John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
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vieron que había surgido un <strong>sistema</strong> de clases en Norteamérica y que estaba siendo mantenido por el <strong>sistema</strong><br />
de clases en la escolarización. Ambas exigieron acción drástica. Y ambas fueron totalmente ignoradas.<br />
De hecho la palabra ignoradas ni comienza a hacer justicia a lo que ocurrió realmente. Esas investigaciones<br />
<strong>del</strong> Congreso --igual que la difícil de obtener Life of Napoleon Bonaparte de sir Walter Scott-- no sólo han<br />
desaparecido de la imaginación pública, ni siquiera se alude a ellas en las discusiones sobre escolarización<br />
de la prensa. Igual que si nunca hubieran tenido lugar. Esto sería más comprensible si sus actividades<br />
filantrópicas fueran aburridos y prosaicos regalos diseñados para distribuir munificencia y desarrollar buena<br />
opinión hacia la benevolencia de riqueza y poder colosal. Pero la realidad es notablemente diferente:<br />
mediante las fundaciones la riqueza corporativa ha anticipado en gran medida el atontamiento de las<br />
escuelas norteamericanas, la creación de un <strong>sistema</strong> científico de clases e importantes ataques a la soberanía<br />
de la familia, identificación nacional, derechos religiosos y soberanía nacional.<br />
«La escuela es la policía más barata», dijo una vez Horace Mann. Fue un sentimiento públicamente<br />
expresado por cada nombre --Sears, Pierce, Harris, Stowe, Lancaster y los demás-- implicado<br />
destacadamente en la creación de <strong>sistema</strong>s escolares universales para los poderes <strong>del</strong> carbón. Sólo hay que<br />
hojear The Social Ideas of American Educators de Merle Curti para descubrir que la mayor idea social que<br />
los educadores tenían que vender a los ricos, y que no perdieron la oportunidad de vender, era la función de<br />
policía de la escolarización. Aunque un cambio de dirección en la imaginación cuáquera es la razón por la<br />
que las escuelas llegaron a parecer penitenciarías, los cuáqueros no son la razón principal por la que llegaron<br />
a funcionar como instituciones de máxima seguridad. La verdadera razón por la que llegaron a la existencia<br />
era estabilizar el orden social y adiestrar a la gente común. En una era científica, industrializada y<br />
corporativa, la «estabilidad» fue mucho más exquisitamente definida de lo que la gente ordinaria podía<br />
imaginar. Para hacer realidad la nueva estabilidad, el mejor linaje reproductivo tenía que ser puesto en<br />
reservas, <strong>del</strong> mismo modo que el ordinario. Las «Hijas de los barones de Runnemede» son sólo una pequeña<br />
pieza <strong>del</strong> rompecabezas. Se probaron muchas cuarentenas más eficientes y sutiles.<br />
Quizás la más sutil de todas fue el Estado <strong>del</strong> Bienestar, un programa de asistencia social para todo el<br />
mundo, incluyendo a las clases inferiores, en que el Estado político otorga limosnas <strong>del</strong> modo en que lo<br />
hacía la Iglesia institucional. Aunque los beneficiarios más visibles de este gigantesco proyecto fueron esos<br />
grupos cada vez más conocidos como «las masas», los pobres fueron de hecho más pobremente servidos por<br />
esta moderna creación hindú <strong>del</strong> socialismo fabiano y <strong>del</strong> grupo de asesores corporativos. Se creía que<br />
subsidiar a los excluidos de la nueva sociedad era un modo humanitario de calmar esas aguas turbulentas<br />
hasta que el vendaval darwiniano hubiera recorrido su curso inevitable hacia una nueva utopía organizada<br />
genéticamente.<br />
En un informe aparecido en 1982 y ampliamente promocionado en importantes revistas, la conexión entre<br />
capitalismo corporativo y el Estado <strong>del</strong> Bienestar se hace manifiesta en un documento público que lleva el<br />
nombre de Alan Pifer, entonces presidente de la Carnegie Corporation. Temiendo aparentemente que la<br />
administración Reagan alterase el diseño <strong>del</strong> proyecto fabiano más allá de su capacidad de sobrevivir, Pifer<br />
alertaba de:<br />
Una posibilidad creciente de severa inquietud social y el consiguiente desarrollo entre las clases superiores y<br />
de la comunidad empresarial de suficiente temor por la supervivencia de nuestro <strong>sistema</strong> económico<br />
capitalista como para provocar un abrupto cambio de dirección. Igual que construimos el Estado <strong>del</strong><br />
Bienestar general [...] y lo extendimos en los años 60 como válvula de seguridad para aliviar la tensión<br />
social, queremos hacerlo otra vez en los 80. Cualquier otro camino es demasiado arriesgado.<br />
En el informe <strong>del</strong> que se ha sacado la cita, se introducían nuevas concepciones de la pedagogía que ahora<br />
vemos intentando hacer su aparición: certificación nacional para los maestros, que evita el último vestigio de<br />
control local en los estados, ciudades y pueblos; una jerarquía de puestos de los profesores; un proyecto de<br />
poner fin a la jerarquía de administradores escolares, ahora juzgada mayormente un gasto contraproducente<br />
para el buen orden social, un experimento fallido. En la nueva forma, los profesores en cabeza gestionan las<br />
escuelas según el estilo británico y contratan a los administradores <strong>del</strong> negocio. Las primeras expresiones de<br />
esta nueva iniciativa incluyeron al movimiento de la «miniescuela», ahora transformado en el movimiento