John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
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desconcertante cuán a menudo sucedía, y yo era un profesor estimado. ¿Es posible que haya colinas que la<br />
naturaleza o Dios exijan que se escalen en solitario o de lo contrario ir siempre a menos por haber sido<br />
llevado por encima de ellas?<br />
Los planes de los verdaderos creyentes para nuestras vidas bien pueden ser mejores que los nuestros propios<br />
cuando se los considera desde algún criterio abstracto oficial, pero negar a las personas sus luchas<br />
personales es hacer la existencia absurda. ¿Con qué nos dejan, aparte de algún Chautauqua insustancial, un<br />
mundo de mentiras que promete que sólo siguiendo las reglas resultarán buenas existencias? Inconveniente,<br />
incomodidad, daño, derrota y tragedia son los compañeros inevitables de nuestro tiempo terrenal:<br />
aprendemos a manejar los problemas manejando problemas, no descargando nuestra carga en otro. Piense en<br />
el espíritu mutilado que las víctimas de padres sobreprotectores llevan mucho después de haber crecido y<br />
marchado de casa. Lo que debería hacerle receloso de la escuela es su implacable obligatoriedad. ¿Por qué<br />
esta rica, alborotadora y absolutamente exitosa nación ha necesitado alguna vez recurrir a la obligatoriedad<br />
para arrastrar a la gente a las aulas escolares, a menos que los defensores de la escolarización forzada fueran<br />
conducidos por peculiares creencias filosóficas no compartidas comúnmente?<br />
Otra cosa debería preocuparle, el que las consecuencias de la escolarización masiva ortodoxa jamás han sido<br />
consideradas completamente. Para mostrarle lo que quiero decir, considere el ejemplo de sir Humphry Davy,<br />
inventor de la lámpara de «seguridad» para las minas de carbón después de una explosión en 1812 en la que<br />
murieron noventa y dos hombres y niños. La inclusión de Davy en la lista de honor de la santidad llegó de su<br />
aserción de que el único objeto de su preocupación era «servir a la causa de la humanidad», una declaración<br />
hecha creíble por su rechazo a patentar el dispositivo.<br />
Que nadie niegue que la lámpara de seguridad disminuyó el peligro de explosión relativamente a antiguos<br />
métodos de iluminación, pero el hecho brutal es que muchos más mineros murieron a causa de la invención<br />
de Davy. Permitió a la industria <strong>del</strong> carbón crecer rápidamente, llevando inmensamente más hombres a las<br />
minas que antes, abriendo túneles más profundos, exponiendo a los mineros a peligros mortales de los que el<br />
grisú es sólo uno, peligros para los que no hay protección. La lámpara de «seguridad» de Davy trajo la<br />
seguridad sólo en el sentido más irónico: era principalmente un lámpara de mejora <strong>del</strong> beneficio. Su efecto<br />
más destacado fue permitir el crecimiento de la industria, una bendición para algunos, una maldición para<br />
otros, pero lejos de ser un bien inequívoco porque derrochó más vidas de las que salvó.<br />
Servir a «la causa de la humanidad» mediante la escolarización obligatoria gubernativa puede también<br />
resultar ser un asunto más extraño de lo que parece, otra lámpara de Davy con diferente disfraz.<br />
Capítulo 7 La conexión prusiana<br />
Disciplina de fuego prusiana<br />
Al acercarse al enemigo, las columnas de prusianos que marchaban giraron una tras otra hacia la<br />
derecha y hacia la izquierda, y pasaron a lo largo <strong>del</strong> frente <strong>del</strong> enemigo hasta que la compañía de<br />
retaguardia hubo girado. Entonces todo el conjunto giró encarándose al enemigo. Estos<br />
movimientos llevaron a la infantería a dos líneas largas bien cerradas, obtenidas con precisión de<br />
plaza de armas gracias a la instrucción despiadada. Este movimiento llevaba íntimamente unida una<br />
disciplina de fuego más extraordinaria que cualquier perfección de maniobra. Se abrió el<br />
Pelotonfeuer a doscientos pasos <strong>del</strong> enemigo y continuó hasta 30 pasos cuando la línea se rindió con<br />
la bayoneta. La posibilidad de esta combinación de fuego y movimiento fue el trabajo de Leopoldo,<br />
que mediante instrucción total hizo <strong>del</strong> soldado una máquina capaz de hacer, con mosquetes de<br />
pedernal que se cargaban por la boca, cinco disparos por minuto. La especial disciplina de fuego<br />
prusiana daba una ventaja de cinco disparos contra dos contra todos los oponentes. El ataque de<br />
bayoneta, si las andanadas de disparos habían hecho su trabajo, era simplemente «presentar la<br />
factura para su cobro», como lo expresó un escritor alemán.<br />
ENCYCLOPEDIA BRITANNICA, 11ª edición, Prusia