John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
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ubio <strong>del</strong> Norte: exploradores, luchadores, gobernantes, aristócratas, organizadores <strong>del</strong> mundo. En la<br />
Norteamérica primitiva la raza era puramente nórdica, pero ahora los híbridos que pululaban la amenazaban<br />
con la destrucción, excepto en unas pocas zonas de pureza racial, como Minnesota.<br />
Madison Grant percibía la democracia como un <strong>sistema</strong> político que violaba los hechos científicos de la<br />
herencia al igual que lo hacía el cristianismo, al favorecer al débil. Esto llevaba inexorablemente a la<br />
decadencia biológica. Incluso la conciencia nacional podría confundir la primera lealtad racional de uno,<br />
que tenía que ser la raza. Este era el código <strong>del</strong> fundador <strong>del</strong> Zoo <strong>del</strong> Bronx. Seis años tras su publicación,<br />
The Passing of the Great Race todavía se imprimía y la Sociedad Zoológica de Nueva York de Grant era<br />
más respetable que nunca. Finalmente Margaret Mead fue beneficiaria de un patrocinio considerable por el<br />
Museo de <strong>Historia</strong> Natural de Grant, como lo fue de hecho toda la insegura nueva comunidad de<br />
pensamiento antropológico. Aunque el trabajo de Mead parece contradecir el de Grant, por la época en que<br />
el mundo académico comenzó a promocionar el relativismo de Mead, Ruth Benedict y otros intérpretes de la<br />
cultura primitiva, se había establecido una doble moral en la vida intelectual de los Estados Unidos y de<br />
Europa.<br />
Para aquellos cuyo estatus estaba asegurado por el nacimiento estaban disponibles las teorías de cualidad<br />
heredada. Para la gran masa de los demás, sin embargo, el cuerpo de teoría que amortizaba las subvenciones<br />
de la fundación, el que impulsaba el moderno desarrollo político y económico, era el cuerpo de estudios que<br />
exploraba la noción de extrema plasticidad de la naturaleza humana, una maleabilidad que conduce a lo<br />
amorfo. Si la humanidad fuera vista como arcilla, la acción social radical que justifica la continua<br />
intervención podría con seguridad poner la utopía al alcance, y a la vez proporcionaría oportunidades<br />
crecientes a los académicos. El mercado académico proporcionó ávidamente evidencia para los poderosos de<br />
que la calidad era innata, y por otro lado evidencia para el resto de nosotros de que la naturaleza humana<br />
estaba vacía.<br />
6 El veneno de la democracia<br />
El resorte usado para clasificar a la población de los Estados Unidos de una forma sin precedentes y muy<br />
radical fue la Primera Guerra Mundial. Antes de la guerra, los eugenesistas evaluaban los grupos raciales y<br />
nacionales mediante la comparación de los números de un grupo u otro con «listas de diferencias», pero<br />
no tenían modo de penetrar en los espacios secretos internos de la conciencia. Al filo de la guerra mundial la<br />
nueva disciplina social de la psicología, que luchaba por lograr una posición de ciencia dura, afirmaba ser<br />
capaz de cambiar todo eso. Presumía de un poder para profundizar en las regiones ocultas <strong>del</strong> cerebro. El<br />
nuevo milagro tecnológico de la época era la invención de un misterioso «test de inteligencia», una<br />
puntuación de «cociente intelectual» que supuestamente podía poner los secretos <strong>del</strong> poder intelectual a<br />
disposición de la ciencia <strong>del</strong> management.<br />
El ejército norteamericano de la Primera Guerra Mundial recién alistado pronto fue sometido a la medida de<br />
inteligencia en masa bajo la dirección de Robert M. Yerkes, presidente de la Asociación Fisiológica<br />
Americana, una organización recientemente inventada por el protegido de Wundt, G. Stanley Hall. Los<br />
resultados publicados tras la guerra mostraron una destacable correlación con tests similares de niños de las<br />
escuelas norteamericanas. Mientras Yerkes informaba de estos resultados a la Academia Nacional de<br />
Ciencias, el famoso psicólogo Dr. William McDougall resumía los estudios civiles para el público general<br />
en su libro, Is America Safe for Democracy? Dijo que latinos y eslavos en justa competición mental<br />
puntuaban significativamente por debajo de los blancos nativos. ¿Cómo, entonces, se les podía dar un voto<br />
igual a los hombres blancos?<br />
McDougall afirmaba que los datos innegables revelaban inconfundiblemente que una interpretación racial de<br />
la historia era la correcta. En su libro A Study of American Intelligence, el psicólogo Carl Brigham concluyó<br />
en 1923 que «la superioridad intelectual de nuestro grupo nórdico sobre los grupos alpino, mediterráneo y<br />
negro había sido demostrada».<br />
Después de 1922, el racismo era una verdad de la ciencia. El rumor se extendió rápidamente por cada rincón<br />
de Europa; pero particularmente en la derrotada Alemania, antigua barrera teutónica contra la incursión