John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
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Estos «misioneros educativos» hablaban de las escuelas como si fueran monasterios. Al limitar la idea de<br />
educación a la instrucción escolar formal, el público perdió gradualmente la visión de lo verdadero. Las<br />
cuestiones que discutían estos especialistas eran tan irrelevantes para la gente real como los disputas de los<br />
teólogos medievales. Había en sus escritos un desdén por las preocupaciones <strong>del</strong> público, para ellos «todo el<br />
alcance de la educación se había convertido en un instrumento de propósito social <strong>del</strong>iberado» (cursiva<br />
añadida). Tras 1910, la divergencia entre lo que esperaban varios públicos que sucediera en las escuelas <strong>del</strong><br />
gobierno y lo que pretendía provocar el establishment escolar rápidamente en expansión abrió un profundo<br />
abismo entre hogar y escuela, el ciudadano ordinario y el responsable de tomar decisiones.<br />
8 Regulando vidas como maquinaria<br />
La explicación real de este súbito abismo entre la política de la NEA en 1893 y la de 1911 no tuvo nada que<br />
ver con la reacción en ese tiempo de los profesores, directores o inspectores acerca de lo que necesitaban las<br />
escuelas. Más bien, era señal de esfuerzos titánicos reunidos fuera <strong>del</strong> universo cerrado de la escolarización<br />
con intención de alterar la economía, política, relaciones sociales, futura dirección y finalmente los términos<br />
de la existencia nacional de esta nación, que usaban las escuelas como instrumentos en la faena.<br />
Los hombres de escuela jamás fueron invitados a la mesa de toma de decisiones en la que se tomaban<br />
importantes medidas. Cuando Ellwood P. Cubberley comenzó a elevar indecisamente su voz en protesta<br />
contra los cambios radicales que se impusieron a las escuelas (en su historia de la educación), especialmente<br />
la súbita aplicación de las leyes de asistencia obligatoria que trajeron una asombrosa ruptura en el hasta ese<br />
momento bien educado mundo escolar, rápidamente se hizo atrás sin nombrar a los líderes de la comunidad -<br />
-tal como los llamó-- que dieron efectivamente las órdenes. Esta evidencia de impotencia documenta el<br />
estatus <strong>del</strong> pedagogo, incluso de los más elevados titanes de la escolarización como Cubberley. Puede<br />
encontrar esta referencia y otras similares en Public Education in the United States.<br />
De lo que trataba el management científico era de mezclarse con la escolarización sistemática en los Estados<br />
Unidos. Prefirió moverse sigilosa y felinamente, pero nadie cuestionó jamás el derecho de los hombres de<br />
negocios a imponer una filosofía de empresa para alterar las vidas de los niños. A partir <strong>del</strong> principio <strong>del</strong><br />
voladizo de entrelazar juntas directivas, iniciado por los intereses de Morgan, el management científico<br />
escolar también se introdujo en otros dominios institucionales de la vida norteamericana. De acuerdo con<br />
<strong>Taylor</strong>, la aplicación de energía mecánica a la producción se podía generalizar a cualquier terreno de la vida<br />
nacional, incluso al púlpito, ciertamente a las escuelas. Esto provocaría la comprensión de que las vidas de<br />
las personas podían ser reguladas muy al estilo de la maquinaria, sin sentimiento. Cualquier gasto de tiempo<br />
y energía exigía racionalización, ya se tratara de un alumno de primer curso o de un minero; el<br />
comportamiento debía ser explicado matemáticamente siguiendo los nuevos procedimientos estadísticos de<br />
Galton y Karl Pearson.<br />
El movimiento de management científico fue apoyado por muchos banqueros e industriales internacionales.<br />
En 1905, el vicepresidente <strong>del</strong> National City Bank de Nueva York, Frank Vanderlip, se abrió camino al<br />
podio de oradores en la convención anual de la National Education Association para decir:<br />
Estoy firmemente convencido de que el éxito económico de Alemania puede ser abarcado en una única<br />
palabra: maestro de escuela. Desde el punto de vista económico el <strong>sistema</strong> escolar de Alemania no tiene<br />
igual.<br />
Las escuelas alemanas estaban dirigidas psicológicamente, las nuestras lo deben estar también. Las gentes<br />
acaudaladas se encontraban, pensaban, en el umbral de un secreto definitivo: cómo escribir en las pizarras en<br />
blanco de las mentes vacías de los niños en la naciente era <strong>del</strong> management científico. Lo que escribirían allí<br />
era un programa para hacer seres humanos enanos y fraccionarios, gente lisiada con necesidades y hábitos<br />
implantados más allá de su propia comprensión, hombres y mujeres que clamaran por ser dirigidos.<br />
9 El plan Gary