tendrían que ser cortados para<br />

encajar».<br />

7 Un enterado entre los enterados<br />

Una abundante fuente de pistas acerca de qué fuerzas estaban realmente en funcionamiento por entonces se<br />

puede encontrar en la historia celebratoria de Ellwood P. Cubberley, Public Education in the United States<br />

(1919, edición revisada de 1934), la referencia interna estándar para las leyendas oficiales de la escuela hasta<br />

que aparecieron escritos revisionistas en los 60.<br />

Cubberley era un enterado en el círculo de enterados, con una posición única para conocer cosas que ni el<br />

público ni la prensa podían conocer. Aunque Cubberley es circunspecto y <strong>del</strong>iberadamente vago, no puede<br />

evitar revelar más de lo que quiere. Por ejemplo, la reticencia <strong>del</strong> país a aceptar su nuevo yugo de<br />

obligatoriedad es captada brevemente en esta clara afirmación en la página 564 de la revisión de 1934:<br />

La historia de la legislación de asistencia obligatoria en los estados ha sido prácticamente la misma en todas<br />

partes, y en todas partes las leyes se han aprobado sólo tras superar una oposición enérgica.<br />

Aquí hay referencias al período desde 1852 a 1918 cuando los estados, uno a uno, fueron atrapados en una<br />

red de obligatoriedad que usaba la estrategia <strong>del</strong> paso a paso:<br />

Al principio las leyes eran opcionales [...] después la ley se hizo de ámbito estatal pero el período<br />

obligatorio era corto (diez a doce semanas) y los límites de edad cortos, de nueve a doce años. Tras esto,<br />

llegó la lucha para extender el tiempo, a menudo poco a poco [...] para extender los límites de edad por abajo<br />

hasta los ocho y siete años y por arriba hasta los catorce, quince o dieciséis; para hacer cumplir la ley a los

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