07.05.2013 Views

John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

SHOW MORE
SHOW LESS

You also want an ePaper? Increase the reach of your titles

YUMPU automatically turns print PDFs into web optimized ePapers that Google loves.

el libro más influyente de los tiempos modernos. Durante los tres años que siguieron a su publicación,<br />

brotaron 165 clubes Bellamy. En los siguientes doce años, no menos de otras sesenta y cuatro novelas<br />

utópicas llegaron a ser best sellers.<br />

¿Fue la Guerra Civil, el caos, décadas de inmigración masiva, o una espantosa serie de sangrientas huelgas<br />

nacionales que hizo añicos nuestros mitos de ausencia de clases lo que hizo al público dispuesto para<br />

historias de un mañana mejor? Fuera la que fuera la causa o causas, el florecimiento de comunidades de<br />

verdadero utopismo norteamericano tomó forma real en el siglo XIX, desde las famosas, como las<br />

comunidades owenitas y los falansterios fourierianos o viveros sexuales perfeccionistas como Oneida, hasta<br />

rarezas poco conocidas, como Ararat de Mordecai Noah, ciudad de refugio para judíos. Primero tuvieron<br />

lugar, después fueron reflejadas por escrito, no al revés. Nada en el registro social humano alcanza al<br />

arrebato de anhelo puramente norteamericano por algo mejor en la vida comunitaria, el relato registrado en<br />

hechos y palabras en el primer siglo completo de nuestra existencia como nación.<br />

Lo que el libro de Bellamy destapó en la conciencia de la clase media y media alta era revelador: la sociedad<br />

que describe es una sociedad totalmente organizada, todos los medios de producción están en manos de<br />

sucedáneos paternos estatales. Las condiciones de una niñez formal de clase media se recrean a escala<br />

corporativa en estas utopías tempranas. La sociedad en el futuro ideal de Bellamy ha eliminado la realidad<br />

de la democracia, los ciudadanos son responsables de órdenes de agentes industriales, queda poco espacio<br />

para la iniciativa propia. El Estado regula todas las actividades públicas, posee los medios de producción, los<br />

individuos son transformados en una unidad dirigida por burócratas.<br />

Erich Fromm pensó que Bellamy no había percibido las grandes similitudes entre el socialismo corporativo<br />

y el capitalismo corporativo: que ambos convergen finalmente en objetivos de industrialización, que ambos<br />

son sociedades llevadas por una clase dirigente y políticos profesionales, ambos completamente<br />

materialistas en su perspectiva. Ambos organizan las masas humanas en un <strong>sistema</strong> centralizado: en grandes<br />

rebaños de empleados dispuestos jerárquicamente, en partidos políticos de masas. En ambos, el alienado<br />

hombre corporativo --bien alimentado, bien vestido, bien entretenido-- es gobernado por burócratas. El<br />

gobierno no tiene objetivos más allá de esto. Al final de la historia los hombres no son esclavos, sino robots.<br />

Esta es la visión de la utopía al completo.<br />

12 Sin lugar donde esconderse<br />

¿Cómo podrían haberse desarrollado las asombrosas vidas de George Washington, Andrew Jackson, los<br />

<strong>John</strong> D. Rockefeller, Margaret Fuller, Amy Lowell, mis propios antepasados inmigrantes: los McManus, los<br />

<strong>Gatto</strong>, los Zimmer, los Hoffman y D'Agostino, en esta utopía sin vida? Crecía como un agujero negro,<br />

aunque ningún ser humano florece bajo tal régimen ni reposa fácilmente dentro de la lógica de cientos de<br />

<strong>sistema</strong>s entretejidos en un <strong>sistema</strong> maestro, en que todos exigen obediencia a sus partes humanas. He aquí<br />

un reverso materialista de la visión espiritual de Ezequiel de las ruedas dentro de las ruedas.<br />

En una descripción <strong>del</strong> New York Times de la primera escuela <strong>del</strong> Proyecto Edison en Sherman, Texas --un<br />

<strong>sistema</strong> de escuelas privadas que facilitan un ordenador personal a cada alumno, correo electrónico, jornadas<br />

y años escolares más largos y «la escuela de más alta tecnología de Norteamérica» (como Benno Schmidt,<br />

antiguo presidente de Yale, lo expresó)-- el inspector local se regodeaba con lo que debe haber visto como la<br />

solución final para la cuestión <strong>del</strong> control <strong>del</strong> alumno: «¿Puede imaginarse lo que esto significa si estás<br />

enfermo en casa? El profesor puede poner simplemente material en el correo electrónico <strong>del</strong> alumno [...] ¡Ya<br />

no hay lugar donde esconderse!».<br />

13 La ironía de la lámpara de seguridad<br />

¿He llevado esto demasiado lejos? ¿Qué diablos está mal con querer ayudar a la gente, incluso en<br />

institucionalizar el impulso a ayudar para que llegue a ser más fiable? Sólo esto: la ecuación de la ayuda no<br />

es tan simple como imaginaron los utópicos. Recuerdo la conmoción que sentí en muchas ocasiones cuando<br />

mi intercesión bienintencionada en problemas obvios que tenía un niño se enfrentaban con alguna variación<br />

<strong>del</strong> grito enojado, «¡déjame solo!», como si mi ayuda hiciera realmente poner las cosas peor. Era

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!