John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
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16 Farragut<br />
Cuando era un colegial en la escuela Waverly en Monongahela, Peg Hill nos contó que David Farragut, el<br />
primer almirante de la marina de los Estados Unidos, había sido nombrado aspirante a oficial a la madura y<br />
avanzada edad de diez años para el servicio en el buque de guerra Essex. Si Farragut hubiera sido un colegial<br />
como yo, habría estado en quinto curso cuando navegó a Argentina y rodeó el cabo de Hornos en una acción<br />
contra los navíos británicos que operaban a lo largo de la costa <strong>del</strong> Pacífico en Sudamérica.<br />
Farragut dejó una descripción de lo que encontró en su primer combate naval:<br />
Nunca olvidaré la hórrida impresión que me hizo la visión <strong>del</strong> primer hombre que vi abatido. Me impresionó<br />
al principio, pero pronto empezaron a caer tan rápidamente que parecía un sueño y no producía efecto en<br />
mis nervios.<br />
El aplomo de que es capaz un muchacho joven fue puesto a prueba cuando un capitán de artillería <strong>del</strong> ala de<br />
babor le ordenó ir a la sala de oficiales a por detonadores. Cuando comenzó a bajar la escalera, un capitán de<br />
artillería de estribor que estaba enfrente de la escalera fue «alcanzado de lleno en la cara por un disparo de<br />
dieciocho libras» y su cuerpo decapitado cayó sobre Farragut:<br />
Caímos juntos por la escotilla. Estuve tendido por algún momento aturdido por el golpe, pero pronto<br />
recuperé la consciencia lo suficiente como para subir corriendo a cubierta. El capitán, al verme cubierto de<br />
sangre, preguntó si estaba herido, a lo que respondí: «Creo que no, señor». «Entonces --dijo--, ¿dónde están<br />
los detonadores?». Esto me devolvió a mis sentidos y corrí abajo otra vez y traje los detonadores.<br />
El Essex tuvo éxito: capturó buques. Los oficiales fueron enviados con tripulaciones reducidas para<br />
pilotarlos de vuelta a los Estados Unidos, y a la edad de doce años consiguió Farragut su primer puesto de<br />
mando cuando fue seleccionado para mandar una tripulación de premio. Yo estaba en quinto curso cuando<br />
leí esto. Si Farragut hubiera ido a mi escuela habría estado en séptimo. Puede usted recordar esto como una<br />
tosca muestra de lo que se había retardado nuestra madurez incluso ya hace cincuenta años. Una vez en el<br />
mar, el capitán británico depuesto se rebeló ante el hecho de recibir órdenes de un muchacho y anunció que<br />
bajaba a por sus pistolas (que como señal de respeto se le había permitido conservar). Farragut envió abajo<br />
un mensaje de que si el capitán aparecía en cubierta armado le pegarían un tiro sumariamente y sería lanzado<br />
por la borda. Se quedó abajo.<br />
Así acabó la primera gran prueba de juicio responsable de David Farragut. A los quince años, este joven<br />
desescolarizado fue a cazar piratas en el Mediterráneo. Anclado en Nápoles, fue testigo de una erupción <strong>del</strong><br />
Vesubio y estudió la mecánica de la acción volcánica. En una larga estancia en Túnez, el cónsul<br />
norteamericano, preocupado por la ignorancia de Farragut, le enseñó francés, italiano, matemáticas y<br />
literatura. Considere a nuestro almirante en ciernes. Estaría sorprendido si usted pensara que su educación<br />
era deficiente en cualquier cosa con la que necesitara contar un hombre.<br />
Cuando era un colegial en Monongahela, supe cómo Thomas Edison dejó la escuela pronto, porque la<br />
escuela lo consideró retrasado. Ocupó sus primeros años vendiendo periódicos. Poco antes de los doce años<br />
habló con su madre para que le dejara trabajar en los trenes como chico de tren, permiso que le dio, lo que la<br />
habría enviado a la cárcel hoy en día. Un chico de tren era aprendiz de todos los trabajos. Poco después un<br />
impresor dio a Edison algunos tipos de imprenta que iba a tirar y el muchacho, tras pedir con éxito un rincón<br />
para él solo en el vagón de equipajes donde componer los tipos, comenzó a imprimir un periódico de cuatro<br />
páginas <strong>del</strong> tamaño de un pañuelo sobre las vidas de los pasajeros <strong>del</strong> tren y de las cosas que se podían ver<br />
por la ventana.<br />
Algunos meses después, el doceañero Edison tenía quinientos suscriptores y un beneficio neto mensual<br />
aproximadamente un 25 por ciento superior al de un maestro de escuela medio de la época. Cuando estalló<br />
la Guerra Civil, el periódico fue una mina de oro. Los ferrocarriles tenían instalaciones telegráficas, por lo<br />
tanto las noticias de la guerra estaban disponibles para Edison tan pronto como para los periodistas<br />
profesionales, pero él las podía pasar a imprenta antes que ellos. Vendió la guerra a muchedumbres en varias