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John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria

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exasperación de este proletariado intelectual al ver que sus dolorosos esfuerzos de automejora no<br />

eran suficientes.<br />

ARNOLD TOYNBEE, MA Estudio de la historia<br />

<br />

1 Dos revoluciones sociales se transforman en una<br />

RESUÉLVASE este problema y la escuela sanará sola: los niños saben que la escuela no es justa, ni<br />

honesta, ni impulsada por la integridad. Saben que son devaluados en clases y notas, que la<br />

institución es indiferente a ellos como individuos. La retórica <strong>del</strong> afecto contradice lo que afirma el<br />

procedimiento y contenido de la escuela, que muchos niños no tienen futuro tolerable y la mayoría<br />

tiene uno marcadamente proscrito. El problema es estructural. La escuela se ha construido para servir<br />

a una sociedad de asociaciones: grandes empresas, instituciones y agencias. Los niños saben esto<br />

instintivamente. ¿Qué piensan de esto? ¿Cómo deberíamos pensar nosotros?<br />

Tan pronto como uno sale de la órbita de la creencia admitida tiene poca dificultad en imaginar por<br />

qué, por su propia naturaleza, las escuelas <strong>del</strong> gobierno y esas escuelas privadas que imitan el<br />

mo<strong>del</strong>o <strong>del</strong> gobierno tienen que atontar a los niños, al permitir sólo a unos pocos escapar de la<br />

trampa. El problema proviene de la estructura de nuestra economía y organización social. Cuando se<br />

comienza con esas premisas piramidales y uno se pregunta a sí mismo qué tipo de escolarización<br />

requerirían para mantenerse a sí mismas, cualquier misterio se disipa: esas cosas son indudablemente<br />

conspiraciones inhumanas, pero no conspiraciones de personas contra personas, aunque las<br />

circunstancias hagan que parezcan eso. La escuela es un conflicto que opone las necesidades de la<br />

maquinaria social contra la naturaleza humana, mecanismos sociales autosostenidos que sólo<br />

requieren arquitectos humanos para ser puestos en marcha.<br />

Lo explicaré más llanamente. Intente ver que un <strong>sistema</strong> industrial-comercial intrincadamente<br />

subordinado sólo es de uso limitado para cientos de millones de lectores y pensadores críticos<br />

autosuficientes y emprendedores. En una economía igualitaria y basada en la empresa de familias<br />

confederadas, como la que tienen los amish o la gente de Mondragón en el País Vasco de España, se<br />

puede acomodar cualquier número de personas autosuficientes de forma útil, pero no en una<br />

economía concentrada de tipo dirigido como la nuestra. ¿Dónde demonios encajarían? Hace algunos<br />

años, en una gran ostentación de fervor moral, la Ford Motor Company abrió la planta más<br />

productiva <strong>del</strong> mundo de fabricación de coches en Chihuahua, México. Insistió en contratar<br />

empleados con el 50 por ciento más de formación escolar que la norma mexicana de seis años, pero a<br />

medida que pasó el tiempo la Ford suprimió sus exigencias y comenzó a contratar a personas que no<br />

habían acabado la escuela, para formarlas bastante bien en entre cuatro y doce semanas. El mito de<br />

que la educación es esencial para el trabajo repetitivo se abandonó silenciosamente. Nuestra<br />

economía no tiene suficientes válvulas de escape para sus artistas, bailarines, poetas, pintores,<br />

granjeros, directores de cine, empresarios de riesgo, trabajadores artesanos, fabricantes de whisky,<br />

intelectuales o miles de otras empresas humanas, ninguna válvula de escape, excepto el trabajo<br />

corporativo o espacios marginales en la periferia. A menos que usted haga trabajo «creativo» al<br />

modo de la empresa, colisionará con un montón de leyes y regulaciones puestas en los libros para<br />

controlar los productos peligrosos de la imaginación que nunca pueden ser tolerados de forma segura<br />

por un <strong>sistema</strong> de mando centralizado.<br />

Antes de que usted alcance un punto de efectividad en la defensa de sus propios hijos o de sus<br />

principios contra el asalto de la ciega maquinaria social, tiene que dejar de conspirar contra usted<br />

mismo cuando intenta negociar con un conjunto de principios abstractos y reglas que, por su propia<br />

naturaleza, no pueden responder. Bajo estos disfraces, eso es lo que es la escolarización institucional:<br />

una abstracción que ha escapado a sus manipuladores. Nadie la puede reformar. Antes tiene que<br />

darse cuenta de que los valores humanos son la esencia de la locura para un <strong>sistema</strong>. En la lógica<br />

de los <strong>sistema</strong>s las escuelas que tenemos ya son las escuelas que el <strong>sistema</strong> necesita. La única forma<br />

en que pueden ser mejoradas es hacer que los niños coman, duerman, vivan y mueran allí.<br />

Las escuelas tomaron el camino en el que estaban al principio <strong>del</strong> siglo XX como parte de una vasta<br />

e intensamente manipulada revolución social en que todas las instituciones importantes se pusieron a<br />

punto para trabajar juntas en armoniosa eficiencia de gestión. Nuestro <strong>sistema</strong> tenía que ser una<br />

mejora <strong>del</strong> <strong>sistema</strong> británico, que antes dependía para su coherencia de una cultura de clase alta<br />

compartida. Nuestro <strong>sistema</strong> estaría sometido a un marco racional de ciencia, ley, instrucción y

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