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John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

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La legislación de escolarización obligatoria de 1852 de Massachusetts representa un cambio fundamental en<br />

la jurisprudencia de la autoridad paterna, como lo representó la ley de adopción aprobada por la asamblea<br />

casi idénticamente constituida justo cuatro años antes, la primera legislación de adopción formal en ningún<br />

lugar <strong>del</strong> mundo desde los días <strong>del</strong> imperio romano. Leyes tan radicales no podrían haber pasado<br />

silenciosamente a la práctica sin que cambios fundamentales en el estatus de maridos y mujeres, padres e<br />

hijos, no hubieran ya dañado gravemente el prestigio de la unidad familiar.<br />

Existen claros signos ya en 1796 de que elementos en el nuevo estado norteamericano pretendían meterse<br />

ellos mismos en rincones de la familia en donde ningún estado europeo había ido antes. Ese año, el tribunal<br />

superior de Connecticut, representante <strong>del</strong> linaje puritano más depurado de la antigua Nueva Inglaterra,<br />

introdujo la «discreción judicial» en la ley común de custodia filial y una nueva concepción de la protección<br />

juvenil apenas vista antes, excepto en las páginas de libros de filosofía: la idea de que cada niño tenía un<br />

destino individual, una «protección» privada independiente de lo que sucediera al resto de su familia.<br />

Un concepto llamado «paternidad psicológica» comenzó a tomar forma, una noción radical sin precedente<br />

legal que sería usada más tarde para apoyar la intervención drástica por la fuerza en la vida familiar. Llegó a<br />

ser una de las justificaciones básicas ofrecidas durante el período de inmigración en masa para una ley de<br />

obligatoriedad ideada para poner a los niños bajo la esclavitud de la llamada paternidad científica en las<br />

escuelas.<br />

La discreción judicial en los casos de custodia fue la primera salva de una descarga de fallos judiciales<br />

pobremente entendidos en que los tribunales norteamericanos hacían la ley en vez de interpretarla. Estas<br />

decisiones fueron formalizadas posteriormente por asambleas legislativas electas. Al poner el sello en el<br />

hecho consumado, marcaron una reestructuración <strong>del</strong> marco familiar ordenada por un cuerpo judicial sin<br />

ningún debate o consentimiento público. No existía ningún precedente para esa agresiva acción de los<br />

tribunales en la ley inglesa. El concepto vivía sólo en los sueños y especulaciones de escritores y filósofos<br />

utópicos.<br />

El caso Mercein contra el Pueblo de 1840 aportó una sorprendente decisión <strong>del</strong> juez Paige de Connecticut,<br />

un arrebato de fe radical en el Estado fuerte salida directamente de Hegel:<br />

En el momento en que un niño nace, debe lealtad al gobierno <strong>del</strong> país de su nacimiento y tiene derecho a la<br />

protección <strong>del</strong> gobierno.<br />

A medida que la decisión se desarrollaba, Paige seguía explicando que «con la llegada de la sociedad civil el<br />

poder de soberanía <strong>del</strong> padre pasó al jefe o al gobierno de la nación». Una parte de este poder fue transferido<br />

de nuevo a ambos padres para conveniencia <strong>del</strong> Estado. Pero su cuidado estaba limitado al deber legal de<br />

mantenimiento y educación, mientras que la soberanía absoluta continuaba siendo <strong>del</strong> Estado.<br />

Desde <strong>John</strong> Cotton, maestro de la iglesia de Boston en el antiguo período puritano, no se había afirmado<br />

públicamente una postura semejante. Cotton, al desposeer a Roger Williams, insistió en la autoridad<br />

absoluta de los magistrados en los asuntos civiles y religiosos, la postura anglicana por excelencia.<br />

Posteriormente llegó incluso a sostener el poder de los jueces sobre la conciencia y estuvo dispuesto a<br />

conceder poderes de vida y muerte para producir conformidad. Así se pudrió desde dentro la rebelión<br />

puritana.<br />

Unos años tras la decisión de Paige, los tribunales norteamericanos recibieron una segunda autorización<br />

radical para intervenir en asuntos familiares, el examen «<strong>del</strong> mejor interés <strong>del</strong> niño». En 1847, el juez<br />

Oakley de la Corte Suprema de la ciudad de Nueva York reclamaba que tal poder «no es desregulado ni<br />

arbitrario», sino que está «sujeto, hasta donde admita el caso, a reglas y principios fijos». Cuando tales<br />

reglas y principios fijos no se podían encontrar, tampoco era ningún problema, porque era sólo otra cuestión<br />

sujeta a la discreción <strong>del</strong> tribunal.<br />

En el período de cincuenta y cuatro años que separa la ley de escolarización obligatoria y la ley de adopción<br />

de Massachusetts de la fundación <strong>del</strong> Tribunal de Menores a principios <strong>del</strong> siglo XX en Chicago, el

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