07.05.2013 Views

John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

SHOW MORE
SHOW LESS

Create successful ePaper yourself

Turn your PDF publications into a flip-book with our unique Google optimized e-Paper software.

Sin embargo, Norteamérica tenía que masificarse, y deprisa. Desde el final <strong>del</strong> siglo XIX, el gobierno<br />

norteamericano y las grandes empresas se habían comprometido, sin hacer ruido públicamente, a crear y<br />

mantener una sociedad de masas. La sociedad de masas exige rigurosa administración, estrecha dirección en<br />

grado extremo. La humanidad se vuelve no fiable, peligrosa, infantil y suicida bajo tal disciplina. Mantener<br />

estable esta contradicción obliga a los gestores de la escolarización sistemática a retirar la confianza, a<br />

considerar a su clientela igual que podrían hacerlo los directivos de un hospital con pacientes potencialmente<br />

homicidas. Alumnos, hombres bajo disciplina militar y empleados en oficinas de correos, hospitales y otros<br />

grandes <strong>sistema</strong>s son forzados a estar en una condición de menos que completa cordura. Son peligrosos,<br />

como la historia ha mostrado una y otra vez.<br />

Hay tres triunfos indiscutibles de la sociedad de masas de los que necesitamos reconocer su fuerza: primero,<br />

la producción en masa ofrece confort físico relativo a casi todos: incluso los pobres tienen alimento, refugio,<br />

televisión como contadora de historias para elevar la ilusión de comunidad; segundo, como subproducto de<br />

la intensa vigilancia personal en la sociedad de masas (para proporcionar una corriente estable de datos para<br />

las clases productoras y reguladoras) hay disponible una gran abundancia de seguridad personal; tercero, la<br />

sociedad de masas ofrece un mundo predecible, con pocas sorpresas: las inquietudes de la incertidumbre son<br />

sustituidas en la sociedad de masas con un aumento en hastío e indiferencia.<br />

15 Ciencia mental alemana<br />

Al principio <strong>del</strong> siglo XIX, hombres y mujeres sabios, ellos mismos honorables individuos, llegaron con<br />

tristeza a darse cuenta de que a pesar de todo el futuro inmediato, cada vez más gente ordinaria necesitaría<br />

entregar sus vidas enteras a un agujero negro en el suelo o al servicio de una máquina destructora de la<br />

mente si un mundo de ensueño alimentado por el carbón tenía que llegar. Las personas que crecían al aire<br />

libre y la sociedad familiar de los pueblos no hacían buenos trabajadores para las ruidosas fábricas, ni para<br />

los túneles subterráneos, ni para las colmenas de oficinas.<br />

Lo que se necesitaba era un tipo de casa incompleta que formase individuos para las vidas incompletas a las<br />

que la gente ordinaria estaría llamada a seguir cada vez más. En una utopía de maquinaria y vapor podría<br />

haber comida gratis para cantidades sin precedentes de personas; pero sólo si había cadenas, pan y agua para<br />

el resto, al menos por un período desconocido. Los planes para tal institución incompleta en forma de<br />

escolarización obligatoria (piense en ello como una fábrica o mina de adiestramiento) llegaron a la vez a<br />

Boston, Fila<strong>del</strong>fia y Nueva York, trazados por las mejores mentes, para los mejores motivos. Causaron un<br />

daño formidable a los derechos y privilegios libertarios legados a los norteamericanos por los fundadores de<br />

la nación.<br />

Los beneficios de la máquina industrial firmaron los cheques de muchos experimentos educativos<br />

decimonónicos como New Lanark en Escocia o Nueva Armonía en Indiana. Compraron a Fanny Wright su<br />

plataforma de apoyo a la escuela y la ayudaron a imponerla en la agenda <strong>del</strong> Partido de Trabajadores de<br />

Fila<strong>del</strong>fia en 1829. Muchas de estas colonias experimentales <strong>del</strong> siglo XIX se vieron a sí mismas como<br />

tempranas emanaciones de utopía, anticipos que susurraban a hombres y mujeres lo que podría pasar con<br />

sólo volver sus espaldas al pasado y escolarizarse para un nuevo día. La brevedad de esos experimentos no<br />

hizo nada para desanimar a sus sucesores.<br />

El carbón de Westfalia junto con el hierro de Lorena soldó a los dispersos estados de Alemania en un feroz<br />

imperio utópico en la última mitad <strong>del</strong> siglo XIX. Ese imperio, cuna de la escolarización obligatoria de<br />

masas de éxito, hizo la guerra por el mundo, extendiendo por todo el planeta su concepción de universidades<br />

de investigación y su filosofía de Estado espartana de adoctrinamiento universal y subordinación. En 1868,<br />

Japón adoptó grandes partes de la constitución prusiana junto con el estilo prusiano de escolarización. La<br />

prenda que el carbón había creado para los niños arios era llevada entusiásticamente por los japoneses libres<br />

de carbón como si fuera propia.<br />

La ciencia mental alemana vino a gobernar las aulas <strong>del</strong> mundo a principios <strong>del</strong> siglo XX, y en ningún lugar<br />

más a fondo que en la Norteamérica rica en carbón y petróleo. Norteamérica proporcionaba una atalaya<br />

desde la que estudiar estrechamente a la gente y recursos con los que encontrar formas de llevarla a la

Hooray! Your file is uploaded and ready to be published.

Saved successfully!

Ooh no, something went wrong!