07.05.2013 Views

John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

energía el doble de eficiente que la madera; el petróleo, el doble de eficiente que el carbón. El petróleo hizo<br />

su aparición justo al principio de la Guerra Civil. Como con el carbón, habían existido antiguas referencias a<br />

esta forma de carbón líquido en Estrabón, Dioscórides y Plinio. Hay constancia de su uso en China y Japón<br />

en la era precristiana (Marco Polo describe las fuentes de petróleo en Bakú al fin <strong>del</strong> siglo XIII). Todo lo que<br />

se necesitaba era una máquina adaptada a su uso.<br />

La primera patente para el uso <strong>del</strong> poder motriz de la gasolina fue concedida en Inglaterra en 1794. En 1820<br />

en la Universidad de Cambridge había hombres que sabían cómo usar gasolina para mover maquinaria. En<br />

1860 había máquinas de gasolina en uso limitado por toda Europa, sólo cuatrocientas en París. La primera<br />

explotación norteamericana de alguna importancia tuvo lugar en el lago Seneca, Nueva York, en 1859, a no<br />

mucha distancia de la casa solariega de la familia Rockefeller en la ciudad de Bainbridge. Siguiendo el<br />

ejemplo <strong>del</strong> carbón, el petróleo pronto estaba produciendo una conversión al combustible fósil de la<br />

sociedad norteamericana, incluso si el suministro irregular impidió al petróleo conseguir su lugar dominante<br />

en el panteón energético de forma rápida. Pero en 1898 el problema de suministro estaba resuelto. Doce<br />

años después, el petróleo sustituyó al carbón como la energía de elección, proporcionando ventajas por el<br />

peso, ahorro de trabajo en transporte, almacenamiento y extracción, y al igual que con el carbón, se<br />

obtuvieron insospechados beneficios extra <strong>del</strong> petróleo. En 1920, se generó una ganancia inesperada de 3<br />

millones de caballos de vapor hora sólo de gas residual, obtenido <strong>del</strong> petróleo usado en el funcionamiento de<br />

los altos hornos.<br />

12 Enterrando vivos a los niños<br />

Piense en las minas de carbón como vastos laboratorios experimentales de comportamiento humano que<br />

prueban la proposición de que hombres, mujeres y niños harán prácticamente cualquier cosa, incluso<br />

permitir ser depositados en túneles húmedos y peligrosos bajo tierra durante todas las horas de sol para tener<br />

trabajo real que hacer como parte de la comunidad humana. Si se podía decir de la Revolución<br />

Norteamericana (como sostenía la Declaración) que demostraba una verdad autoevidente, de que todos eran<br />

«dotados por su Creador con ciertos derechos inalienables», la revolución <strong>del</strong> carbón probaba la proposición<br />

contraria, hasta qué limite esos derechos podían ser arrebatados si se cambiaban por trabajo. Esta ocupación<br />

alejada <strong>del</strong> mundo mostró al trabajo como un valor tan necesario para la satisfacción humana como la<br />

libertad y la busca de la felicidad. En vez de buscar alternativas, la gente se enterraría viva de hecho para<br />

conseguirlo.<br />

Y el carbón era un continuo y sumamente visible ejemplo ideal de lo minuciosamente que las<br />

preocupaciones por intereses externos invisibles se podían imponer a la niñez. Durante un siglo, los mejores<br />

beneficios habían venido de usar niños pequeños como mineros. En 1843, cuando Horace Mann visitaba la<br />

Prusia dependiente <strong>del</strong> carbón para reunir antecedentes para su Séptimo Informe, niños y niñas de entre<br />

cinco y ocho años trabajaban en cada mina de carbón de los Estados Unidos. El cincuenta por ciento de<br />

todos los mineros de carbón eran niños.<br />

Los niños eran empleados como cuidadores, encargados de abrir y cerrar las puertas que guiaban el aire por<br />

la mina, como llenadores para llenar los carros mientras hombres adultos picaban el carbón en las vetas y<br />

como empujadores para empujar los vagones siguiendo a los trabajadores al pie <strong>del</strong> pozo. En algunos<br />

lugares los vagones eran tirados en vez de empujados, y niñas pequeñas eran empleadas como tiradoras<br />

porque su pequeño tamaño estaba en armonía con los diminutos túneles, y porque eran más fiables que los<br />

niños. Es instructivo un extracto de un periódico de Pittsburgh de la época:<br />

Se pone una faja alrededor de la cintura desnuda, a la que se engancha una cadena <strong>del</strong> carro, y las niñas se<br />

desplazan sobre sus manos y rodillas, arrastrando el carro tras ellas.<br />

La familia McManus de West Elizabeth, Pensilvania, inmigrantes irlandeses por 1840, fue un grupo<br />

silencioso en mis propios antecedentes familiares. Los registros censales los citan como mineros <strong>del</strong> carbón.<br />

Mi abuela se llamaba Moss McManus antes de convertirse en Moss Zimmer. Nunca hablaba <strong>del</strong> pasado ni<br />

recordaba un solo antepasado menos uno, un McManus con licencia de piloto en el río Mississippi según un<br />

documento firmado por Abraham Lincoln que aún anda por algún sitio en la familia. ¿Qué cuentas de todos

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!