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John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

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Münsterberg fue uno de los que se contaba entre ellos durante el nacimiento de la escolarización masiva <strong>del</strong><br />

siglo XX. En 1892, recién emigrado a Norteamérica desde el laboratorio de Wilhelm Wundt de psicología<br />

fisiológica en Leipzig, en Sajonia, fue profesor de Psicología en Harvard. Münsterberg enseñaba a sus<br />

alumnos a ver las escuelas como laboratorios sociales adecuados para comprobar la teoría, no como<br />

agregados de jóvenes que perseguían sus propios objetivos. La Exposición de San Luis de 1904 sirvió de<br />

escaparate a sus ideas para los académicos de todo el mundo, y la prensa popular hizo sus nociones<br />

familiares a las clases medias-altas, horrorizadas por los poco familiares hábitos de familia de los<br />

inmigrantes, ansiosas de encontrar formas de separar a los niños inmigrantes de esas prácticas extranjeras de<br />

sus padres.<br />

La obsesión particular de Münsterberg estaba en cuantificar las capacidades mentales y físicas de la<br />

población para los archivos <strong>del</strong> gobierno central, para que los diseñadores de las políticas pudieran gestionar<br />

los «recursos humanos» de la nación eficientemente. Sus alumnos llegaron a ser líderes de la cruzada de<br />

«estandarización» en Norteamérica. Münsterberg estaba convencido de que las diferencias raciales se podían<br />

reducir a números, y estaba igualmente convencido de que era su deber sagrado con la raza aria hacer eso. El<br />

arianismo crepitaba como electricidad estática por la superficie de la vida universitaria norteamericana en<br />

aquellos días y sus implicaciones eran parte de cada juego de mesa corporativo e iniciativa de departamento<br />

<strong>del</strong> gobierno.<br />

Una de los discípulos favoritos de Münsterberg, Lillian Wald, llegó a ser una poderosa defensora de las<br />

incursiones médicas en las escuelas públicas. La famosa reformadora social progresista escribió en 1905:<br />

«Es difícil poner un límite al servicio que la inspección médica debería ejecutar», continuando: «¿No es<br />

lógico concluir que el desarrollo físico [...] debería ser exigido tanto como sea posible?». Un año después,<br />

las escuelas públicas con inmigrantes de Manhattan comenzaron a practicar operaciones de amígdalas y<br />

vegetaciones adenoideas en la escuela sin notificar a los padres. El New York Times (29 de junio de 1906)<br />

informaba que «italianos frenéticos» --muchos armados con estiletes--, «asaltaron» tres escuelas, atacando a<br />

profesores y arrancando a los niños de las garras de los verdaderos creyentes en cuyas manos habían caído.<br />

Piense en la conciencia que se atribuye a sí misma el derecho a operar a los niños a discreción oficial y sabrá<br />

más allá de la duda a qué huele un verdadero creyente.<br />

Incluso un estudio superficial de la historia de la institución escolar revela verdadera fe en gran abundancia.<br />

En un famoso libro, The Proper Study of Mankind (1948), pagado por la Carnegie Corporation de Nueva<br />

York y la Russell Sage Foundation, hace acto de presencia el principio favorito de los verdaderos creyentes<br />

desde Platón: «Una sociedad podría ser completamente remo<strong>del</strong>ada en unos 15 años, el tiempo que se tarda<br />

en inculcar una nueva cultura en un grupo de jóvenes que está creciendo». A pesar <strong>del</strong> espíritu de profunda<br />

violencia que se cierne sobre tan aparentemente pálidas y abstractas fórmulas, este es realmente el fuego<br />

fatuo perseguido a lo largo de todo el siglo XX en la escolarización obligatoria: no el desarrollo intelectual,<br />

ni el desarrollo <strong>del</strong> carácter, sino la inculcación de una nueva cultura sintética en los niños, diseñada para<br />

condicionar a sus súbditos a un continuo ajuste de sus vidas por autoridades ocultas.<br />

Es cierto que, numéricamente, sólo una pequeña fracción de los que dirigen la escolarización institucional es<br />

activamente consciente de la inclinación ideológica de esta, pero necesitamos ver que sin una dirección<br />

consistente de ese grupo especialista al frente de las cosas, la evolución de la escolarización hubiera perdido<br />

hace mucho tiempo su coherencia, degenerando en batallas entre enjambres de intereses económicos y<br />

políticos peleando sobre la mina de oro que representa la pedagogía hermética. Una de las cosas más<br />

difíciles de entender es que los verdaderos creyentes --ideólogos dedicados-- son útiles para todos los<br />

intereses en el entramado de la escuela al proveer una saludable continuidad a la empresa.<br />

A causa de la predecible codicia encerrada en esta cultura, parece necesaria una visión dominante<br />

«guardiana», indiferente a la ganancia material, para impedir el caos de plaza de mercado. Los verdaderos<br />

creyentes arbitran el juego de la escuela estableciendo sus objetivos, reglas, castigos. Negocian y llegan a<br />

compromisos con otros interesados. Y lo extraño es que, por encima de todo, se puede confiar en que ellos<br />

mismos sigan siendo predecibles, dedicados y abnegados. Los interesados pragmáticos los necesitan para<br />

mantener el juego vivo. Los verdaderos creyentes necesitan a los pragmáticos como tapadera. Si le parece<br />

considere esto imposiblemente melodramático. Yo mismo sé que partes de mi historia suenan como hojas

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