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John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

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El análisis por Michael Matthews <strong>del</strong> lenguaje como primer comportamiento en sí mismo servirá como una<br />

ilustración de los agujeros de la psicología de ratas. Su protagonista es un sencillo plátano. Al contrario de<br />

lo que dice la religión <strong>del</strong> conductismo, no experimentamos los plátanos como impresiones sensoriales<br />

blandas, amarillentas y ligeramente fibrosas. En vez de eso, la realidad involucra al plátano en el drama:<br />

«¡comida!», «¡bueno para ti!», «¡trágatelo o te sacudo!». Aprendemos normas sobre plátanos (no los<br />

restriegues en la alfombra), sucesos futuros (comamos mañana otra vez plátanos) y valor (¡esos malditos<br />

plátanos cuestan un ojo de la cara!). Y esas cosas las aprendemos con palabras.<br />

Cuando el conductismo pontifica que todos los niños deberían «aprender de la experiencia», con la<br />

implicación de que los libros y conceptos intelectuales cuentan poco, revela su propia pobreza. El<br />

conductismo no facilita ninguna forma de cuantificar la abrumadora presencia <strong>del</strong> lenguaje como la mayor<br />

experiencia de la vida para todo el mundo, ricos y pobres. El conductismo tiene que aparentar que las<br />

palabras realmente no importan, sólo la «conducta» (tal como define el término).<br />

Sostener que todo el conocimiento es exclusivamente experiencia sensorial de hecho ni siquiera es decir<br />

mucho, ya que la experiencia sensorial es continua e imparable mientras estamos vivos. Es como decir que<br />

se necesita respirar para permanecer vivo o comer para evitar el hambre. ¿Quién no está de acuerdo? El<br />

aspecto fascinante de este timo psicológico radica en la propia comprensión por los expertos conductistas de<br />

que no tienen mucho más que vender a su clientela que lo que un adiestrador de perros no pudiera vender<br />

por unos céntimos. El bajo instinto de este pariente pobre de la filosofía ha sido siempre reemplazar las<br />

formas comunes de conocimiento y aprendizaje, traducir las operaciones a argot, procesarlas en una forma<br />

institucional y luego encontrar clientes que compraran el resultado.<br />

No existe más propósito en lo más profundo de estos <strong>sistema</strong>s de niño vacío que el propósito <strong>del</strong> adicto a los<br />

rompecabezas de hacer ENCAJAR cada pieza. ¿Por qué no aprenden a leer los niños en la escuela? Porque<br />

no importa en un universo conductista. Esto va mucho más allá de una controversia entre varios métodos: es<br />

una controversia de puntos de vista. ¿Por qué deberían leer? Tenemos demasiada gente lista tal como hay.<br />

Sólo unos pocos tienen algún trabajo que valga la pena hacer. Sólo la lógica de la maquinaria y de los<br />

<strong>sistema</strong>s protege a su hija o a su hijo cuando usted los envía a los laboratorios conductistas en el conductista<br />

autobús amarillo. ¿Deberían preocuparse los <strong>sistema</strong>s? Ya sabe, no son mamá y papá.<br />

9 Programando al niño vacío<br />

Para llevar a cabo un acto de fe tan improbable tenía que existir alguna visión más potente que la que<br />

Skinner podía facilitar, alguna evidencia más convincente que los datos <strong>del</strong> programa de refuerzo que<br />

inspirara a los hombres de negocios el respaldo <strong>del</strong> proyecto. Tenía que haber visiones que fundamentaran la<br />

búsqueda. Una las representará a todas, y la que he seleccionado para su examen está entre los más<br />

espeluznantes e influyentes libros jamás salidos de una pluma humana, todo un rival en cada aspecto de<br />

Scientific Management de Frederick <strong>Taylor</strong>. El autor fue Jean-Jacques Rousseau. El libro, Emilio, fue<br />

publicado en 1762. Si Rousseau había entregado a sus propios cinco hijos al orfanato antes o después de que<br />

lo escribiera, es algo que no puedo asegurar. Me han dicho que antes.<br />

Emilio es un relato detallado de la total transformación de un muchacho de diez años bajo las ayudas<br />

conductistas precisamente calculadas de un maestro psicológico. Rousseau enseñó al mundo cómo escribir<br />

en el niño vacío que Locke había engendrado: facilitó medios por los cuales la potente imagen de Locke se<br />

podría convertir en metodología. Sólo llevó un cuarto de siglo a los alemanes darse cuenta de la utilidad<br />

práctica <strong>del</strong> soñador Rousseau, y sólo un poco más a los norteamericanos e ingleses para hacer lo mismo.<br />

Una vez que Rousseau fue completamente asimilado, la tentación de ver a los hijos de la sociedad como<br />

recursos humanos demostró ser irresistible para aquellas naciones que habían ido más lejos en el desarrollo<br />

<strong>del</strong> recurso mineral, el carbón, y sus útiles espíritus, el calor y el vapor.<br />

La influencia de Rousseau sobre la pedagogía comenzó cuando las explicaciones de la naturaleza humana<br />

<strong>del</strong> tipo niño vacío llegaron a dominar. Con la religión emocional, la vida de pueblo, las élites locales y una<br />

tradición norteamericana tambaleándose por los martillazos de la inmigración masiva, la nación fue

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