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John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

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casi cualquiera, viven en constante peligro de ser excedentes, incluso cuando una reducción no está en<br />

marcha. Otra vez Toynbee:<br />

Un Pedro el Grande quiere tantos chinovniks rusos, o una Compañía de las Indias Orientales tantos<br />

empleados, o un Mehmed Alí tantos carpinteros de barcos egipcios [...] Alfareros de arcilla humana se<br />

ponen a producirlos, pero el proceso de producción de una intelligentsia es más difícil de parar que de<br />

iniciar, porque el desprecio en que se mantiene a la clase de enlace por los que se aprovechan de sus<br />

servicios es compensado por su prestigio a los ojos de los que son aptos para su inscripción en ella. (cursiva<br />

añadida)<br />

La aplicabilidad de este principio a su propio hijo o hija en la escuela, incrustado penosamente en una de las<br />

muchas falsas clasificaciones como «dotado y con talento» de los años recientes, o que se gradúa en un<br />

programa universitario aguado, establecido para acomodar a más de la mitad de todos los hombres y mujeres<br />

jóvenes, es esta:<br />

Los candidatos aumentan más allá de toda proporción respecto a las oportunidades para emplearlos y el<br />

núcleo original de la intelligentsia empleada se inunda de un proletariado intelectual desocupado, indigente<br />

y marginado.<br />

Ahora tiene un marco adecuado en que encajar las hordas de estudiantes licenciados que soportan una larga<br />

y extendida niñez en perspectiva de una sinecura que posiblemente no existe para la mayoría. En el lenguaje<br />

revelador de Toynbee, este «puñado de chinovniks es reforzado con una legión de nihilistas, y el puñado de<br />

babus chupatintas, con una legión de licenciados en letras fracasados». Tenga cuidado de no sonreír con<br />

satisfacción: ese babu chupatintas que ve cada mañana en el espejo probablemente es usted.<br />

Tampoco ha oído lo peor: la infelicidad de una intelligentsia crece geométricamente: un chinovnik o babu<br />

subempleado se vuelve más enojado y más cínico con el paso de los años. A veces esta rabia se descarga<br />

rápidamente, como cuando los empleados postales se ponen a disparar indiscriminadamente. A veces hacen<br />

falta siglos. Como ejemplo de lo último, Toynbee nos ofrece esto:<br />

1. La intelligentsia rusa, que data <strong>del</strong> final <strong>del</strong> siglo XVII, que «descargó su rencor acumulado en la<br />

destructora Revolución bolchevique de 1917».<br />

2. La intelligentsia bengalí, que data de la última parte <strong>del</strong> siglo XVIII, que comenzó en 1946 a mostrar<br />

«una pauta de violencia revolucionaria que aún no se ha visto en otras partes de la India británica,<br />

donde la intelligentsia local no llegó a existir hasta cincuenta o cien años después». [Poco después de<br />

que se escribieran esas líneas, las intelligentsias derribaron la India británica.]<br />

Espero que esto le ayude a comprender por qué, desde un punto de vista de un diseñador de política, la<br />

decisión de amordazar el desarrollo intelectual mediante la escolarización ha sido un mercado en alza desde<br />

el final de la Segunda Guerra Mundial, a pesar de la anomalía <strong>del</strong> GI Bill. Cuanto más grande sea el grupo<br />

de hombres y mujeres educados pero subempleados, más fuerte es el tic-tac de la bomba de tiempo. Debería<br />

quedar claro ahora que las promesas de la escolarización no se pueden mantener para una mayoría de<br />

norteamericanos en una economía estructurada de este modo. Sólo saqueando el planeta pueden mantenerse,<br />

incluso temporalmente para la mayoría crítica que es necesaria para controlar las cosas.<br />

En la sociedad que tenemos justo ante nosotros, una profesión tiene increíblemente buenas perspectivas. Me<br />

refiero a las varias especialidades asociadas con la vigilancia de los enojados, los desafectos y los<br />

amargados. Como las promesas de la escuela son matemáticamente imposibles de mantener, fueron, desde el<br />

principio, un esquema de Ponzi, como la Seguridad Social. La minoría creativa que desató este torbellino<br />

bien escolarizado hace cien años parece finalmente haber agotado su poder creativo a medida que se<br />

transformó lentamente en una minoría dominante sin mucha energía creativa. El Dr. Toynbee señala que esa<br />

transición es una señal inconfundible de una sociedad en decadencia. Otra señal siniestra para Toynbee: el<br />

uso creciente de la policía y de los ejércitos para proteger intereses privados.

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