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John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

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Capitalism, Clark encontró que el mercado laboral general en el Valle de Connecticut en los años 40 <strong>del</strong><br />

siglo XIX era muy poco de fiar, según los criterios de los patrones, porque estaba mo<strong>del</strong>ado por los intereses<br />

de las familias. El trabajo externo apenas se podía encajar en el tiempo libre disponible que permitía la<br />

explotación agropecuaria (porque la explotación agropecuaria tenía prioridad), y el trabajo se adaptaba al<br />

carácter sencillo de la manufactura rural en un <strong>sistema</strong> que encontramos vivo todavía hoy entre los amish. El<br />

trabajo asalariado no dependía <strong>del</strong> capricho de un jefe. Tenía espíritu propio y era siempre un suplemento<br />

para una estrategia clara de economía familiar.<br />

Una tradición floreciente de autoconfianza requiere una teoría optimista de la naturaleza humana para<br />

sostenerla. La Norteamérica revolucionaria tenía una creencia en la gente corriente nunca vista en ninguna<br />

parte en el pasado. Antes de que esa economía independiente pudiera ser desguazada y expoliada en busca<br />

de sus unidades de mano de obra, la gente tenía que ser conducida a creer en una valoración diferente y mas<br />

pesimista de las posibilidades humanas. Abe Lincoln llamó a este desprecio por la gente ordinaria teoría de<br />

la placa durmiente [mudsill theory], una actitud según la cual la educación de los hombres y mujeres<br />

trabajadores era inútil y peligrosa. Era el mismo argumento, no por casualidad, que el Estado y la Iglesia<br />

británicos dieron e hicieron cumplir durante siglos, y también los principados alemanes y su Iglesia oficial.<br />

Lincoln dijo en un discurso a la Sociedad de Agricultura de Wisconsin en septiembre de 1859 que la<br />

planificación gubernamental debería tener a los modos de vida independientes como objetivo. Creía a todo<br />

el mundo capaz de conseguir tal objetivo, como es conseguido hoy por los hogares amish. Lincoln<br />

caracterizaba la teoría de la placa durmiente como una distorsión de la naturaleza humana, cínica e<br />

interesada en su punto de vista central según el cual:<br />

Nadie trabaja, a menos que algún otro, que posee capital, mediante el uso de ese capital, lo induce a ello. Al<br />

haber asumido esto, proceden a considerar si es mejor que el capital contrate trabajadores, y así inducirlos a<br />

trabajar mediante su propio consentimiento, o bien comprarlos, y llevarlos al trabajo sin su consentimiento.<br />

Tras haber procedido hasta aquí, concluyen naturalmente que todos los trabajadores son necesariamente ya<br />

trabajadores contratados, ya esclavos. Además asumen que quienquiera que una vez sea trabajador<br />

contratado queda fatalmente fijo en esa condición de por vida, y de ahí que su condición es tan mala o peor<br />

que la de un esclavo. Esta es la mudsill theory. (cursiva añadida)<br />

Esta noción estaba contradicha, decía Lincoln, por un hecho incómodo: una gran mayoría en los estados<br />

libres no eran «ni contratantes ni contratados», y la mano de obra asalariada servía sólo en condiciones<br />

temporales que conducían a la pequeña propiedad. Esta era la percepción <strong>del</strong> Abraham Lincoln <strong>del</strong> asunto.<br />

Aun más importante, era su afirmación. Declaró la justicia de esta política como misión nacional, y la<br />

evidencia de que él mismo la consideraba como algo importante era que repitió este análisis de la placa<br />

durmiente en su primer discurso al Congreso sobre el estado de la Unión en diciembre de 1861.<br />

Aquí en el siglo XXI apenas parece posible esta presunción de Lincoln. Sin embargo está el ejemplo<br />

desconcertante <strong>del</strong> experimento amish, en que sus familias mantienen propiedad casi universal en granjas o<br />

pequeñas empresas, un hecho que se me aparece cada vez como más importante en mi propio pensamiento<br />

acerca de las escuelas, currículos escolares y la misión nacional de la pedagogía a medida que me hago<br />

mayor: el que la prosperidad de los amish no les fuera dada, sino conseguida frente a desalentadoras<br />

probabilidades, contra la enemistad activa de los estados de Pensilvania, Wisconsin, Ohio y otros más, y<br />

hordas de agencias <strong>del</strong> gobierno que intentaron desamisharlos. Que los amish hayan sobrevivido y<br />

prevalecido contra grandes dificultades pone una base de posibilidad realista desde la perspectiva de<br />

pequeño mercado de Lincoln y Brownson como el objetivo correcto de la escolarización. Una vez más un<br />

currículum contra la placa durmiente, uno que valga la pena otra guerra civil si es necesario.<br />

No hace falta un gran intelecto para ver que tal currículum enseñado en el entorno económico de hoy<br />

atacaría directamente a la economía dominante. No intencionadamente, pero la falta de mala intención sería<br />

una pobre compensación para aquellos cuyos negocios se marchitaran y murieran inevitablemente si la idea<br />

se propagara. ¿Cuántas microcervecerías harían falta para arruinar a Budweiser? ¿Cuántas células solares y<br />

generadores domésticos de metano para poner de rodillas a Exxon? Creo que esta es una razón por la que<br />

muchas ideas de escuela alternativa que funcionan, y que son baratas y fáciles de administrar, se consumen

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