John Taylor Gatto Historia secreta del sistema ... - iessecundaria
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La religión es una escuela en sí misma, que enseña qué valora y qué margina o rechaza, y por qué lo hace. El<br />
judaísmo, por ejemplo, el hermano mayor <strong>del</strong> Cristianismo, tiene normas que han tenido una influencia<br />
importante en la formación de carácter norteamericano. Aunque muy pocos judíos vivieron aquí hasta<br />
finales <strong>del</strong> siglo XIX, los libros santos <strong>del</strong> cristianismo fueron concebidos por gente educada cultural y<br />
religiosamente como judíos, y los ancianos de la colonia de Nueva Inglaterra realmente se veían a sí mismos<br />
de vez en cuando como las tribus perdidas de Israel.<br />
¿Qué se puede sacar como sabiduría viva de estos pensadores religiosos judíos cuando se criban a través de<br />
muchos siglos de ropaje cristiano? Lo siguiente como principios mínimos fundamentales:<br />
1. Como una condición de creación, se ha apelado a los humanos a cumplir con sus orígenes en la carne<br />
honrando al padre y a la madre y con su orígenes en el espíritu estudiando con atención los primeros<br />
cinco libros <strong>del</strong> Viejo Testamento (conocidos como la Torá), para pensar sobre los orígenes divinos y<br />
un tiempo en que Dios intercedía directamente en los asuntos de la humanidad.<br />
2. La aceptación de que la autoridad está moralmente fundamentada en la autoridad divina. Hay que<br />
cumplir los mandamientos: Dios no transige. De esto viene el respeto por la ley y demás<br />
organización de la cultura judía alrededor de la creencia de que hay un camino correcto para hacer<br />
todo, perceptible al intelecto, revelado por sabios eruditos a la gente ordinaria. La lectura atenta y la<br />
exégesis sutilmente estratificada son valores judíos que llegaron a ser puntos de referencia <strong>del</strong><br />
intelecto occidental.<br />
3. La ley de hospitalidad con los extraños. En la tradición de Abraham y los ángeles, el Talmud judío<br />
enseña que los extraños tienen que ser tratados con respeto y afecto. Esta receptividad a la<br />
experiencia condujo a grandes ventajas para los judíos cuando viajaban a cualquier parte. Los animó<br />
a ser curiosos, a no permanecer siempre autoconfinados en guetos, sino a asumir el riesgo de<br />
mezclarse.<br />
4. Una tradición de oración y respeto por la oración, como camino a saber «ante quién estás», la<br />
leyenda escrita por encima <strong>del</strong> arca que contiene los rollos de la Torá.<br />
El judaísmo enseña que Dios quiere nuestro amor y nos ama a cambio. Los cinco primeros libros de la<br />
Biblia son su regalo para purificar nuestros corazones con la historia de un pueblo peregrino que hace su<br />
camino a través <strong>del</strong> desierto hacia Dios. El judaísmo enseña un modo de vida que santifica lo cotidiano, una<br />
perspectiva que no ve casualidades --ni un gorrión que cae-- sin una carga moral para elegir una dirección<br />
cuidadosamente, ya que Dios siempre ofrece un camino hacia el bien así como un camino hacia la dificultad<br />
como Su modo de honrar el libre albedrío. El cristianismo ha incorporado en cierta medida estos preceptos,<br />
pero también tiene una doctrina única propia, igual que el énfasis musulmán en el igualitarismo, y que el<br />
énfasis hindú y budista en la renuncia y el autoconocimiento son piezas centrales de esas religiones. Volveré<br />
a continuación a lo que es la singularidad <strong>del</strong> cristianismo.<br />
8 El Dalai Lama y el espíritu de Occidente<br />
Hace algún tiempo, me hallaba en una tarde cálida de junio en Boulder, Colorado, sentado en una silla<br />
plegable en una gran tienda blanca. Justo <strong>del</strong>ante de mí estaba el Dalai Lama, que estaba sentado unos<br />
catorce pies más allá sin nadie entre nosotros. Mientras hablaba, nuestras miradas se cruzaron de vez en<br />
cuando, mientras escuchaba con creciente placer a este hombre elocuente, divertido y franco mientras nos<br />
hablaba acerca de la sabiduría y el mundo. La mayoría de las cosas que dijo eran familiares: que el amor y la<br />
compasión eran necesidades humanas, que el perdón es esencial, que a la educación occidental le falta una<br />
dimensión afectiva, que los norteamericanos necesitan confiar más en sus recursos interiores. Pero algo de<br />
su presentación era sorprendente: que es mejor seguir con las tradiciones de sabiduría de la propia tierra que<br />
huir de ellas buscando en lo exótico lo que ha estado ante tus narices todo el tiempo. En un punto, con lo que<br />
me pareció un malicioso brillo en su mirada, expuso que siempre se le había hecho sentir bienvenido en los<br />
países cristianos, pero los cristianos no eran tan bienvenidos en su propio país. Sospecho que muchos de los<br />
que estaban allí principalmente para profundizar en su comprensión <strong>del</strong> budismo no captaron esta aguda<br />
digresión.